Crueles muertes repentinas

 


Jorge Fuentes Morúa decidió terminar con su vida y no lo consiguió del todo. Ganó el respeto de sus alumnos y colegas porque sin alharacas contribuyó a darle a las ciencias sociales, marxismo incluido, una actualidad aclaratoria de los problemas ocultos entre las demagogias de derechas y de izquierdas. Prefirió argumentar a profundidad en lugar de confrontarse con los discutidores de ocasión. Su texto postrero, “Las armas del alba o los compromisos esenciales” está dedicado a Olga y Yuki como gesto sentimental sin explicación adjunta. El texto sobre la novelística de Carlos Montemayor fue su ponencia al VII Coloquio Internacional de Antropología y Literatura José María Arguedas dentro del eje temático sobre Literatura y Violencia en América Latina. En agosto y en la sede del coloquio en Huancayo, Perú, hizo ver con precisión y buen estilo la constancia de Montemayor para dar a entender en artículos, libros y conferencias, la lucha armada en México desde la formación guerrillera entre 1963 y 1965 en su Chihuahua natal donde convivió con algunos de los combatientes caídos y sobrevivientes en el asalto al cuartel de la Ciudad de Madera el 23 de septiembre y hasta su participación en la comisión designada por el EPR para dar con el paradero de dos de sus militantes desaparecidos en alguna mazmorra militar. El texto del doctor Fuentes Morúa termina con una reflexión fundamentada en Gramsci sobre el proyecto de Montemayor de reunir Las armas del alba, La fuga y Las mujeres del alba como una sola historia que seria culminada por la novela-testimonio sobre la guerrilla de 1968 comandada por su compañero de bachillerato Oscar González Eguiarte. La revista Trabajadores de la Universidad Obrera de México, “revista de análisis y debate de la clase trabajadora” publicó en su numero 96 de septiembre-octubre de 2011 el excelente texto postrero ilustrado con elocuentes fotografías probablemente proporcionadas por el autor.


Tenaz estudioso del problema de los pueblos, contribuye al debate de apoyo al proyecto zapatista. Otros problemas lo ocuparon como el de la vivienda a partir de las reflexiones de Engels y de José Revueltas y su “biografía intelectual” donde al fin se articulan la literatura y la política. Su investigación de la “edición perdida” de los Manuscritos económicos-filosóficos de 1844, fundamental para valorar la aportación de Revueltas al problema de la enajenación, es asombrosa porque el texto de Marx circuló en México hasta los 60. Al fin descubrió la traducción en los 40 de la comunista Alicia Gerstell refugiada en México con su esposo Otto Rühle para salvarse de los nazis. De aquí o de una traducción argentina, Revueltas obtuvo un ejemplar y le sacó el gran jugo novelístico y crítico del comunismo. El estudio sobre Revueltas es ejemplar porque articula con maestría narrativa en 477 páginas, las determinaciones políticas de la difícil construcción del comunismo enfrentado con el trotskismo, el espartaquismo y el Estado mexicano. Las notas y el apéndice del libro son muy valiosos porque prueban el rigor de un investigador ejemplar.

Muerte trágica de otra manera es la de Julia Marichal. Siempre del lado de la justicia social, brilló en apoyo a las comunidades eclesiales de base impulsadas por el obispo Sergio Méndez Arceo hasta el punto de que el párroco Baltasar López Bucio decía que era su novia como parte del agradecido asombro por sus lecturas de poesía actuada que recuperó en la ultima década de su vida precaria ante la falta de trabajo remunerado. Estuvo con el plantón de la Avenida Reforma que partió en dos la ciudad sede de fraudes electorales mayores. El Cirque du Soleil no sabe que le rinde homenaje involuntario con el personaje protagónico de la segunda parte de su espectáculo maravilloso El Huevo. La catarina de piel negra y cuerpo abundante en carnes ataviado con pequeñas alas anaranjadas igual que las dos franjas cilíndricas en la cintura, hace gala de tierna gracia y agilidad corporal que no necesita de palabras sino de gestos y sonidos con entonación justa para llenar el escenario de dulzura y coquetería y responder a los afanes del enamoramiento de un gusano azul también muy gracioso. Hermosa como llaman en Nicaragua a las mujeres voluminosas orgullosas de su cuerpo, la catarina de marras recuerda a Julia Marichal, la guardiana del archivo de Juan de la Cabada quien la trató como la hija entrañable necesaria para construir una poética brutalmente interrumpida por el asesinato de la muy querida compañera en la dimensión estética de izquierda.

14 diciembre de 2011.

 

 

[div2 class="highlight1"]Cómo citar este artículo:

HÍJAR SERRANO, Alberto, (2012) “Crueles muertes repentinas”, Pacarina del Sur [En línea], año 3, núm. 10, enero-marzo, 2012. ISSN: 2007-2309.

Consultado el Viernes, 29 de Marzo de 2024.
. Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.comindex.php?option=com_content&view=article&id=375&catid=15[/div2]