Diseño humano

Human design

Design humano

Luis Alfonso Aya Velandia

Centro de Educación para el Desarrollo, Colombia

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Recibido: 17-07-2019
Aceptado: 25-08-2019

 

 

Introducción

El texto iniciará dando una idea general del contexto social en el cual el ser humano va desenvolviéndose, con creencias muchas veces autodestructivas, luego se abordarán los elementos autodestructivos del actual diseño o ideal humano. Se pasará después a un análisis de los otros elementos o características que pueden potencializarse para un nuevo diseño de ser humano.

 

Una cultura en Crisis 

Desde una mirada amplia y global el mundo se encuentra inmerso en procesos de neoliberalismo, donde su mayor objetivo es crear sujetos emprendedores y consumistas (Bedoya Hernández, 2018), este proceso tiene un alto costo para las personas ya que deben explotarse a sí mismos, “La autoexploración, cuyas manifestaciones patológicas son expresión de un paradójico sentimiento de libertad. Por su parte, la vida en esta sociedad requiere de una administración especial del tiempo y de la atención, de una manía de estar en todo” (Forte, 2014, pág. 278), es decir, un sujeto busca mostrar rendimiento, en la cultura actual se le recomendará estar siempre produciendo, asumirse como empresa, rendir, producir lo máximo posible y en todo momento, lo cual genera agotamiento y sacrificios en el aspecto personal.

Este rendimiento continuo es para consumir productos a costa de sus procesos sociales-relacionales, todo mediante una nueva sociedad de control “Si la primera generaba locos y criminales, la nueva produce depresivos y fracasados” (Han, 2010, pág. 27), el coste actual es la falta de estabilidad mental producto de la disminución de relaciones sociales estables con objetivos claros a nivel sociocultural.

Se establece un sujeto individual - egoísta, que no se relaciona con otros, que está orientado a la producción, siendo allí el inicio del olvido de las acciones comunitarias, pues este relacionamiento entre personas quita tiempo a la producción, al consumo y de generar espacios para compartir, estar con el otro, se corre el riesgo de desarrollar productos no deseados para el pensamiento neoliberal-emprendedor como lo son la reflexión y el altruismo (Bedoya Hernández, 2018).

De tal manera que el sujeto de rendimiento que menciona Han (2010) en el libro La sociedad del cansancio está reducido a sí mismo, a entender las relaciones con los demás desde la mirada de la utilidad y el beneficio para la producción, un mundo utilitarista en el cual el otro ha sido cosificado, no habrá reconocimiento del rostro de la otra persona como lo menciona Levinas o como menciona Buber, se ha alejado de un yo-tú, quedando en relaciones de uso sin profundizar en el otro, por ende sin reflexionar ni valorarse a sí mismo. 

Todo ello más que llevar a una nueva forma de vida lleva a una situación de compleja crisis, diferentes pensadores y autores como Vilma Almendra en el Observatorio de Justicia Constitucional del Ecuador (2018), Silvia Rivera Cusicanqui en TV UNAM (2018) coinciden en la idea de una civilización con grandes problemáticas, a una “crisis de ese modo de vida occidentalizado que se ha vuelto global” (Eschenhagen & Maldonado, 2018, pág. 51), una forma de vivir, una ontología que no está generando bienestar a las personas de pensamiento occidentalizado, sino que han generado dificultades, problemas económicos, baja calidad de vida, problemáticas medioambientales ya que se ha alejado de la existencia misma, esto pues “no solo ha sido la historia del olvido del ser, como pensó Heidegger, sino del olvido de la vida”  (ibíd.)

 

El diseño humano de la sociedad actual

Lo anterior da cuenta de un diseño, según la RAE (2019) el concepto se define como la “concepción original de un objeto u obra destinados a la producción en serie”, a partir de esta definición se puede mencionar que la sociedad actual tiene un diseño, un ideal de ser humano que se buscará replicar, forjándose en los centros educativos, a través de los medios de comunicación y en la vida cotidiana de las comunidades con las relaciones diarias y eventos comunitarios. Al revisar los conflictos actuales de la sociedad se puede abstraer unos elementos de este diseño, entre ellos está el individualismo, la autoexplotación, el consumismo, características que en sí mismas no son perjudiciales pero que al ser asumidas olvidando a las demás personas y el no cuidado de la vida generan las dificultades para la calidad de vida de las personas. A continuación, se mostrarán una a una las características que se destacan en el diseño del ser humano moderno dentro de la cultura en crisis actual.

 

Individualismo

Como menciona Burgos (2012) es un concepto difícil de entender pues posee rasgos ideológicos difusos, sin autor que pueda ser un punto de diferencia, sin embargo, se menciona la existencia de tres características. Inicialmente se encuentra la ética utilitarista

aparece en el ámbito anglosajón y cuenta con representantes de la talla de Hobbes, Hume y Bentham. Su postulado fundamental es la maximización del placer y la minimización del dolor:  una acción es válida y maximiza o minimiza el placer o el dolor del mundo (Burgos, 2012, pág. 15).

 

El individualismo valida el placer como un elemento importante, pero no da importancia a los demás, es decir es una búsqueda de satisfactores para sí mismo, una valoración del yo más un descuido del tú y del nosotros.

La segunda característica según Burgos (2012) es “la firme y decidida defensa de los derechos del individuo por encima de cualquier colectivo” (pág. 16), nuevamente es un elemento favorable hasta cierto punto, por un lado, la defensa de esa individualidad protege la diferencia, fue un elemento empleado por el personalismo francés, da la posibilidad a la autonomía, es decir la individualidad brinda un espacio para un desarrollo inicial de la persona.    

El individualismo visto como el encerrarse en sí mismo puede generar diferentes consecuencias poco benéficas tanto para un sujeto como para la colectividad a la cual pertenezca. De tal forma se requiere un poco de individualismo y un poco de colectividad, pues cuando se queda en un extremo serán los procesos sociales y el desarrollo individual quien pueda dar como consecuencia algún tipo de patología. 

Un tercer elemento es el capitalismo “tal como se presentaba en los primeros años del siglo 20. Más en concreto un capitalismo primario y salvaje hijo directo de la Revolución Industrial aún no controlada, entendida ni dominada” (Burgos, pág. 16). Este individualismo que busca la autosatisfacción, donde se prioriza el yo antes que cualquier nosotros al unirse al capitalismo produce seres que buscan satisfacción al acumular objetos asumiendo que con ellos puede realizar un proyecto y sentido de vida. Este individualismo puede llegar a afectar a las personas llevándolas a un aislamiento, pero de igual forma a procesos económicos pues cuando se aísla un país y se desconfía de los demás la economía se deteriora, los procesos económicos se basan en la confianza en el otro que no podrá darse cuando hay desconfianza.

 

Consumismo

Para el presente concepto se ha tomado desde una mirada amplia, buscando dar cuenta de la cotidianidad y el sujeto:

El consumo es una actividad que desborda el dominio de lo meramente material; esto es, haremos referencia a la dimensión simbólica del acto de consumir, íntimamente ligado con el contexto cultural e histórico en el que tal actividad se desenvuelve. No estamos, pues, ante un simple proceso económico y utilitario, sino ante un fenómeno que depende, como muestra Jean Baudrillard (1974), más del deseo –de convertirse en un determinado tipo de persona– que de la satisfacción de una necesidad biológica preexistente (Rodríguez Díaz, 2012, pág. 190).

 

De esta forma el consumismo para la actualidad va más allá de adquirir bienes materiales, ha llegado a convertirse en una forma de intentar suplir unas necesidades impuestas por la sociedad, llega este consumo a convertirse en una manera de definir la subjetividad de cada persona.

Detrás del consumo está, pues, la necesidad de aceptación y de reconocimiento social, necesidad que no sólo se cubre a través del circuito mercantil, sino a través de otros modos de intercambio de bienes, como el ciclo del don, que implica la creación –y mantenimiento– de vínculos sociales mediante el dar y el recibir gratuitamente (Rodríguez Díaz, 2012, pág. 207).

 

El adquirir bienes materiales va definiendo en la sociedad la manera de comportarse, de actuar, de pensar, es entonces los objetos comprados los que determinarán al sujeto de la sociedad y sus relaciones con los otros.

Igualmente, este ser mediante el consumismo va dejando de lado las emociones y lo que se relaciona con los humanos, por ejemplo, la dignidad. En palabras de Edgar Morin:

la concepción puramente tecnoeconómica del desarrollo, que no conoce más que el cálculo como instrumento de conocimiento, ignora no sólo las actividades no monetarizadas como las producciones domésticas y/o de subsistencia, los favores mutuos, el uso de bienes comunes y la parte gratuita de la existencia, sino también y sobre todo aquello que no puede calcularse ni medirse: la alegría, el amor, el sufrimiento, la dignidad, en otras palabras, el tejido mismo de nuestras vidas (2010, pág. 27).

 

El individualismo permite en un primer momento de un ser humano brindar espacio para el reconocimiento y valía de sí mismo pero sí se da solo prioridad al yo se van generando dificultades como aislamiento, olvido de la dignidad de los otros, de las emociones y este comportamiento puede llegar a afectar no solo a las personas como individuos sino a las comunidades pues va generando desconfianzas y hasta la economía pues se requiere la cooperación y confianza para generar riquezas respetando la dignidad humana.

 

Autoexplotación

En una cultura donde se exalte el pensamiento y accionar individual, el consumo de objetos es un medio para ser, la sociedad va exigiendo nuevas maneras de actuar, pues para sentir que se existe se debe producir, entre ellas la autoexplotación se destaca “un ser agotado que es constantemente devorado por su propio ego, es víctima y verdugo a la vez” (Quintero Camarena, 2017, pág. 322) y el motivo de explotarse a sí mismo está relacionado con poder ser, se es cuando se tiene, se acumula, se compite, la competencia como factor clave, pues cada vez que se logra algo hay que iniciar nuevas acciones para obtener más, no se colocan límites, por ello hay que dar cada vez más a costa de sí mismo “La nueva violencia no proviene de lo extraño y lejano, sino de las múltiples actividades que el sistema ofrece al sujeto” (Mercado, 2016, pág. 255), rendir cada vez más será la clave y el costo es explotarse cada día más, desgastando la vida “en realidad, lo que enferma no es el exceso de responsabilidad e iniciativa, sino el imperativo del rendimiento, como nuevo mandato de la sociedad del trabajo tardomoderna” (Han, 2010, pág. 29), se va formando una persona que busca nuevos retos a costa de la salud de sí mismo, sintiendo que se debe producir pues de lo contrario será excluido, afectando directamente aspectos emocionales pues genera culpa cuando no se logra un objetivo, llegando también en casos extremos a producir Kiroshi “comprende un término para la muerte por exceso de trabajo” (Los japoneses..., 2008).

Morir o producir en una sociedad que enaltece el individualismo, en aras de poder existir para otros, consumir para ser, mediante la autoexplotación, enferma el cuerpo y las emociones brindando un cumplimiento social pero una mala calidad de vida.

Se puede concretar las anteriores ideas en:

 

Característica

Dificultad que genera la característica
en el diseño humano

Individualismo

§  aislamiento, 

§  asumir que solo importa el yo

§  olvidar procesos cooperativos

§  desconfianza con los demás

 consumismo

§  el placer se orienta a obtener objetos

§  las relaciones pueden clasificarse

§  se pierden dimensiones afectivas y espirituales

Auto explotación

§  agotamiento en pro del consumo

§  desinterés por los aspectos afectivos y espirituales

§  se coloca en riesgo la salud física y mental

Fuente: Elaboración Propia.

 

El diseño humano mencionado anteriormente destacaría una idea evolucionista donde la norma es el favorecimiento del más fuerte, sin embargo, habría que reevaluar si realmente las teorías de supervivencia, de una fuerza predominante sobre los demás son totalmente aplicables al ser humano, como menciona Bartra (2007) citado por Aponte, Martínez y Caicedo, “las explicaciones basadas en los mecanismos de selección natural darwiniana no permitirán comprender por completo el ritmo y la magnitud de las transformaciones en los procesos cognitivos y, por ende culturales de nuestra especie” (2016, pág. 43), de esta manera los seres humanos requieren otros elementos más allá de la fuerza individual y el imponerse a otros mediante la fuerza, ya lo ejemplifica Carlos Martínez en el video de YouTube de Mindalia (2019) cuando menciona que sí la fuerza y la imposición fueran la clave de la evolución seguirán existiendo los dinosaurios y no existirían las mariposas. Teniendo presente estos elementos iniciales puede existir otro diseño humano.

Ahora bien, es necesario plantear qué otras posibilidades se tienen y para ello “no podemos salir de la crisis con las categorías del mundo que creó la crisis” (Escobar, 2018, pág. 45), por ello se debe hacer una búsqueda en lo micro, en pequeños procesos, en comunidades, comunalidades y pensamientos algunas veces olvidados, pues lo común ya viene con una ontología que olvida a la misma vida.

 

El otro diseño humano

Son posibles nuevas perspectivas para considerar al ser humano, por ello a continuación se expondrán otras formas que aportan a un nuevo diseño de “ser humano”, entre las principales características se encuentran cooperativo, espiritual, altruista, asortativo, creativo/innovador, influenciable, retroactivo, sentipensante, para luego plantear la importancia de fortalecer los contextos donde convive el ser humano pues allí está otra clave fundamental para reorganizar el aspecto biológico, como menciona  Aponte, Martínez y Caicedo (2006) “la dominancia de la ecología de los contextos socioculturales en el modelamiento del cerebro social” (p.299), se requiere trabajar en otras características y en los contextos para obtener nuevos resultados.

 

Cooperativo

Surge la pregunta ¿el ser humano es individualista o cooperativo?, para ello “desde la perspectiva cognitivista, la psicología evolucionista considera comportamientos prosociales como la cooperación y el altruismo como módulos cognitivos evolucionados.” (Aponte, Martínez y Caicedo, 2016, p.40), un primer acercamiento a la respuesta estará ubicada en la psicología evolucionista la cual da al comportamiento cooperativo un papel importante, mostrando como una evolución en el ser humano. 

Además, es posible rastrear el comportamiento cooperativo humano a través de diferentes teóricos:


Los aportes a la visión social del ser humano (Aya Velandia, 2018, pág. 202).

Otro aporte se puede rastrear en los principios de rediseño de Escobar (2018) en uno de ellos menciona “La re-comunalización de la vida social. Para contrarrestar el imperativo de la individualización y potenciar la acción humana desde un fundamento relacional con todo lo que existe” (pág. 481). De tal manera el autor brinda una posibilidad para iniciar el enfrentamiento contra una forma de vivir que consume recursos y al ser humano mismo, está basada en volver a la vida social pero desde nuevas perspectivas, es decir actualizándose o, como menciona en el video de la Universidad Católica de Pereira Adolfo Albán Achinte (2018), reexistendo, es pues una propuesta para reexistir lo comunitario, que lleve lo ontológico relacional implícito, es decir la colectivo puede generar grandes aportes al cambio de paradigma actual..

 

Espiritual

Howard Gardner (2010) se refirió a la inteligencia espiritual como la inteligencia espiritual, existencial o trascendente y la definió como:

la capacidad para situarse a sí mismo con respecto a los rasgos existenciales de la condición humana como el significado de la vida, el significado de la muerte y el destino final del mundo físico y psicológico en profundas experiencias como el amor a otra persona o la inmersión en un trabajo de arte (citado en Torralba, 2010, pág. 45).

 

Es decir que este tipo de inteligencia permite situar al sujeto frente a experiencias más trascendentales lo cual le permitirá un cambio en su concepción de sí mismo y de sus congéneres. complementando Zohar y Marshall (1997) refieren que la inteligencia espiritual complementa la inteligencia emocional y lógico racional, y faculta al individuo para afrontar y trascender el sufrimiento y el dolor, y para crear valores; da habilidades para encontrar el significado y el sentido de nuestros actos (Torralba, 2010, pág. 45).

Teniendo presente lo anteriormente mencionado el aspecto espiritual complementa otras inteligencias, permite una mayor integralidad de las personas.  

 

Altruista

El altruismo se ha definido como “un estado mental, una motivación, una interacción, de subvenir a las necesidades del otro, un deseo de hacerle un bien o de ahorrarle un sufrimiento” (Ricard, 2016, pág. 178), este concepto pertenece a los comportamientos prosociales, los cuales “se refieren al tipo de conducta en la que los motivos del actor son desconocidos, por lo que las acciones prosociales de éste podrían ser  tanto altruistas como no altruistas” (Inglés, y otros, 2009, pág. 15) de tal manera que un comportamiento de esta clase puede o no ser altruista y la diferencia radicará en que el comportamiento altruista no busca una recompensa externa sino que se relaciona más con una gratificación propia con o sin sacrificio. Este concepto ha permitido replantear y refutar teorías pasando por el gen egoísta de Dawkins (1986) hasta ideas económicas “El altruismo constituye un problema teórico en las ciencias del comportamiento que se basan en los supuestos del egoísmo psicológico y el alcance restringido de la intersubjetividad, que son dos caras de misma moneda” (Herranz, 2015, pág. 28) donde genera contradicciones a los planteamientos de sujetos consumidores individualistas que al ver la existencia desde las neurociencias y la psicología positiva la existencia de la ayuda desinteresada debe volver a reflexionar si su propuestas están en un punto para volver a plantearlas más hacia una acción más cooperativa.

 

Asortativo

Término de las ciencias de la complejidad que se refiere :

En definitiva las redes de tipo asortativo tienen correlaciones positivas de grados en el sentido de que nodos muy conectados tienden a conectarse con nodos muy conectados y nodos poco conectados con nodos poco conectados, mientras que en las disasortativas los nodos con mayor grado se conectan con nodos con grado pequeño (Torres Agudo, 2019, pág. 31).

 

Lo anterior relacionado con aspectos sociales muestra la manera en que según sean tratados los sistemas humanos se puede provocar que un sujeto se adhiere a un grupo de mayor popularidad, permite relacionarse con la idea que el ser humano es influenciable.

 

Influenciable

Influir se puede entender como “Producir sobre otros ciertos efectos” (RAE, 2018), el ser humano es influenciable, es decir se puede generar que realice cambios en su sentir, pensar o actuar a partir de técnicas determinadas, para ello están ejemplos claros como los 11 principios de Joseph Goebbles que menciona Salas (2018) cuando los relaciona estas estrategias con la campaña de Trump. Tener presente este aspecto permite dar cuenta de lo maleable del ser humano y que dependerá del contexto si esos cambios pueden ser para bien o mal de las personas de su alrededor.

 

Retroactivo

Otro concepto de las ciencias de la complejidad que se refiere a que “no existen acciones neutras, las acciones generarán reacciones” (Van Dijk, 2008), en este caso se retoma para mostrar cómo puede el mundo interno de cada persona influir en el mundo externo, colectivo y viceversa, lo que pasa en el mundo de afuera , en las sociedades afectará directamente a la persona en su interior, por ello debe existir un cuidado mutuo entre lo interior y lo exterior, y un cuidado entre seres vivos, no solo humanos, pues existirán proceso retroactivos e interdependientes. 

 

Sentipensante

Moncayo (2009) menciona “el hombre sentipensante que combina la razón y el amor, el cuerpo y el corazón, para deshacerse de todas las (mal) formaciones que descuartizan esa armonía y poder decir la verdad” (pág. 9). Una forma de buscar una mayor integralidad del ser humano, donde tenga presente la existencia de diferentes formas de lógica, las cuales pueden combinarse con las emociones, además, incluyen una fuerte relación entre cuerpo y mente, una no separación sino integración.

 

Característica

Idea general

Lo que permite

Cooperativo

Realizar acciones en grupos

Un ser orientado a un pensamiento del bien común, más que solo individualista

Altruista

Sacrificarse por otros

Un cerebro preparado a buscar el ayudar a los demás

Espiritual

Búsqueda de trascendencia

Un pensamiento en mayor conexión con otros seres vivos con posibilidad de proyectarse a un futuro en el cual pueda aportar a los demás 

Asortativo

Preferencia de los nodos por unirse a otros que le son similares en alguna característica

Será una característica para tener presente, pues según sea la mayoría allí estaría la persona. De esta forma habrá que analizar cuál es el pensamiento de la mayoría ya que allí habría una gran influencia 

Influenciable 

En masa se busca la adhesión al grupo

Otro aspecto para tener presente. Los seres humanos son fácilmente influenciables, por ello deberán tener información de cómo ocurre este proceso para así poder ser más conscientes y evitar influencias negativas. Pero igualmente la sociedad debe tener esta conciencia no sólo el individuo aislado. 

Retroactivo

Lo interno afecta lo externo y lo externo afecta lo interno

Tener la conciencia que cada acto interno puede generar un efecto externo y que un suceso del mundo exterior afectará el mundo interior, por ello se deberá generar una corresponsabilidad de autocuidado y de cuidado del otro.

Sentipensante

Integración de pensamiento, sentimiento y acción, una integralidad para relacionarse con otros

La búsqueda de una integración de lógicas y emociones, permitiendo un acercamiento a la integralidad de emoción, razón, cuerpo y mente.

Fuente: Elaboración Propia.

 

Si las anteriores pueden ser otras características humanas que conformen una nueva manera de concebir al ser humano y su forma de poder ser, habría que preguntar ¿qué acciones se deben fortalecer para aportar a un nuevo diseño humano?

La respuesta se relacionaría con cuatro elementos, Pensamiento crítico, espacios de encuentro, Innovación Social, Ontologías Relacionales.

 

Pensamiento crítico

Este término se entiende como:

un pensamiento orientado a la comprensión y resolución de problemas, a la evaluación de alternativas y a la toma de decisiones. El pensamiento crítico implica comprender, evaluar y resolver. Implica autoevaluación, pensar acerca del pensamiento (metapensamiento) y estar seguro de no pasar, sin fundamento suficiente, a conclusiones (Bezanilla, Poblete, Fernández, Arranz, & Campo, 2018, pág. 95). 

 

Es entonces una forma de pensamiento que requiere información desde distintas perspectivas para ser trabajado en busca de la solución de un problema.

 

Espacios de Encuentro

Teniendo presente los aportes de Aya (2016) el ser humano al poseer unas cualidades biológicas que apuntan a lo social y al altruismo, requiere potenciar estos factores naturales en contextos sociales, de allí se podrá hablar de espacios de encuentro, que serán los lugares, no solamente físicos, donde se pueden generar encuentros, entendidos estos últimos como la relación entre personas donde existe un verdadero interés por los demás, que permiten además fortalecer tejido social.

  

Innovación Social 

Es definida como la “búsqueda e implementación de soluciones novedosas, eficientes, participativas y sustentables a los problemas que limitan el logro de mejores condiciones de vida en una comunidad” (Domanski, Monge, Quitiaquez, & Rocha, 2016, pág. 271). Será la aplicación de nuevas formas de pensar y actuar en pro de las personas y sus comunidades.

 

Ontologías Relacionales

son definidas como “aquellas en las cuales los mundo biofísicos, humanos y sobrenaturales no se consideran como entidades separadas, sino que establecen vínculos de continuidad entre estos” (Escobar, 2010, pág. 58). Permite una interacción diferente entre seres humanos y su casa común como lo es su barrio, país, espacio natural.

 

Característica

Idea General

Lo que permite

Se deberá trabajar

Pensamiento crítico

Una forma de pensar para solucionar problemas que requieren diferentes perspectivas, diferentes fuentes de información.

Personas con posibilidad de analizar situaciones sociales y políticas, que den opiniones contextualizadas

Acciones educativas en diferentes contextos que prioricen la crítica y manejo de datos a solo la repetición 

Espacios de Encuentro

Espacios tanto físicos como no físicos que permiten fortalecer o construir tejido social en una comunidad

Recuperar la creación de lugares que permitan el fortalecimiento del tejido social

exaltar los espacios públicos y acciones comunitarias como elementos importantes en la educación para toda la vida

Innovación Social

Nuevas formas de resolver problemáticas sociales

Permitir nuevas formas de pensamiento, ideas más creativas teniendo como centro a la persona

conocer realidades sociales complejas para aportar nuevas alternativas, desde colegios hasta espacios universitarios

Ontologías Relacionales

formas de relacionarse con la naturaleza, los llamados objetos o seres inmateriales, que permiten una nueva forma de asumirse y asumir al otro

Nuevas maneras de relacionarse con la naturaleza y los demás

Experiencias de relación con la naturaleza que permitan percibirla más allá de un simple objeto.

 

Conclusiones

El ser humano en su interacción social ha venido conformando un ideal de persona, para la actualidad este ser humano debe cumplir con metas de consumismo e individualismo, el cual va generando autodestrucción en aspectos de tejido social, emociones, autoestima llegando aún más a afectar la salud mental.

Por ello se vuelve necesario plantear nuevas posibilidades, alternativas a este diseño humano consumista que cada día causa más daño, es de resaltar que no existe un solo diseño que pueda favorecer la vida, sino que deben existir variedad de ellos para que se pueda tener la posibilidad de elección, pero sí un diálogo permanente entre esas nuevas formas de ser, pues un único pensamiento también puede ser perjudicial.

Para el presente artículo se propusieron características como el ser cooperativo, altruista espiritual, influenciable, retroactivo, asortativo y sentipensante, un ser que exista más en relación con otros y potencie elementos biológicos humanos que propendan por la búsqueda de un bienestar común. Y para ello favorecerá el trabajar en diferentes campos como el educativo, comunitarios aspectos tales como el pensamiento crítico la creación de espacios de encuentro, la innovación social y las ontologías relacionales.

 

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Cómo citar este artículo:

AYA VELANDIA, Luis Alfonso, (2019) “Diseño humano”, Pacarina del Sur [En línea], año 11, núm. 41, octubre-diciembre, 2019. ISSN: 2007-2309.

Consultado el Jueves, 28 de Marzo de 2024.

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