El Camino Real de las Californias. La Tierra de Calafia, Una historia breve de las Californias (1533-1848) de W. Michael Mathes[1]

The real rode of the Californias. The Land of Calafia. A brief history of the Californias (1533-1848), by W. Michael Mathes

El Camino Real de Californias las. A Terra de Calafia, Uma breve história dos Californias (1533-1848), de W. Michael Mathes

Fanny Flora Campillo Illanes

Artículo recibido: 26-02-2013; aceptado: 01-03-2013

¿Que fabrica el historiador cuando «hace historia?
¿En qué trabaja? ¿Qué produce?
Interrumpiendo su deambulación erudita por las salas de archivos,
se aleja un momento del estudio monumental que lo clasificara entre sus pares,
y saliendo a la calle se pregunta: ¿De qué se trata este oficio?
Me hago preguntas sobre la relación enigmática que sostengo
con la sociedad presente y con la muerte, a través de actividades técnicas.

Michel de Certeau

 

Las historias regionales han sido el germen del que se alimenta la historiografía. En las últimas décadas del siglo XX, se observó un intenso e importante auge de las historias provinciales, que son respuesta natural a la necesidad de los historiadores de investigar acontecimientos circunscritos a espacios diferentes al de la Historia Nacional, hechos escondidos en la discreción de los archivos y que parecieran condenados al olvido.

El Dr. William Michael Mathes, se distinguió por su trascendental aportación a la historia regional del noroeste de México y en especial a la de Baja California, en La Tierra de Calafia, Una historia breve de las Californias (1533-1848)  realiza una síntesis comedida, dinámica, llena de datos, por demás interesantes, de fácil y ágil lectura. Esta obra es una versión ampliada de "A brief history of the land of Calafia: the Californias, 1533-1795". En sus páginas encontramos la historia de la península desde el descubrimiento realizado por los europeos, pasando por el apogeo de la expansión misionera española, la Independencia y la consolidación del estado mexicano, hasta la retirada del ejército de ocupación estadounidense en 1848.

La amplia variedad de objetos de estudio de esta “historia breve de las Californias”, representa una riqueza en temas que obligaron al investigador a revisar los documentos resguardados en archivos municipales, estatales, nacionales e, incluso, internacionales. El Dr. Mathes realizó un amplio escudriñamiento documental, años de quehacer histórico, que lo llevaron al Archivo de Indias en Sevilla, España; al Archivo General de la Nación, en la Ciudad de México, las Bibliotecas: Bancroft de la Universidad de Berkeley, Sutro en San Francisco y John Carter Brown en Rhode Island entre otras muchas. Lo que permitió la conformación de un amplio acervo documental depositado en el Colegio de Jalisco, colección que se transformó en la Biblioteca que hoy merecidamente ostenta su nombre. Durante la etapa de fundación y consolidación del Museo Regional de Antropología e Historia en la ciudad de La Paz, asistió por más de 6 años a las tradicionales “Semanas de Información Histórica Regional” organizadas por el cronista del estado, Eligio Moisés Coronado en el museo donde se realizaron 11 históricas semanas  a partir de 1981 a 1987. Michael Mathes,  aparecía siempre con la inexorable sonrisa que daba vuelta a su sarcasmo y metáfora. Ese investigador, creador e inventor, obsesivo de la lectura y la perfección, disfrutaba la compañía de sus colegas que durante esos días se reunían  a debatir sobre La Historia Regional que tanto les apasionaba y disfrutar de la rica gastronomía local y de la entrañable amistad que unía, a personajes valiosos como: León Portilla, José Ma. Muriá, Salvador Hinojosa, E. Moisés Coronado, Ignacio del Río, Enrique Hambleton, Fermín Reygadas y Jorge Luis Amao entre otros. Mathes, fue un ser humano sumamente generoso, gentil, dispuesto a servir a quien  lo solicitaba, a facilitar libros bibliografía, equipos que hicieran para los futuros investigadores su vida más simple, abrió brechas y caminos insondables. Quienes tuvimos el placer de conocerlo echamos de menos sus conversaciones, su optimismo, la oportunidad de expresar oportunamente sus profundos y diversos conocimientos .Resulta lamentable la ausencia de quien nos enseñó  a encontrar el origen  y a preguntarnos el valor de nuestra “Matria”, o Patria chica.[2]

El conocimiento histórico, contribuido por Mathes, no sólo ha sido acumulativo, también ha sido rico en la aportación de marcos analíticos, metodológicos e interpretativos: Para el autor, existe una sola unidad geográfica: la California, a lo largo de su texto, desarrolla el concepto de la unidad histórica de las tres Californias con el propósito de revelar el continuum en la historia bajacaliforniana y la de la Alta California. Así pues, tenemos en “La Tierra de Calafia” un texto de historia regional evolucionado significativamente, de calidad innegable e imprescindible.

Cuando abordamos la historia bajacaliforniana, de la mano de Mathes, nos parece, en un primer momento, que es una historia diferente a la nacional, a la oficial y socialmente aceptada. Sin embargo eso constituye el marco de referencia para los acontecimientos y personajes de los espacios locales y regionales. Así, encontraremos que el Descubrimiento de la costa del Pacífico y la península de Baja California; La Colonia, La Independencia y La Reforma, constituyen periodos de la historia local pero con varias diferencias en el grado de participación y significado.

 

La posibilidad de una interpretación histórica nacional desde lo local, permite la manifestación de la heterogeneidad del país y permite a la vez, vislumbrar la gran diversidad histórica-cultural desde la perspectiva provincial. Mathes abre su “Tierra de Calafia” con un capítulo sobre el concepto español del imperio, y cómo influyó éste, de forma determinante, en la exploración de las Californias. Ese contexto hispano-novohispano, nos brinda el mito fundacional de la California: La península, al no haber sido explorada totalmente, se la consideraba una isla, que además, en el imaginario de los exploradores europeos, correspondía a aquella “California” habitada por mujeres guerreras, descrita por Garcí Ordoñez de Montalvo en la novela “Las Sergas de Esplandián”, donde reinaba Calafia, la reina mitológica de las amazonas.

La ocupación de las tierras californianas fue un proceso largo, un proceso de colonización diferente al sufrido en el centro de México. La construcción de las primeras misiones: Santa Rosalía Mulegé, San Juan Malibát y San José de Comondú a comienzos del siglo XVIII, representa el proceso de transculturización que se manifiesta en la introducción de cultivos mediterráneos emblemáticos, como la vid, el olivo, la higuera y la datilera, en San Ignacio Cadenamán.

Otra perspectiva histórica-geográfica aportada en “La Tierra de Calafia” es la fisiográfica, un escenario mayormente desértico y marino, inhóspito y feraz. El estudio de Mathes, detalla los viajes de los pescadores de perlas a la península; las incursiones de piratas que, como Francis Drake, obstaculizaban el comercio y tránsito del Galeón de Manila hacia Acapulco, último esfuerzo de expansión del Imperio español en el Pacífico, en el siglo XVII.

La independencia, se vivió de forma muy diferente en la península con respecto al resto del país. Es hasta un año después de consumada, en 1822, que el territorio bajacaliforniano es liberado del control de la corona española. Lo que evidencia la existencia de historias regionales que rompen con la visión lineal y única de la historiografía nacional y oficial.

También hay que destacar que, históricamente, el territorio nacional y los territorios locales se han transformado e incluso algunos se perdieron. En 1821 se consideró como parte del Imperio Mexicano a la provincia de las Californias, distinguiendo dos entidades: la Alta y la Baja. Posteriormente, en la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos de 1824, se registra la existencia de dos territorios que perduran hasta 1847. El de la Alta se perdió a consecuencia de la guerra contra los Estados Unidos, en 1848, y el de la Baja subsistió hasta 1931, en el que se divide el territorio peninsular.

El amplio trabajo del Dr. W. Michael Mathes, sin pretensiones teóricas o de corriente de vanguardia, condensado el de “La Tierra de Calafia” nos presenta una Historia mexicana heterogénea y diversa. En la cual la región, península, y lo histórico-local surgen como un todo desde donde emerge una nueva identidad socio-histórica. Asimismo, la labor científica del Dr. Mathes ha sido un parteaguas en la historiografía mexicana, en que lo regional, esa extensa y espaciosa gama y matices de aconteceres, costumbres y circunstancias, son las partes concernientes a unirse en un vasto y capaz universo de realidades develando profundamente la evolución de la sociedad mexicana y su pluralidad.

¿Dónde está La California, Miguel?

¿Dónde empieza y termina?

¿Dónde excavo para volverte a ver?



Notas:

[1] México, Corredor Histórico CAREM, A. C., 2010, 154 pp.

[2] “La matria o la patria chica es dueña de un espacio corto y un tiempo largo, el común de los pueblos en México comienza en el siglo XVl durante la congregación de indios y la fundación española”. In González y González, Luis. Pueblo en vilo. Microhistoria de San José de Gracia. México, El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos, Nueva Serie, 1, 1968, 365 pp.

 

Cómo citar este artículo:

Campillo Illanes, Fanny Flora, (2013) “El Camino Real de las Californias. La Tierra de Calafia, Una historia breve de las Californias (1533-1848) de W. Michael Mathes”, Pacarina del Sur [En línea], año 4, núm. 15, abril-junio, 2013. ISSN: 2007-2309. Consultado el

Consultado el Jueves, 28 de Marzo de 2024.
. Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.comindex.php?option=com_content&view=article&id=701&catid=12