A 50 años de la Reforma Agraria en el Perú. Caso: Valle Huaura-Sayán (Lima)

50 years after the Agrarian Reform in Peru. Case: Huaura-Sayán Valley (Lima)

50 anos após a Reforma Agrária no Peru. Caso: Vale Huaura-Sayán (Lima)

Filomeno Zubieta Núñez

Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión, Perú

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Recibido: 01-04-2020
Aceptado: 15-04-2020

 

 

Introducción

El valle del Huaura-Sayán (provincia de Huaura, departamento de Lima, Perú) posee una innegable importancia para la actividad agropecuaria. Tiene una superficie agrícola total de 34 809,05 hectáreas, la mayor parte en la zona costera. Hoy sus cultivos mayores son: caña de azúcar, maíz amarillo duro, maíz chala, cítricos, melocotones, frijol, papa, entre otros. Por el volumen de su producción y por su destino sigue siendo, como antaño, una de las despensas de la capital, Lima.

La incorporación de las tierras del valle a la agricultura se remonta a tiempos inmemoriales, a tiempos de domesticación de plantas. En el período autónomo las tierras eran básicamente de usufructo comunal. Bajo el dominio español se producen los repartimientos y entregas de tierras a los llamados conquistadores, con mucho esfuerzo los naturales logran conservar sus posesiones comunales; pero, finalmente se impone el régimen de haciendas. Estas, con cambios en el régimen de tenencia, uso de fuerza de trabajo de indígenas, negros o chinos, como de su dedicación a determinados cultivos se mantuvo hasta los dos tercios del siglo XX.

Con la Reforma Agraria de 1969 y la implementación progresiva de las cooperativas agrarias a lo largo del valle, se manifiestan los cambios más radicales; posteriormente se producirá una reversión histórica vía la parcelación y luego la instauración de las empresas asociativas. Todo este proceso de los últimos 50 años es el propósito de este estudio.

La bibliografía sobre la reforma agraria en el Perú es prolífica, aun cuando con motivo del 50 aniversario de su aplicación la publicación de estudios de balance sea escasos, tanto a nivel nacional como regional. 

Los estudios previos sobre el tema, dentro de esta circunscripción, están conformados por los informes de investigación, tanto con motivos de divulgación como de las tesis de pregrado de egresados de la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión.

Carlos Morales Chirito, sociólogo dedicado a temas rurales dedicó muchos de sus estudios al movimiento campesino del valle de Huaura-Sayán y asistió a cuanto evento se desarrollará con sus aportes. Merecen destacarse: Movimiento campesino y organización sindical en el Perú, presentado en la I Convención del Frente de Defensa del Agro valle Huaura-Sayán (1984a); Diagnóstico y alternativas para el agro del Norte Chico (1984b); Crisis agraria y problemas en el valle de Huaura-Sayán e Irrigaciones (1986); Parcelación y alternativas para la organización campesina. Valles: Huaura-Pativilca-Huaral (Norte Medio) (1987). Lastimosamente sus publicaciones a mimeógrafo tuvieron circulación limitada.

La Facultad de Sociología de la Universidad huachana, en la década del 80 del siglo XX, desarrolló sus especialidades en los talleres político, urbano y agrario. Muchos de sus egresados trabajaron sus tesis sobre el proceso de implementación de la Ley de Reforma Agraria 17716 como de su desmontaje. La mayoría de esas tesis no están al acceso de los investigadores por lo que resaltamos, a manera de ejemplo, el de Elifio Carrera Huaranga (1984): Proceso de conversión de Hacienda a Cooperativa Agraria de Producción. Caso: CAP Caldera Ldta. 221 (Huaura Sayán) que nos fue de singular utilidad. 

El periodista Augusto Zimmermann Zavala (1998) elaboró un diagnóstico agrario bajo el título Crisis de la industria azucarera. El ejemplo de Andahuasi (Lima: s. p. i. 44 pp.) muy útil para entender el drama que viven los trabajadores de la Empresa Azucarera Andahuasi.

Casa Hacienda Andahuasi
Imagen 1. Casa Hacienda Andahuasi. Fuente: Archivo Empresa Andahuasi.

Las nuevas empresas agrarias que han surgido en las últimas décadas, año a año, elaboran sus informes de gestión, muchos de ellos al acceso a través de las redes que ofrecen un panorama del estado en que se hallan. Así, la Empresa Azucarera Andahuasi tiene el estudio 29 años cosechando riqueza (2000).

De los pocos testimonios recogidos y publicados para un medio cercano como es Huaral, merece destacarse el recogido por Charlotte Burenius que en 2001 publicó Testimonio de un fracaso, Huando. Habla el sindicalista Zózimo Torres (IEP, 201 pp., reeditado recientemente).

En 2001 Pedro Zurita, Abel Juárez y Javier Nieto, Javier publicaron el libro Valle Huaura-Sayán: Nuevo rostro del desarrollo agrícola (CAPER, 160 pp.), cuyo título dice de su importancia.

Finalmente, mencionamos nuestro libro Sentimos que la tierra es nuestra… Reforma Agraria y campesinado en el valle de Huaura-Sayán, publicado en 2019 como homenaje al 50° aniversario de la promulgación de la Ley 17717.

 

El valle de Huaura-Sayán antes de la Reforma Agraria

A lo largo del siglo XX la mayoría de las haciendas del Valle de Huaura-Sayán -siguiendo una larga tradición económica- privilegian los cultivos de caña de azúcar y algodón (tangüis). Progresivamente el capital extranjero se va posesionando de las acciones de los complejos azucareros del país; sin embargo, las haciendas del valle de Huaura siguieron en manos cien por ciento peruanas, por sus orígenes eran de extranjeros, pero sus propietarios por su larga permanencia en estas tierras se nacionalizaron.

La Reforma Agraria, como proceso de cambios en la tenencia y gestión de la tierra, fue una larga aspiración de los trabajadores del campo. Desde 1956 se dieron varios intentos, recién con el Gobierno de la Fuerza Armada del general Juan Velasco Alvarado se promulgó el D.L. 17716 el 24 de junio de 1969.  Las condiciones habían variado y existía la voluntad política para su implementación que favorecieron la afectación e intervención de los complejos agroindustriales.

Para el escenario de esta década la población del Perú presentaba el cuadro siguiente según el Censo Nacional de Población de 1972: población absoluta: 13´538, 203 habitantes; población urbana: 8´058, 495 (60 % del total) y población rural:  5´479, 713 (40 % del total).

La provincia de Chancay contaba con 258, 945 habitantes 135, 025 eran varones y 123, 920 mujeres. La capital Huacho con 36, 315 habitantes con 18, 348 hombres y 17, 967 mujeres. Su importancia económica, social, cultural y política era indiscutible, además de contar con un puerto por el que se exportaba harina de pescado y minerales y se importaba fertilizantes (Zubieta, 2019, pág. 126).

El presidente Juan Velasco Alvarado promulga la Ley 17716 de Reforma Agraria, el 24 de junio de 1969
Imagen 2. El presidente Juan Velasco Alvarado promulga la Ley 17716 de Reforma Agraria, el 24 de junio de 1969. www.timetoast.com

 

a. La tenencia de la tierra antes de la Reforma Agraria

Antes de la aplicación de la Reforma Agraria en la zona se contaba con un total de 2, 094 fincas de las cuales 131 de ellas (el 6.25%) ocupaban el 78 % de las tierras del valle; en tanto 1, 530 (el 73.07 %) abarcaban menos del 5 % de dichas tierras. Una gran proporción de las fincas estaban en manos de arrendatarios por seis o diez años, no interesándose por ello en realizar mejoras. En esta área existían siete comunidades campesinas aun cuando solo cuatro disponían de tierras (Zubieta, 2019, págs. 126-127).

Cuadro 1. Número y porcentaje de fincas por tamaño, valle de Huaura, 1970

Distrito agrícola

TOTAL

Unidades con más de 50 ha

Unidades de 10-49,9 ha

Unidades de 3-9,9 ha

Unidades de menos de 3 ha

N° de fincas

Área (ha)

N° de fincas

% de área

N° de fincas

% de área

N° de fincas

% de área

N° de fincas

% de área

Vilcahuaura

3

1 640

3

100.3

-

-

-

-

-

-

Santa Rosa

52

6 456

35

93.3

15

6.5

2

0.2

-

-

Acaray

230

4 343

17

77.2

25

11.9

54

6.2

134

4.7.

Quipico-Huaura

29

4 080

17

94.4

7

5.2

4

0.4

1

-

Sayán

134

2 282

5

63.9

20

19.4

59

14.2

50

2.5

Ingenio

10

1 145

7

98.4

1

1.1

2

0.5

-

-

San Felipe

84

4 433

23

72.7

40

24.4

21

2.9

-

-

Humaya

9

1 378

9

100

-

-

-

-

-

-

Margen izquierda

8

791

5

95.3

1

2.4

2

2.3

-

-

Río Chico

157

1 582

5

28.6

34

47.6

32

13.1

86

10.7

Campiña

1 378

2 307

5

12.9

24

20.6

90

18.9

1 259

47.6

TOTAL

2 094

31 436

131

78.07

167

12.53

266

4.53

1 530

4.87

Fuente: FAO (1970, pág. 17).

Lo anterior, clasificadas en unidades de explotación agrícola, es decir, unidades subfamiliares, las fincas o predios con menos de 2.9 hectáreas; unidades familiares las que tienen de 3 a 9.9 hectáreas; unidades multifamiliares (tamaño medio) de 10 a 49.9 hectáreas y unidades multifamiliares (tamaño grande) de más de 50 hectáreas, presentaba la siguiente situación:

Cuadro 2. Superficie de las fincas del valle de Huaura por categorías económicas, 1970

Categorías

Superficie

Número

ha

%

ha

%

Subfamiliares

1 530

4.9

1 539

73.1

Familiares

1 425

4.9

266

12.7

Multifamiliares (tamaño medio)

3 937

12.5

167

8.0

Multifamiliares (tamaño grande)

24 544

78.1

131

6.2

TOTAL

31 436

100.0

2 094

100.00

Fuente: FAO (1970, pág. 41).

Las tierras de tamaño grande y medio, especialmente las haciendas, se dedicaban a la producción de caña de azúcar, algodón, frutos cítricos y la producción de lácteos, por su capacidad técnica y comercial, como de créditos y mano de obra. Los hacendados tenían no solo el control de las propias haciendas y su producción, también del comercio y los servicios de la región. Huacho era el principal centro urbano, seguidos de otros de menor jerarquía, pero no por eso menos importantes: Huaura, Sayán, Végueta, Carquín en la parte costera.

A parte de la industria de pescado, las industrias de la zona estaban basadas en la transformación de los productos agropecuarios. Así, Végueta tiene una industria de envasado de alimentos, y otra de fabricación de vino; Huaura tiene panadería, ingenio azucarero, destilería, desmotadora; Sayán tiene ingenio azucarero y producción de vino; y, Huacho, donde se concentran la mayor parte de las actividades industriales tiene planta de procesamiento de productos de leche, enlatado de pescado, harina de pescado, envasado de alimentos, panaderías, aceite doméstico, destilería, vinos refrescos, desmotadora, ropa, cajones de madera, carpintería, imprenta, artículos de jebe, fábrica de jabón, reparaciones de radio y televisión, etc. (Paz, 1975, págs. II-B-25).

En el valle se tenía haciendas de diversa extensión cuyos propietarios trabajaban sus tierras con jornaleros controlados por sus mayordomos. Parte de sus tierras las arrendaban en parcelas con el compromiso de prestación gratuita de servicios personales. Muchos propietarios habían establecido relaciones de proximidad con sus trabajadores, como el compadrazgo, que les permitía sacar provecho adicional del jornalero y su familia (Zubieta, 2019, pág. 128).

Cuadro 3. Propietarios de tierras del Valle de Huaura-Sayán
antes de la aplicación de la Reforma Agraria

Hacienda

Superficie
(hectáreas)

Propietario

Acaray

487

Gelantini Olcese

Alcantarilla

341

Trigueros Pomar

Desagravio Sur y otros

163

Bernardo Fort

Andahuasi

1, 034

Andahuasi SRL

Caldera

515

Carlos Neuhaus

Casa Blanca o Conejo

147

Fernando Bustamante

Casa Vieja y anexo

165

Letts Colmenares

Casuarinas 1, 2 y 3

337

Cía. Com. Inmob. San Salvador

El Carmen

168

Ascenso Costa M.

El Progreso

201

Rufino Aspiazu

El Proreso

199

J. Hartinger

Humaya Sur-Este

215

Virginia Boca

Humaya Baja

143

G. Salinas López

Humaya Baja

41

Salinas López, Isabel

Humaya Matriz

20

Cía. Desmotadora Humaya

Ingenio

227

Manuel Fumagalli

José Antonio y otros

161

Alfredo Valfre Y. S. A.

La Calusa

256

Daniel Urbina

La Verónica

231

María S. Bumins

Loreto

126

Banco de Fomento Agropecuario

Santa Inés

161

Claudio Fernández

Regocijo

98

José Benavides

Rontoy y Capellanía

525

Agrícola Rontoy

Ruquia

291

Agrícola Capurro

Chacaca

398

Aspiazu Garrido

Tres Marías

139

Alfredo Ferrero Costa

28 de Julio

196

Luis Lau

Los Ángeles

138

Alida Sevilla

San Isidro L. 1

107

Agrícola Canaval Park Hnos.

San Isidro L. 2

115

Carlos Durand Palacios

San Cristóbal de Vilcahuaura

637

Gallo Porras y Hnos.

Fuente: Dirección Regional de Reforma Agraria, 1974. Citado por Carrera (1984, pág. 100).

 

b. Organización de los trabajadores del campo

A partir del segundo quinquenio de los 40 del siglo XX hay la presencia de las orientaciones apristas y socialistas entre los trabajadores del campo. Los apristas con la Federación de Trabajadores Azucareros y la Federación Nacional de Campesinos (algodón y alimentos) afiliados a la Confederación de Trabajadores del Perú; los socialistas con la Confederación Campesina del Perú, CCP a partir de 1947 -con intervalo represivo del gobierno de Odría reaparece en 1956 bajo orientación del PCP- con rol importante en el movimiento campesino desde 1960.

En organización sindical fueron los campesinos del valle Chancay-Huaral-Aucallama los primeros en organizarse, en 1930 constituyen la Federación de Yanaconas y Trabajadores del Chancay, gracias a los aportes de los anarquistas Ernesto Sobero y Elí Reyes, luego de un paro victorioso del 2 de noviembre de 1930, fue suprimida al ser declarada fuera de la Ley. 15 años después, con la llegada a la zona de Segundo Quintanilla (militante aprista) se reinicia la organización de los trabajadores del campo y en 1945 se constituye la Federación Sindical del Valle Chancay-Huaral-Aucallama con 21 sindicatos que dos años más tarde ya tenía 54 sindicatos, formando parte de la Unión Sindical de Trabajadores de la Provincia de Chancay con sede en Huacho.  En 1948 el gobierno de Odría con su política antiaprista y antisindicalista reprime y descabeza a la Federación, Ocho años después, con Manuel Prado, se reinicia la organización sindical y la disputa por su control entre el ara y el PCP. En 1958 de formó la Federación de Braceros de Chancay con 9 sindicatos del valle de Huaral y 4 del valle de Huaura-Sayán con rol importante en la vida sindical de los trabajadores (Morales, 1984a, pág. 7).

La centralización de los trabajadores de la provincia de Chancay, incluyendo a los campesinos, se produce el 12 de octubre de 1944 con la fundación de la Unión Sindical de Trabajadores de la Provincia de Chancay, impulsada por los apristas y afiliada a la CTP, con su primer secretario general Porfirio Faverón (Zubieta, 1996, pág. 132).

Uno de los primeros sindicatos de campesinos del valle de Huaura-Sayán fue el Sindicato de Trabajadores de la Hacienda Andahuasi, afiliada a la Unión Sindical de Trabajadores de Chancay, el 18 de agosto de 1945, con su primer secretario general Hipólito Ordóñez (Zubieta, 1996, pág. 107).

Luego de la masacre de trabajadores de Torre Blanca, el 16 de diciembre de 1960, se afirma el liderazgo del APRA, surgiendo la figura de Manuel Tomillo del Sindicato de Jesús del Valle. En 1963 se organiza la Federación de Trabajadores de Huaral-Aucallama-Chancay, reconocida en 1965, para 1967 contaba con 17 sindicatos que agrupaba al 82 % de los peones. Progresivamente se burocratizó, como parte de la CTP.

La organización de los trabajadores al interior de las haciendas se realizaba en las condiciones más difíciles poniendo en riesgo de perder sus puestos de trabajo. Superando imponderables se forman los sindicatos de los trabajadores del campo logrando su reconocimiento legal. Para 1968, antes de la dación de la Ley de Reforma Agraria de Velasco Alvarado, a nivel de la provincia de Chancay se tenía: 49 sindicatos y 02 federaciones de trabajadores en toda la provincia; 04 asociaciones o sindicatos de yanaconas; 03 sindicatos de empleados; 14 sindicatos de trabajadores campesinos agrupados en la Federación de Trabajadores Campesinos del Valle de Huaura-Sayán. Eran los tiempos en que el APRA hegemonizaba la dirección del movimiento campesino.

Cuadro 4. Sindicatos de trabajadores del campo del valle Huaura-Sayán reconocidas (1936-1968)

 Sindicato de Trabajadores de la Hacienda Chacaca (obreros)

 Sindicato de Trabajadores del Fundo San Juan de Mazo

 Sindicato de Trabajadores de la Hacienda Ingenio (obreros)

 Sindicato de Trabajadores de la Hacienda Ruquia

 Sindicato de Trabajadores de la Hacienda Rontoy

 Sindicato de Trabajadores de la Hacienda Acaray (obreros)

 Sindicato de Trabajadores de la Hacienda Vilcahuaura

 Sindicato de Trabajadores de la Hacienda Humaya

 Sindicato de Trabajadores de la Hacienda Caldera

 Sindicato de Trabajadores de la Hacienda Tres Marías y anexos: San   Roque, San José y El Carmen

 Sindicato de Trabajadores de la Hacienda San Miguel y anexos

 Sindicato de Trabajadores de la Hacienda Santa Eusebia

 Sindicato de Trabajadores de la Hacienda Las Casuarinas

 Sindicato de Trabajadores de la Hacienda Andahuasi

Fuente: Ministerio de Trabajo y Comunidades, 1968. Citado por Carrera (1984, pág. 102).

 

La Reforma Agraria en el valle de Huaura-Sayán

a. La Reforma Agraria y su impacto

El CENCIRA, Centro Nacional de Capacitación e Investigación para la Reforma Agraria, creado el 21 de julio de 1970 por Decreto Ley N° 18348; y la Dirección de Apoyo a las Empresas Campesinas del Ministerio de Agricultura asumieron la capacitación, asesoría y fiscalización de las empresas cooperativas en implementación dentro del valle del Huaura.

Para los propósitos de la aplicación de la Ley de Reforma Agraria, todo el sector agrario de esta parte del Perú se denominó Proyecto Integral de Asentamiento Rural, PIAR.  Huaura. La concepción de las PIAR se entendió como “el área geográfica con fines de reforma agraria”. El PIAR Huaura fue considerado desde Sayán hasta la desembocadura del río Huaura.

 

La implementación de la reforma agraria en el valle de Huaura no fue parte del simple proceso de aplicación de la Ley. El departamento de Lima no había sido declarado como zona de Reforma Agraria. Para evitar las adjudicaciones a los trabajadores, muchos propietarios habían optado por las parcelaciones en beneficio de familiares y allegados. La reacción de los trabajadores y sus organizaciones gremiales demandando la afectación de las haciendas, con movilizaciones cada vez numerosas, surtieron efecto (Zubieta, 2019, pág. 149).

 

De un total de 24, 100 hectáreas de superficie cultivable aproximadamente en el valle de Huaura, 18, 000 hectáreas se adjudican a las empresas cooperativas (aun cuando las estadísticas señalan cifras menores), el resto se mantuvo como pequeña y mediana propiedad individual.

En junio de 1971, a dos años de la dación de la Ley, se implementa la reforma agraria en el valle de Huaura. Se expropian las haciendas, se adjudican las tierras a los trabajadores de las haciendas y se organizan las Cooperativas Agrarias de Producción, CAP, mediante la fusión de las tierras de las ex haciendas.

Cuadro 5. Superficie adjudicada a las Cooperativas Agrarias del PIAR Huaura (1974)

 

EMPRESA

 

Superficie adjudicada

Has

Superficie bajo riego

Has

Superficie cultivada bajo riego Has

01

CAP 3 de Octubre Ltda. N° 1

540

284

271

02

CAP El Triunfo Ltda. N° 6

560

495

327

03

CAP Pedro Coronado Ltda. N° 7

779

705

643

04

CAP El Sol Ltda. # 8

680

664

423

05

CAP José de San Martín Ltda. N° 09

941

933

747

06

CAP S. José Rontoy Ltda. N° 12

517

507

452

07

CAP Desagravio Ltda. N° 14

688

638

606

08

CAP Humaya Ltda. N° 17

520

501

418

09

CAP Santa Inés Ltda. N° 22

642

502

471

10

CAP Tres Marías Ltda. N° 23

680

522

334

11

CAP Manco Cápac Ltda. N° 24

681

646

469

12

CAP Acaray Ltda. N° 25

482

469

395

13

CAP Tierra del Sol Ltda. N° 31

677

597

414

14

CAP San Miguel Arcángel Ltda. N° 38

294

251

247

15

CAP Andahuasi Ltda. N° 41

1, 445

935

920

16

CAP Ingenio Ltda. N° 42

765

673

646

17

CAP José Carlos Mariátegui Ltda. N° 44

399

371

354

18

CAP Camay Ltda. N° 46

625

551

549

19

CAP Francisco Vidal Ltda. N° 47

608

540

529

20

CAP Caldera Ltda. N° 221

649

583

515

21

CAP San Cristóbal de Vilcahuaura Ltda. N° 222

993

910

637

 

TOTAL (hectáreas)

14, 165

12, 285

10, 418

Fuente: Paz (1975, pág. 14).

Con otras tres cooperativas agrarias que se implementaron posteriormente (José Faustino Sánchez Carrión N° 49, María Parado Bellido N° 50 y Luis Pardo N° 51), el valle de Huaura Sayán tendrá 24 Cooperativas Agrarias de Producción.

En los tres valles del norte del departamento de Lima (Fortaleza-Pativilca-Supe, Huaura-Sayán e irrigaciones, Huaral-Chancay-Aucallama) se lograron implementar 48 cooperativas agrarias, de los cuales tres se mantendrían como agroindustriales: Paramonga, Andahuasi e Ingenio, beneficiando a 10, 036 socios con una extensión total de 48, 392.18, con su mayor porcentaje dedicado a la producción de caña de azúcar y la fabricación de azúcar (Zubieta, 2019, págs. 156-157).

Comité de Productores de Maíz y Sorgo
Imagen 3. Comité de Productores de Maíz y Sorgo. Foto Fredy Jordan.

 

b. Cambios de hacienda a cooperativa

El proceso de implementación de las cooperativas, de cambios de haciendas a cooperativas, produjo una especie de shock en todos los aspectos de la vida a lo largo del valle que incluyó a la configuración y trato de las propias tierras. A manera de ejemplo lo ocurrido en Andahuasi.

La hacienda Andahuasi que en el siglo XX estaba en manos de la sociedad Frasser Luckie e hijos en 1923 es transformada en Andahuasi State Company Limited y, progresivamente, a los tres años va incorporando a su margesí los terrenos que ocupara en calidad de usufructo transformándose en una de las más importantes del valle de Huaura. Tenía 1, 033 hectáreas mayormente dedicada al cultivo de caña de azúcar, aprovechado en un ingenio de 600 T.C.D. que instaló.  A partir del 13 de junio de 1971 en las tierras son adjudicadas a la cooperativa de su nombre, sus trabajadores se convierten en socios. A diferencias de muchas cooperativas aledañas, los cooperativistas andahuasinos -gracias a la labor de sus dirigentes- fueron entendiendo la enorme responsabilidad que tenían con su futuro y marcharon unidos en su construcción, con muchos altibajos claro está. Progresivamente sus tierras se fueron extendiendo con las alianzas con los anexos vecinos, elevando su productividad y rentabilidad, tornándose en una empresa próspera. En 1972 anexa a San Jerónimo-Maní con 400.28 hectáreas; en 1976, a Santa Rosa con 983.08 Has y Santa Inés con 642.07 Has; en 1980, Pedro Coronado con 947.20 Has y en 1981, El Triunfo con 562.03 Has. Así, incrementó su frontera agrícola y su capacidad de molienda a mil toneladas (Zubieta, 2019, págs. 158-159).

 

Los resultados en la producción en el área adjudicada fueron tema de análisis, dada la importancia del valle en la provisión de distintos productos. Se constata disparidad de rendimientos por hectárea explicada por las diferencias en la calidad de la tierra, en la mayor o menor disponibilidad de agua, de los insumos o fertilizantes dispuestos en los terrenos. Lo singular es apreciar la comparación del rendimiento entre las tierras bajo administración de las cooperativas y las que están en propiedad particular, con rédito mayor a favor de las cooperativas.

Cuadro 6. Producción agrícola total del valle de Huaura, incluyendo las CAPs (1975)

Cultivos

Superficie (Has)

Rendimientos (Kgs/Ha)

Producción (T. M)

% de producción en Empresas

Total

CAPs

Valle

CAPs

Valle

CAPs

Maíz

6, 800

6, 000

3, 800

4, 090

25, 840

24, 540

95

Algodón

2, 800

2, 500

1, 700

1, 800

4, 760

4, 500

94

Frijol

2, 500

1, 800

850

1, 051

2, 210

1, 910

86

Caña de azúcar

2, 300

1, 700

140, 000

151, 7000

322, 000

257, 890

80

Hortalizas

2, 200

1, 100

--

--

--

--

--

Papa

2, 150

1, 200

16, 000

19, 500

34, 400

23, 400

68

Frutales

1, 500

1, 000

--

--

--

--

--

Vid

800

600

4, 000

4, 500

3, 200

2, 700

84

Otros

3, 000

2, 100

--

--

--

--

--

 

24, 100

18, 000

 

 

 

 

 

Fuente: Paz (1975, pág. 16).

Los resultados habrían de contribuir a mejorar las prácticas de riego y selección de cultivos, utilizar toda el área bajo riego y expandirla, incrementar y elevar la productividad. Pero, también, sortear una serie de dificultades en la propia organización de los adjudicatarios, las demoras del Banco Agrario en otorgar los préstamos para las campañas agrícolas (unos tres meses); la falta de asistencia técnica oportuna, la adquisición oportuna y de buena calidad de los fertilizantes, las demoras en los pagos de las ventas realizadas (de dos a siete meses).

En el proceso de reforma agraria la fuerza de trabajo que requiere la agricultura de la cooperativa agraria lo conforman los propios cooperativistas. Por su condición de socios, no venden su fuerza de trabajo a un patrón, sino que se autoemplean. Cada CAP tenía determinaba cantidad de adjudicatarios, socios de la cooperativa y potenciales trabajadores de esta.

No todos trabajaban en la agricultura, sino los que realmente eran requeridos, quedando un determinado número de jornales no utilizados. Estos asociados eran empleados en otras actividades como las artesanales, comerciales. Aun así, había temporadas de concentración de actividades agrícolas que ameritaban la contratación de fuerza de trabajo sin ocupación, eventuales.  A ellos se suman los profesionales especialistas, auxiliares, técnicos y otros de los Ministerios de Agricultura y Alimentación. Siempre los empleados y los técnicos percibían salarios por encima de los obreros, sean socios o no socios.

Parte del valle de Huaura-Sayán, Lima
Imagen 4. Parte del valle de Huaura-Sayán, Lima. Fuente: Revista Síntesis, 2015.

 

c. Administración cooperativa

Cada cooperativa agraria era una unidad de producción y trabajo “destinado a consolidar las acciones de Reforma Agraria”, renovando periódicamente a sus cuadros dirigenciales mediante actos electorales para elegir a los integrantes de sus Consejos de Administración y Consejos de Vigilancia. Si bien al inicio el gobierno designó a todos los dirigentes, progresivamente bajo lo estipulado en el D.S. N° 004-72-PM, que reglamentaba el proceso electoral en las CAPs, se fue dando participación a los trabajadores (Zubieta, 2019, págs. 169-170).

Además de estos Consejos, se implementan los Consejos de Educación y Consejos de Comercialización para atender asuntos específicos vinculados.

El siguiente cuadro nos resume la organización y administración que regía en cada Cooperativa Agraria de Producción. Los órganos de gobierno estaban señalados en los respectivos reglamentos y normas.

Gráfico 1. Organigrama de una CAP del valle de Huaura-Sayán
Organigrama de una CAP del valle de Huaura-Sayán
Fuente: Carrera (1984, pág. 50).

Los adjudicatarios de la reforma agraria tenían su vida cotidiana en el interior de su cooperativa, especialmente de vivienda y educación. La capacitación técnica, la atención médica a los socios y sus familiares, la implementación de los programas de Educación Básica Laboral; asistencia médica y farmacéutica y programas de educación familiar a la madre cooperativista, provisión de útiles escolares a los hijos estudiantes, contrato de docentes especializados, pasajes si estudian fuera de la cooperativa, un buen desayuno antes del horario escolar.

Parte de las utilidades de la empresa cooperativa fue destinado a los programas de construcciones de viviendas, escuelas, postas médicas y otras obras de bien social. Para abaratar costos siempre se recurría a la mano de obra de los propios adjudicatarios.

Los trabajadores cooperativistas valoraron la importancia de la educación y, como antes no había ocurrido, se preocuparon por brindar a sus hijos mayores posibilidades de continuar sus estudios superiores. Muchos de ellos llegaron a las aulas universitarias y se recibieron de profesores, médicos, ingenieros y en otras profesiones. Hoy se consideran profesionales hechura de la Reforma Agraria.

Como no había ocurrido antes (en los tiempos de las haciendas), los trabajadores gozaban de mayor libertad para cultivar las artes, la música, el baile; así como el deporte, las festividades patronales y aniversarios.

Progresivamente se formaron equipos de fútbol por cooperativas agrarias y se fueron organizando campeonatos de campesinos del valle. Se sumaron los festivales deportivos con participación femenina en vóley. Se amenizaban con bandas de música, bailes, consumos de potajes y licores. Cada cooperativa celebraba el aniversario de la adjudicación de las tierras a sus trabajadores. Así, el aniversario de la CAP Andahuasi se celebraba a todo dar el 13 de junio de cada año.

Movilización campesina exigiendo aplicación de la Ley de Reforma Agraria, 1970
Imagen 5. Movilización campesina exigiendo aplicación de la Ley de Reforma Agraria, 1970. Foto: Federación de Campesinos del valle Huaura-Sayán.

 

d. El movimiento campesino

Al iniciarse la adjudicación de tierras e implementación de la reforma agraria, el gobierno militar buscó que generar niveles de apoyo de los sectores populares, bajo el argumento de que esta medida "se daba en beneficio del campesinado", pero bajo la exclusiva orientación y control de la cúpula técnico-militar. Esto motivó un importante proceso de movilización campesina que se pretendió convertir en una base de apoyo al régimen.

En el movimiento campesino la Confederación Campesina del Perú, CCP y la Confederación Nacional Agraria, CNA, desde sus orillas enfrentarán el tema de la reforma agraria y la movilización del movimiento campesino. La CCP enfrentándose al gobierno y la CNA como organismo de apoyo.

La Reforma Agraria buscaba desplazar del campo a los grandes hacendados que concentraban la propiedad de las mejores tierras para reemplazarlos por empresas asociativas, favoreciéndolo con la fijación de mínimas inafectables (150 Has. en la Costa) y las parcelaciones por iniciativa privada. En su implementación se sobre enfatizó el papel de los técnicos y se excluyó la injerencia de los trabajadores en la toma de decisiones.  

Los campesinos costeños, ante las medidas autoritarias y rígidas del régimen, como contra las parcelaciones por iniciativa privada e intentos de la burguesía agraria de burlar sus derechos laborales, respondieron con movilizaciones en diversos valles costeños (Piura, Supe, Barranca, Chancay y Cañete). Estas se iniciaron en octubre de 1969, cuando los trabajadores de la hacienda Huando (50 Km. al norte de Lima) comenzaron una ardua lucha contra la parcelación de la hacienda entre familiares y allegados de los hacendados. Luego de un par de paros cortos en octubre de 1970, los trabajadores implementaron una larga huelga que duró hasta el 15 de febrero de 1971 y organizaron dos marchas de protesta a Lima, al Palacio de Gobierno, logrando obtener la modificación del régimen de parcelaciones por iniciativa privada, previsto inicialmente en la ley, así como posteriormente, en febrero de 1971, la anulación de la parcelación de la hacienda. Igual lucha fue continuada por los trabajadores del Valle de Cañete. Y continuarían otras más.

Ante la inacción de la dirección aprista en el movimiento campesino, los trabajadores del valle de Huaura-Sayán se organizaron en el Comité de Defensa de la Reforma Agraria en setiembre de 1969 con el propósito de unificar a todos los campesinos del valle, denunciar las injusticias, demandar la derogatoria del Título IX de la Ley de Reforma Agraria que declaraba exceptuada de la Reforma Agraria al valle de Huaura y se dispusiera la inmediata afectación de las haciendas en favor de sus trabajadores. Es más, entre junio y noviembre de 1970 desarrollaron tres grandes mítines regionales y siete mítines locales y realizaron una huelga general indefinida de tres días de duración con participación de cerca de diez mil trabajadores. El gobierno procedió a nombrar, de inmediato, una Comisión Especial y en mayo de 1971 y a la anulación de algunas parcelaciones e intensificó las acciones de afectación. Así, por presión campesina se aceleró el proceso de aplicación de la reforma agraria con la adjudicación de tierras e implementación de las cooperativas agrarias. Principales líderes de estos movimientos fueron Félix Honores, Víctor Huamán, Esteban Vilar y Serafín Cóndor (Morales, 1984a, pág. 8).

El Comité brindó apoyo a las luchas de los trabajadores del Fundo Loreto que exigían su expropiación, a los trabajadores del Fundo Casuarinas en huelga por el cumplimiento de su pliego y liberación de sus nueve detenidos, de los trabajadores del Fundo Vilcahuaura por desalojo de nuevos parceleros contrarios a la Reforma Agraria, entre otras.

La experiencia ganada y la necesidad de dar continuidad a las luchas y demandas, el 14 de febrero de 1971, dan forma a la Federación Campesina del Valle de Huaura- Sayán presidida por Félix Honores Vega, con propósito de hacer cumplir los postulados de la Reforma Agraria, especialmente lo pregonado: “el patrón no comerá más de pobreza”, “la tierra es de quien la trabaja”. En febrero de 1972 se formalizó la Federación como culminación de una convención, integrada por cinco sindicatos: Santa Inés, Ruquia, Caldera, Loza, además de comités sindicales. Posteriormente se afiliaron otros sindicatos.  A partir del 16 de julio de 1972 puso en circulación su vocero La voz del campesino a mimeógrafo, bajo la responsabilidad del propio Félix Honores. Logró su reconocimiento legal el 2 de octubre de 1973.

La resistencia a la aplicación de la Reforma Agraria en el valle de Huaura-Sayán fue el principal estímulo para la actuación colectiva de los trabajadores En diciembre de 1972 y enero de 1973 se sucedieron huelgas en diversos fundos, luego en marzo y mayo de 1973 se dio una importante acción por la afectación total de las haciendas del valle, lo que se denominó la "Grandiosa Operación Rescate". Se inició ésta con la toma del fundo San Isidro y con huelgas en los fundos Humaya y Huacán, siguiendo luego la toma de 24 predios y la proclamación de una huelga general del valle, exigiendo al gobierno afectar la totalidad de fundos y el reconocimiento legal de la Federación Campesina del Valle Huaura-Sayán.  

Vista panorámica de la Hacienda Humaya
Imagen 6. Vista panorámica de la Hacienda Humaya. Foto: Revista Mundial, 1923.

Estas movilizaciones contribuyeron a la reactivación y reestructuración de la Confederación   Campesina del Perú, impulsadas en la Asamblea Nacional Campesina, realizada en Huaura a mediados de 1973 y en el IV Congreso Nacional Campesino, efectuado en el valle de Chancay, en mayo de 1974 que aprobó una plataforma de lucha centrada en la toma de tierras, el no pago a la deuda agraria, el apoyo a las reivindicaciones salariales de los trabajadores agrícolas, la defensa de los derechos sindicales y la lucha contra los intentos de control político por parte del gobierno vía Sinamos y la Ley No 19400.

Por su lado, para controlar al movimiento campesino, el gobierno de Velasco Alvarado dio nacimiento a la Confederación Nacional Agraria en 1974 con 18 federaciones agrarias. Para 1977 tenía 3, 365 organizaciones de base y 159 Ligas Agrarias, reunidas en 20 federaciones agrarias departamentales: Ancash, Cuzco, Puno, Ica, San Martín, Amazonas, Huánuco, Pasco, Apurímac, Huancavelica, Loreto, Lima, La Libertad, Lambayeque, Ayacucho, Piura-Tumbes; Cajamarca, Junín, Tacna-Moquegua y Arequipa, con un total de 679, 825 miembros. De todos ellos la representación de las cooperativistas agrarias alcanzaban el 15% de las bases y el 9.5% de los afiliados. Había cierta ausencia del sector asociativo con solo 158 de los 778 grupos campesinos, con predominio de las comunidades campesinas (61% de las bases y 76% de los campesinos afiliados). Su primera Junta Directiva estuvo encabezada por los siguientes líderes: presidente, Félix Hinostroza Picoy; vicepresidente, Juan Aguilar Martínez; secretario de actas, Eustaquio Maylle Ortega (Espinal, 2016, pág. 45).

En el valle de Huaura-Sayán se crea la Liga Agraria del valle de Huaura, como parte de la Federación Agraria, con los trabajadores de las CAPs El Sol, San Martín de Chacaca, José Carlos Mariátegui, El Triunfo, José Faustino Sánchez Carrión y Tres de Octubre. Sus dirigentes connotados fueron Julián Muñoz, Teodoro Romero y Valverde. Sin embargo, la Liga tuvo una corta duración.

A partir de 1974 la Federación de Campesinos del Valle Huaura-Sayán entra a una etapa de inacción, limitándose a brindar asesoría y apoyo en los trámites; muchos sindicatos dejaron de actuar bajo el argumento de que “no era necesario el sindicato, ya que eran dueños de la tierra”. En 1980 ingresó a una etapa de inacción y extinción.

A lo largo de los años mencionados y muchos después hay dirigentes campesinos que, por su plena identificación y participación en defensa de los derechos de los trabajadores del campo, son recordados con mucho afecto. El pasado 24 de junio del 2018 el Sr. Martín Rodríguez Gutiérrez  (líder histórico del campesinado del valle de Huaura), hizo pública esta relación: Pedro Coronado (hacienda Calusa); Tomás Padilla Fonseca y Rosa Pacheco Huamán  (hacienda Ruquia); Estela Pajuelo Remane (hacienda Humaya); Victoria Torres (hacienda Los Ángeles); Alberto Bouroncle (hacienda Rane); Víctor Huamán (hacienda El Carmen); Crispín Mallma y Ángel Inga (hacienda Loza); Julio Abanto (hacienda San Juan); Félix Honores (hacienda Quipico); César Espinoza (hacienda Chacaca); Emilio Malqui (hacienda Acaray); Exaltación Bañón Navidad (hacienda Vilcahuaura); Sabino Pontello (hacienda San Onofre); Crisanto Amancio Palacios; Avelino Menguita Rivera, Sixto Victorio Gueto y Catalina Atusparia (hacienda Caldera); Fortunata Ramos P. (hacienda Camay).

 Empresa Azucarera Andahuasi en poder de sus trabajadores, 2005
Imagen 7. Empresa Azucarera Andahuasi en poder de sus trabajadores, 2005. Fuente: Revista Vea Más, núm. 10, p. 9.

 

e. Crisis del régimen de cooperativas

En 1979, a cerca de diez años de iniciado el programa de reforma agraria éste se encontraba prácticamente paralizado. La orientación del gobierno militar presidido por Morales Bermúdez fue revocar la política del período del general Velasco, eliminando la mayoría de las reformas entonces iniciadas, quedando la agraria como la única hasta entonces no revertida sustantivamente.

 

Parecería cerrarse así un ciclo al cabo del cual la vulnerabilidad económica, la efervescencia política y social, y la contraposición de opciones (sin que ninguna de ellas logre hegemonía), reproducen las condiciones en las que se originó el experimento militar. De esta manera, se estaría llegando a la dramática conclusión que los cambios que tan bruscamente sacudieron la estructura agraria peruana la han retrocedido casi a su estado previo, con la diferencia que en este momento la reforma no se vislumbra como solución alguna (Matos & Mejía, 1980, pág. 337).

 

La política agraria del gobierno se fue endureciendo: exigencia de una mayor cuota de sacrificio a los trabajadores rurales con mayores cargas tributarias, fijación de topes salariales y límites en la distribución de excedentes. Además, crece la injerencia del Estado en la vida de las empresas agropecuarias, se suspende el derecho a huelga y las reuniones sindicales por el estado de emergencia.

Junto con la política gubernativa, también, hay problemas internos en las cooperativas. Contradicciones entre socios y dirigentes; entre empleados, técnicos, obreros calificados, obreros no calificados y trabajadores eventuales. También la generada por los campesinos que no valoraban en su real dimensión los alcances de la Reforma Agraria y al considerarse dueños de la tierra provocaron consecuencias graves.

Martin Rodríguez (Moho, Puno, 1934; ex socio de la CAP Don José de San Martín), nos comenta: El cooperativismo trajo consigo problemas de indisciplina laboral. Los propios socios trabajadores acordaron rebajar la jornada laboral sintiendo que ya eran “dueños”. Frente a la sustracción de doce bombas de fumigación, el sindicato se opuso a que se aplique la suspensión de los responsables, incluyendo a los guardianes que resultaron cómplices.

En esta misma línea de autocrítica Eduardo Lastres Gonzáles (Huacho, 1952; ex trabajador de la CAU Caldera) nos manifiesta:

 

Durante la época de los patrones, si bien las condiciones de trabajo eran duras, no había trabajadores ociosos, ni mentirosos, ni ladrones.

Cuando se tuvo la oportunidad de conducir la tierra en forma cooperativa salieron todas las taras que parecían dormidas. Los consejos de administración se acostumbraron a gastar sin que nadie les diga nada, los trabajadores a reducir su jornada de trabajo, los proveedores de maquinaria e insumos agrícolas se convirtieron en audaces corruptores de dirigentes, administradores, gerentes, contadores y jefes de compra. Frente a los desmanes, el trabajador se desalienta, ya no rinde a conciencia, solicita continuos permisos para acudir a prestaciones de salud. El resultado es que toda la producción se viene abajo porque se trabaja al 40% de la capacidad normal.

Han pasado los años y no hemos aprendido. Los créditos otorgados para adquirir insumos agrarios sufrían dos mermas. La primera, para agradecer al funcionario del Banco Agrario por gestionar el préstamo. La segunda para atender necesidades que parecían vedadas para la familia campesina, como un buen equipo de sonido, un televisor, una motocicleta, un carrito de segunda mano para que el hijo mayor se dedique al servicio de taxi en la ciudad, la boda fastuosa de la hija, descuidando la parcela. Está demostrado que, sin suficiente abono, insecticida, rotación de cultivos, las parcelas se tornan improductivas.

Otro de los problemas es el mercado. En los mercados mayoristas las mafias imperan con total apoyo de las autoridades del sector Agricultura. Las mafias imponen los precios, impiden que el productor distribuya directamente a los minoristas. Y si habilitan capital en el campo, con mayor razón llegarán con sus camiones para levantarse toda la cosecha al precio que les da la gana.  El Ministerio de Agricultura está pintado en la pared.

 

Víctor Rojas, presidente de la Asociación de Parceleros del Valle de Huaura, en 1987 reseñó las razones que llevaron al fracaso a las empresas asociativas o CAT:

 

La transferencia de tierra a las Empresas Asociativas no fue más que un proceso, porque no tuvieron éxito y el 80% llegaron al fracaso por los motivos que todos conocemos: fatalmente endeudados con el Banco Agrario, remuneraciones de sus socios impagos, no se atendían los servicios sociales de sus socios, todos los años venían obteniendo pérdida como fueron el caso de las Cooperativas Agrarias  José Carlos Mariátegui, Francisco Vidal, Tres de Octubre, San José de Rontoy, Vilcahuaura, Las Casuarinas, El Triunfo, Santa Inés, Tierras del Sol de Sayán, María Parado de Bellido, José Faustino Sánchez Carrión, entre otras. Solo sobrevivieron las Empresas con buenas tierras y suficiente agua.[1]

 

La reversión de la política agraria se evidencia en mayores garantías al empresario rural, la suspensión de procesos de afectación a medianas propiedades y la atención de “recursos de amparo” por el Tribunal Agrario, decretando la devolución de un centenar de predios medianos, que habían sido afectados por fines de reforma agraria.

A esto se suma el debilitamiento del movimiento campesino, especialmente de la Confederación Campesina del Perú dada la agudización de la represión en el país.

Trabajadores y pueblo defendiendo para sí a la empresa Andahuasi, 2018
Imagen 8. Trabajadores y pueblo defendiendo para sí a la empresa Andahuasi, 2018. Foto: Sindicato de Trabajadores de Andahuasi.

 

El valle de Huaura después de la Reforma Agraria

a. Política gubernativa y reconcentración de tierras

Con la segunda fase del gobierno militar se inicia el progresivo debilitamiento de las cooperativas agrarias y el proceso de reversión en la política agraria. Se legaliza a partir del Decreto Legislativo 02, Ley de Promoción y Desarrollo Agrario, de fines de 1980, con un enorme impulso al proceso de reestructuración de las empresas asociativas de la costa, principalmente.  A esto contribuyó el Decreto Legislativo N° 85 del 20 de mayo de 1981 que estableció las Cooperativas Agrarias de Trabajadores, CAT y las Cooperativas Agrarias de Usuarios, CAU, al precisar la estructura social de las cooperativas. En el Inc. 1 del Art. 7° se señalaba:

 

1. Por su Estructura Social: toda cooperativa se constituirá y funcionará necesariamente en una de las siguientes modalidades: 1.1 Cooperativas de Trabajadores, CAT: cuyo objeto es ser fuente de trabajo para quienes al mismo tiempo sean sus socios y trabajadores; 1.2 Cooperativas de Usuarios, CAU: cuyo objeto es ser fuente de servicios para quienes sean o puedan ser los usuarios de éstas.

 

Progresivamente se reimpulsa la presencia de parcelas manejadas individualmente al interior de las CATs, como herencia del tiempo de las haciendas, que, ante la caída de los salarios reales o retraso en los pagos, los socios-campesinos demandaban la ampliación del área parcelada para su manejo familiar, individual.

El manejo individual de las parcelas multiplicará las dificultades para sus beneficiarios, especialmente la imposibilidad de cubrir el pago de las deudas contraídas, provocando la transferencia de sus tierras a terceros, generalmente a comerciantes y empresarios con disponibilidad de gran capital. Con todo, los campesinos fueron entendiendo que unidos, por la vía autogestionaria, podían enfrentar mejor las dificultades que manejando individualmente sus parcelas.

Para fines de los años 80 del siglo pasado, tres eran las alternativas de reestructuración de la tierra en discusión para los trabajadores del campo:

1)     La   división   de   las   grandes   cooperativas   en los sectores   correspondientes   a   los antiguos fundos.     El objetivo de esta medida es    atenuar el problema del enfrentamiento   de   los diferentes grupos de interés al interior de las cooperativas. 

2)     Fortalecimiento   de   las Cooperativas     Agrarias    de    Usuarios (CAUs), que supone básicamente   el manejo asociativo de la comercialización    de    insumos    y productos, obtención de los créditos   y del servicio de maquinaria Esta modalidad funciona en los casos   de las empresas parceladas que   han tenido problemas con el    manejo de   las parcelas familiares de sus socios.

3)     Transformación a Sociedades de Personas, que supone la emisión de    acciones por los activos de la cooperativa (incluida la tierra), asegurando la propiedad de los trabajadores sobre los activos de la cooperativa (Valdivia, 1987, pág. 64). 

 

El gobierno de García (1985-1990), si bien tiene un discurso muy favorable al agro e inicialmente anuncia la revisión de todos los procesos irregulares de parcelación de tierras de cooperativas, termina legitimando dicho proceso, debido a la presión de los parceleros organizados. Sin derogar la ley de reforma agraria, impulsa un Proyecto Especial, cuyo objetivo era estimular la inversión privada en tierras de la costa peruana y en tierras eriazas, aunque sin mayor éxito.

Alberto Fujimori, en 1991, da fin formalmente al proceso de reforma agraria. Mediante el Decreto Legislativo Nº 653 no sólo derogará la Ley de Reforma Agraria, sino que extenderá el ámbito de aplicación del Código Civil a la regulación de los derechos sobre las tierras agrarias. Al mismo tiempo, abrió a todas las formas empresariales y societarias, nacionales o extranjeras, la posibilidad de ser dueñas de tierras, algo que tanto la ley de reforma agraria como la Constitución de 1979, entonces vigente, no permitían.

Todo esto se ve ratificado legalmente con la Constitución vigente de 1993, como lo reafirma Jaime Escobedo en uno de sus últimos estudios:

 

Con la aprobación del nuevo texto constitucional de 1993, concluyó oficialmente el breve apogeo de la institución cooperativa. Dicha norma suprimió cualquier referencia a esta clase de organizaciones y hubo de transcurrir aproximadamente 20 años para que la cooperativa vuelva a contar con un respaldo legal, gracias a la promulgación de la Ley 29,972, también conocida como “Ley que Promueve la Inclusión de los Productores Agrarios a través de las Cooperativas”.

De todos modos, las dos décadas de abandono legal no han impedido que la institución de la cooperativa agraria perdure en ciertos subsectores del agro, incluso batallando contra algunas políticas fiscales del Gobierno (Escobedo, 2015, pág. 105).

 

b. El proceso de parcelación

Para 1974 se implementaron 21 cooperativas agrarias de producción en el valle de Huaura, ampliadas luego a 24. Para finales de esta década, se presentaba el siguiente panorama, que se vería modificado por la política gubernativa del gobierno de Belaunde Terry.

Cuadro 8. Valorización y disposición de tierras de las
Cooperativas Agrarias del Valle Huaura-Sayán, 1974

COOPERATIVA AGRARIA
DE PRODUCCIÓN

Superficie (Hás.)

Valor de la
adjudicación (sin interés)

Adjudicadas

Cultivadas

Familia

01. Don José de San Martín Ltda. N° 9

941

747

243

16’032.025.00

02.  El Ingenio N° 42

765

646

156

25'330,481.60

03. El sol Ltda. N° 8

680

418

188

15'884, 139.20

04. San José de Rontoy Ltda. N° 12

517

452

161

20'184.541.20

05. Desagravio Ltda. N° 14

688

606

171

13'127,752.80

06. Acaray Ltda. N° 25

482

395

95

509,039.30

07. San C. de Vilcahuaura Ltda. N° 222

993

637

256

19'211,363.00

08. Pedro Coronado Ltda. N° 7

779

648

192

18'459,552.90

09. Caldera Ltda. N° 221

649

515

109

11'074.,453.51

10. Humaya Ltda. N° 17

520

418

139

11'975,272.00

11. Tres Marías Ltda. N° 23

678

483

123

11'326,088.00

12. Manco Cápac Ltda. N° 24

681

469

120

15'576,955.60

13. San Miguel Arcángel Ltda. N° 38

294

247

46

--

14. Andahuasi Ltda. N° 41

1 ,445

920

456

42'177,709.80

15. Tierra del Sol Ltda. N° 31

677

414

118

14'812,477.70

16. Santa Inés Ltda. N° 22

642

471

117

19'078,701.50

17. El Triunfo Ltda. N° 6

560

327

113

16'122,350.10

18. Fco. Vidal Ltda. N° 47

608

529

--

--

19. Camay Ltda. N° 46

625

549

--

--

20. José Carlos Mariátegui Ltda. N° 44

899

354

78

--

21. 3 de Octubre Ltda. N° 1

540

442

122

9'962,797.80

22 José F. Sánchez Carrión Ltda. N° 49

967

714

--

--

23, Luis Pardo Ltda. N° 51

953

659

--

--

24. María Parado de Bellido Ltda. N° 50

955

732

--

--

Fuente: Zona Agraria IV-Adjudicaciones. Área de Estadística e Información de Reforma Agraria. Citado por Carrera (1984, pág. 101).

En pleno gobierno del Arq. Fernando Belaunde Terry se aprueba el Decreto Legislativo 02 del 16 de noviembre de 1980, llamado Ley de Promoción y Desarrollo Agrario, que establece para las empresas asociativas, como era el caso de las cooperativas agrarias de producción, la libertad de elegir el modelo empresarial que mejor convenga a sus asociados. Esto significa cambios en la modalidad empresarial y en la forma de propiedad. Lo singular: cambios en el régimen de tenencia de la tierra, con efectos en la producción y el empleo.

Este DL 02, “Teóricamente democrática, pero políticamente retrógrada y técnicamente suicida, el presente dispositivo propende a la minifundización de las empresas asociativas, sin considerar que este proceso dejará a miles de campesinos sin tierra, a cientos de braceros y técnicos sin trabajo, a miles de familias sin los servicios de educación, salud y seguridad social, entre otros beneficios que ganaron con las empresas”.[2]

Hubo muchos factores que facilitaron el proceso de parcelación de las tierras cooperativas: las contradicciones entre los trabajadores y los órganos de gobierno de las cooperativas, subida de los costos de los insumos agropecuarios, altas tasas de interés sobre los préstamos con limitaciones en el cumplimiento de los compromisos, saldos negativos en la comercialización de los productos, entre otros.

Con el argumento que la propiedad individual alienta a trabajar y producir más, se fue preparando un ambiente propicio en la mentalidad de los campesinos que, ante las evidentes dificultades y crisis en la administración de las empresas asociativas, vieron en la parcelación una solución a sus dificultades. Crisis de las cooperativas que, en realidad, fue provocada desde las alturas, por la política neoliberal de los gobiernos de la época.

Parte de la Casa Hacienda Rontoy
Imagen 9. Parte de la Casa Hacienda Rontoy. Foto: Miguel Silva Esquén.

Con participación de la Dirección General de Reforma Agraria se va procediendo a la parcelación de las tierras de las cooperativas agrarias de trabajadores. Para 1978 existían 381 cooperativas agrarias de trabajadores, CAT, a partir de 1981 esta situación daría un vuelco.

De acuerdo a las nuevas disposiciones, las tierras de las cooperativas podían parcelarse, siempre y cuando así lo soliciten por lo menos 2/3 de los socios reunidos en asamblea general. Así, bajo apoyo del gobierno, las tierras de las CATs se fueron parcelando dando lugar a la formación de las cooperativas agrarias de usuarios, CAU.

A nivel de la costa peruana 87 CATs fueron parceladas entre 1981 y 1987, aun con mucho desorden. Muchas cooperativas agrarias por decisión de sus asociados se mantuvieron como tales, un caso emblemático en nuestra zona fue la CAT Andahuasi.

La realidad de lo que ocurre en el valle de Huaura sobre el proceso de parcelación, hacia mediados de 1987, es mostrada por Víctor Rojas, Presidente de la Asociación de Parceleros:

 

Actualmente, el 80% de las Cooperativas mencionadas están parceladas, habiéndose convertido en Pequeñas Empresas Individuales donde el campesino sí es dueño de su destino en todo el sentido de la palabra; y es normal que todo el proceso de cambio tenga algunos defectos que deben de superarse, pero el 90% es un éxito. Se ha incrementado los índices de producción, se cultiva más productos alimenticios que industriales, las utilidades son aprovechadas íntegramente por su familia, se ha generado más mano de obra para los eventuales, se ha elevado las remuneraciones del trabajador eventual, muchos parceleros cuentan con recursos propios para educar a sus hijos, los servicios sociales que ya se habían perdido en su Cooperativa los viene recuperando a nivel de su familia, etc.[3]

 

Pero, también, se produjeron una serie de irregularidades en el proceso de las parcelaciones de empresas asociativas: festinación de trámites, intervención directa de funcionarios públicos, marginación de muchos trabajadores con derechos adquiridos, adjudicación de mejores parcelas a los dirigentes y patrocinadores de las parcelaciones, entre otros.

Muchas CATs en este proceso se desmembraron y decidieron mantenerse como cooperativas agrarias pequeñas; así, la CAP Humaya N° 17 ya había sufrido desmembraciones, dando origen -por ejemplo- a la CAT Tres Marías. Ésta el 2 de junio de 1987 dio nacimiento a las cooperativas agrarias de Santa Eusebia, San Roque, Huacán y Tres Marías, en la jurisdicción de Humaya.[4]

Para 1987 el sociólogo Carlos Morales Chirito, identifica en el valle de Huaura-Sayán a 15 cooperativas parceladas, equivalente al 62.5 %, permaneciendo tres cooperativas como asociativas: Ingenio, Andahuasi y Manco Cápac, 12.5%; dos CAT que mantenían la explotación colectiva,  habían optado por ser Sociedad de Producción Agropecuaria-Industrial “Luis Pardo”, S.A. y la Sociedad Civil de Persona Agropecuaria “Camay”, con el 8.33%; la CAT “El Cóndor” se había convertido en mixta, es decir, la tierra fue parcelada y el ganado lechero tuvo crianza asociativa; la  CAT “Tres Marías” se subdividió en dos CAT: “El Triunfo” y “Casuarinas” que se fusionaron a la CAT “Andahuasi”; finalmente, la CAT “Atahualpa” de la comprensión de la provincia de Oyón, se convirtió en comunidad campesina (Morales, 1987, pág. 2).

Cuadro 9. Distribución de tierras en las CAT parceladas del valle Huaura-Sayán

CAU

Clase Tierra

Modalidad

Has

Tipo trabajador

N° de casos

ACARAY

III

II

I

III

II

II

I

Conyugal

Conyugal

Conyugal

Individual

Individual

Individual

individual

12.5

11 6

9.3

8.3

7.5

9.5

6.2

Socio calificado

Socio calificado

Socio calificado

Socio calificado

Socio calificado

Socio calificado

Socio calificado

03

02

02

16

03

01

25

MARÍA PARADO. BELLIDO

III

 

 

 

 

 

IV

 

 

III

Conyugal

Conyugal

Conyugal

Conyugal

Conyugal

Conyugal

Conyugal

Conyugal

Conyugal

Individual

Jubilado

individual

16.0

10.0

7.0

20.0

10.0

9.0

15.0

21.0

25.5

6.4

9.2

10.2

Socio calificado

Socio calificado

Socio calificado

Socio calificado

Socio calificado

Socio calificado

Socio calificado

Socio calificado Socio calificado

Socio calificado

Ex socio

Socio calificado

01

01

01

04

01

01

01

01

01

02

02

50

TRES DE OCTUBRE

III

Individual

 

Conyugal

Conyugal

Conyugal

 

 

Individual

 

2.85-3.0-3.5-1.20-1.30-7.5

20.0

12.0

30.0

 

 

18.0

Conyugues 7.0 Has. c/u, hijos 3.0 Has (2)

 

Conyugues 9.0 Has c/u, hijos (3) 4.0 Has c/u

No socio, ex servidor del M. de Agric.

01%

 

 

01%

01%

 

 

01%

JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI

III

Individual

Jubilado

individual

8.0

4.0

8.0

Socio

Ex socio

eventual

35

08

03

EL ROSARIO

III

Individual

Individual

Individual

3.0

5.0

10.0

Eventual

Estable

socio

03

05

08

SAN MIGUEL ARCÁNGEL

I

II

Individual

Individual

Conyugal

jubilado

4.65

5.40

7.0

1.0

Socio

Socio

Socio

Ex socio

30

08

01

01

LAS PIEDRAS

III

Individual

Individual

conyugal

11.5

3.0

14.5

Socio

Eventual

socio

07

03

01

DESAGRAVIO

I

II

Individual

Individual

Individual

individual

5.0

5.5

6.0

5.5

Socio sede c.

Socio

Socio Alcantarilla.

Socio Alcantarilla

16

10

VILCAHUAURA

I

 

II

 

III

Individual

Conyugal

Individual

Conyugal

Individual

3.5

5.0

4.0

5.5

4.5

Socio

Socio

Socio

Socio

Socio

107

03

51

01

02

CALDERA

I

II

Individual

Individual

3.85

4.85

Socio

Socio

Esposa 1 Ha

 

HUMAYA

I

II

Individual

Individual

Conyugal

4.0

4.5

6.0

Socio

Socio

Socio

Esposa 2 Ha.

80

05

12

RONTOY

I

Individual

Conyugal

4.0

7.0

Socio

Socio

82

22

CAPULLANA

III

Individual

Individual

Individual

3.0

3.0

3.0

Socio

Estable

eventual

20

SAN GUILLERMO

III

Individual

8.0

Socio

15 vendieron sus parcelas

19

Fuente: Morales (1987, págs. 12-13).

De acuerdo a los estudios técnicos elaborados por los consultores se procedió a la parcelación teniendo en cuenta al tipo de tierra (I-II-III-IV), tipo de trabajador (socios calificados, estables, eventuales), condición social (casados, solteros), antigüedad, número de socios por predio etc. En algunas CAT parceladas se benefició hasta con 3.0 Has a los ingenieros agrónomos, asistentas sociales, contadores, profesores, etc., como compensarlos por los servicios prestados, algunos de ellos traspasaron sus parcelas o los cultivan “al partir” con otros parceleros.

Luego de una amplia discusión los cooperativistas optaron por los siguientes tipos de parcelación (Morales, 1987, pág. 9):

15 de CAT a CAU, Cooperativa Agraria de Usuarios

02 de CAT a Sociedades de Participación, S.A.

01 de CAT a sectorizadas, vía parcelación

01 de CAT a empresa mixta

01 de CAT a Comunidad Campesina (provincia de Oyón)

03 mantenerse como CAT

02 CAT fusionadas a CAT Andahuasi.

 

El proceso de parcelación hubo de enfrentar una serie de dificultades que antes de su implementación no percibieron los campesinos.

Los parceleros se encontraron con: falta de maquinaria agrícola, uso de agua con disputas, desorden en la planificación de cultivos cayendo muchas veces en el monocultivo del maíz, falta de asistencia técnica, entre otras. Además, el servicio eléctrico se fue deteriorando y desapareciendo en algunos casos, maquinarias malogradas sin inversión en su reparación, los locales de colegios que mantenían las empresas asociativas en semi-abandono y con alumnos en deserción por atender las labores agrícolas, los servicios de transporte proporcionado por las empresas asociativas fuera de servicio, los botiquines y pequeños espacios de atención de la salud inexistentes,  ausencia de aportes y atención del Seguro Social, viviendas deterioradas y en estado ruinoso,  problemas y pleitos en el reparto del agua, canales primarios sin mantenimiento y limpieza, las defensas de los ríos inexistentes, baja en los rendimientos de producción, empobrecimiento acelerado de las tierras de cultivo.

A todo lo anterior se sumaba la política gubernativa que afectaba a los agricultores, entre ellos los parceleros: las importaciones de productos agrarios, la compras a los grandes comerciantes en desmedro de los pequeños y medianos campesinos.

 

c. Organización de los parceleros y los comités de productores

Las organizaciones sindicales que se formaron en el período de las haciendas se habían mantenido a duras penas hasta los tiempos de la Reforma Agraria, persistiendo solo los de Paramonga, Huando, Andahuasi e Ingenio. La otrora poderosa Federación de Campesinos del Valle de Huaura-Sayán había ingresado a un proceso de desaparición a partir de 1980.

Ante el desmontaje del proceso de Reforma Agraria surge el Frente de Defensa del Agro del Valle Huaura-Sayán en 1982 para hacer frente a la política del gobierno acciopopulista, ante el ausentismo de los sindicatos. Este Frente desarrolló su I Convención en junio de 1984, sin mayores perspectivas.  Es más, el cambio de modelo empresarial y el avance de la parcelación, anuló las posibilidades de reactivación de los sindicatos, como de proyecciones al Frente.

Durante el proceso de parcelación, es de destacar, la organización de los parceleros. El 22 de setiembre de 1985 se constituye la Asociación Nacional de Parceleros Agrarios del Perú, ANAPA, con la participación de las Asociaciones de Parceleros de cada Valle, logrando su reconocimiento oficial e inscripción en Registros Públicos. Así, la Asociación de Parceleros del Valle de Huaura-Sayán se constituye el 20 de agosto de 1985 en base a los delegados elegidos por los trabajadores de 16 cooperativas agrarias afiliadas. Los días 24, 25 y 26 de junio de 1987, Huacho fue la sede de la II Convención Nacional de la ANAPA con participación de 600 delegados de todos los valles del país, incluyendo de las zonas andinas y de ceja de selva. Sus principales acuerdos estuvieron orientados a la defensa de la propiedad de la tierra, mejores precios para sus productos, la no importación del algodón, el no al alza de insumos, entre otros.

Paulatinamente la organización campesina de los parceleros ingresó a un franco proceso de desaparición. En su lugar insurgieron los comités de productores de frijol, maíz, algodón, papa, menestras.

Después de más de tres décadas del proceso de parcelación la única forma de organización campesina en el valle de Huaura-Sayan que queda, con excepción del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Andahuasi, son los comités de productores.

Comité de Productores de Algodón Valle de Huaura-Sayán

Comité de Productores de Maíz Valle de Huaura-Sayán

Comité de Productores de Palta / Santa Rosalía

Asociación de Sembradores de Caña de Azúcar Valle de Huaura-Sayán

Comité de Productores de Palta / Vilcahuaura

Asociación de Productores de la Cuenca del Huaura

 

Todos ellos centralizados en la Asociación Provincial de Productores Agrarios Valle de Huaura-Sayán, Irrigaciones y Peñico, APAVHSIP.

La APAVHSIP nace en el Primer Congreso Agrario realizado el 24 de junio de 1999 “Día del Campesino Peruano”, como la representación gremial de los productores rurales de la cuenca del Huaura-Sayán. Dentro de la denominación de productores rurales se encuentran: pequeños agricultores, pequeños ganaderos, campesinos sin tierras, comunidades, trabajadores agroindustriales y trabajadores agrícolas eventuales. Su primer presidente fue Calixto Elías Valverde al que le sucedieron, Marcelino Muñoz Toledo, Marcial Montes Parra, Wálter Maldonado Quispe, Higinio Morales Reyes, entre otros.

Como asociación hace la distinción de la parte societaria de sus integrantes, desarrolla asambleas generales y tiene un consejo directivo; con facultades legislativas y fiscalizadoras; además, en la gestión técnica operativa promueve desarrollo por áreas, programas y proyectos, acorde con las necesidades y la situación económica y financiera.

 

d. Empresas singulares: Ingenio y Andahuasi

Producto de los últimos 50 años de desarrollo agroempresarial en el valle de Huaura-Sayán tenemos a dos empresas azucareras de alta significación económica y política que resumen parte de la historia agraria del país, con sus desencuentros y ser presas de apetitos por su control por grupos económicos. El siguiente cuadro expresa parte de la realidad.

Cuadro 10. Sociedades anónimas en control de la tierra del azúcar, 2012

Ubicación

Empresa

Grupo económico

Lambayeque

Tumán

Grupo Oviedo

Pucalá

Administración judicial

Pomalca

Grupo Oviedo

Cayaltí

COFIDE

La Libertad

Casagrande

Grupo Gloria

Cartavio

Grupo Gloria

Laredo

Grupo Manuelita (Colombia)

Ancash

San Jacinto

Grupo Gloria

Lima

Paramonga

Grupo Wong

El Ingenio

Grupo Wong

Andahuasi

Grupo Wong

Arequipa

Churacapi

Grupo MIchell

Fuente: Escobedo (2015, pág. 112).

 

La Empresa Azucarera El Ingenio S. A.

La hacienda Ingenio que perteneciera a Manuel Fumagalli Pérsico, en aplicación de la Ley de Reforma Agraria, dio pase el 15 de junio de 1971 a la Cooperativa Agraria de Producción El Ingenio Ltda. Nº 42. Con fecha 11 de septiembre de 1994 y al amparo del Decreto Ley Nº 25602 y del D.S. Nº 024-92.AG, la Asamblea General de Delegados acordó la transformación del modelo empresarial de cooperativa por el de sociedad de accionariado difundido a partir del 15 de noviembre de 1992 bajo el nombre de Empresa Azucarera El Ingenio S.A., rigiéndose bajo la Ley General de Sociedades.

Es dueña de 678.62 Has. Del total de sus tierras destina al cultivo de la caña de azúcar 543.09 Has., cuenta con 198.09 Has., campos arrendados y 1,614.3 Has., de contrato de molienda de caña.

La actividad principal de la Compañía es la siembra, cultivo y cosecha de la caña de azúcar en los Valles de Huaura y Supe, vendida en su totalidad a Agro Industrial Paramonga S.A.A. al que está vinculada.  Tiene contrato con sembradores del Valle Huaura – Sayán, cuya producción sumada a la suya va al mismo destino. Según informes del 2016 vende 72,875.51 toneladas de caña.

Progresivamente fue limitando la cantidad de personal empleado. En el 2006 contaba con 15 empleados y 116 obreros. Para el 2016 tenía un gerente, 9 empleados y 82 obreros. Es una empresa en manos del grupo económico Wong. Para el año 2016 su Directorio elegido por la Junta de Accionistas en marzo 2015, tenía la conformación siguiente:

  1. Erasmo Jesús Wong Lu Vega, Presidente
  2. Edgardo Lorenzo Wong Lu Vega, Director
  3. Efraín Roberto Wong Lu Vega, Director
  4. Eric Augusto Wong Lu Vega, Director
  5. Eduardo Wong Lu Vega, Director

 

La Empresa Azucarera Andahuasi

Antes de la Reforma Agraria se tenía a Andahuasi State Company Limited constituida en 1923 por la sociedad Frasser Luckie e hijos y era una de las más importantes de valle Huaura. Poseía 1,033 hectáreas. El 13 junio de 1971 fue adjudicada a sus trabajadores.

En 1972 le fueron anexadas San Jerónimo-Maní con 400.28 Has; en 1976, Santa Rosa con 983.08 Has y en 1981, El Triunfo con 562.03 Has, lo cual le permitió a Andahuasi no solo ampliar su frontera agrícola sino también incrementar su capacidad de molienda a 1,000 toneladas por día.

El tránsito de Cooperativa Agraria Azucarera Andahuasi a Empresa Azucarera Andahuasi fue lento, progresivo, de mucha discusión interna. A diferencia de muchas empresas asociativas, la decisión mayoritaria de sus trabajadores fue mantener la unidad al margen del carácter empresarial que tuviera. Es decir, no aceptaron la subdivisión de sus tierras en parcelas individuales entre sus asociados.

El 1° de abril de 1997 inicia sus actividades como Sociedad Anónima, de larga continuidad gracias a la disciplina de sus trabajadores. Como Empresa Agraria azucarera Andahuasi S.A.A. cuenta con un área agrícola de 6, 620 hectáreas y una planta con capacidad de producir 4,500 bolsas de azúcar por día, importante para el país.
Tiene alrededor de 1,500 trabajadores, generando -por lo mismo- unos 30,000 puestos de trabajo indirectos en el Valle de Huaura-Sayán. Además, cerca de 500 agricultores del valle dependen de la molienda de caña de azúcar de este ingenio.

El 29 de mayo de 1998, la Junta General de Accionistas de Azucarera Andahuasi adoptó la modalidad empresarial de sociedad anónima abierta, bajo la cual se rige en la actualidad. El 28 de junio de ese año se divide la empresa en agrícola e industrial. El 3 de julio de 1998, se crea Industrial Andahuasi S.A.C., cuyos activos estaban constituidos por un total de 69 millones 816 mil 758 acciones de Azucarera Andahuasi S.A.A. Finalmente, quedó constituida por tres empresas: E.A.A Andahuasi, S. A.E., Empresa Industrial Andahuasi y E. A. Andahuasi-Manco Cápac.

La Empresa Azucarera Andahuasi S. A. A. tuvo una relación interna de relativa tranquilidad hasta el año 2008.  Sin embargo, los resultados contables de los años 2007, 2008 y primeros meses del 2009 de Andahuasi mostraban caídas significativas en las ventas de la azucarera que se sumaban a otros problemas provocados por sus dificultades internas. De todo esto vino a aprovecharse la apetencia de dos grupos económicos en su manejo económico. Los hermanos Wong Lu Vega, ex propietarios de las Tiendas Wong, y las familias Letts Colmenares-De Romaña-Bustamante, vinculados al Grupo Volcán. Estos grupos inician mediante agentes de bolsa, un silencioso y oculto proceso de adquisición de acciones de Andahuasi, a antiguos accionistas, muchos de ellos, nacidos en la hacienda; utilizando empresas de fachada, algunas de ellas constituidas extrañamente en Panamá; con el claro propósito de evadir la ley, en cuanto a realización de una Oferta Pública de Acciones (OPA) y así obtener participación significativa en el control de la empresa.

La llamada búsqueda de “alianzas estratégicas”, induce al presidente del directorio, Eduardo Núñez Cámara; a ofertar al grupo económico Wong un 33% del accionariado, en contra de lo dispuesto por la legislación del Mercado de Valores.

En lo que concierne al otro grupo económico: Bustamante; los accionistas trabajadores fueron objeto de promesas de venta por parte de representantes de este grupo, en el sentido de que percibirían dos soles (S/. 2.00) por cada acción, pero nunca se les dijo cuántas acciones pensaba adquirir el grupo; hecho que per se, generaba ya un perjuicio, ya que las acciones en bolsa adquieren más valor cuando el comprador intenta tomar el control de la empresa y esta intención se conoce. El precio final de compra negociado en Investa SAB, fue de S/. 1.21 en vez de los S/. 2.00 ofrecidos.

Los trabajadores accionistas, conscientes de la gravedad de los hechos reaccionaron con gran indignación el 14 de mayo 2009 cuando conocieron la irregular venta de los 49 millones de acciones que había realizado Eduardo Núñez y Carlos Rivas, en forma oculta y sin autorización; decidiendo expulsar a estos dos personajes y su entorno más cercano y tomaron posesión de la planta azucarera; amparados en el apoyo legal, de contar con un director elegido en la junta de accionistas del 30 de abril de 2009.

En el largo proceso judicial con más de 50 acciones y de acción directa de los trabajadores en defensa de su empresa, de su trabajo y medio de vida, estuvieron comprometidos autoridades administrativas, policiales, judiciales y políticas de diverso orden y jerarquía. Proceso que ya lleva 10 años con desalojos, recuperaciones, incautaciones y muertos.

Inauguración del Monumento a Velasco como reconocimiento de los trabajadores del valle, el 24 de junio de 1994
Imagen 10. Inauguración del Monumento a Velasco como reconocimiento de los trabajadores del valle, el 24 de junio de 1994. Foto: Santos Baldeos Ardián.

La fortaleza de los trabajadores accionistas en defensa de Andahuasi está en la unidad de ellos, de su Sindicato Único de Trabajadores de la Empresa Agraria Azucarera S. A.A., el apoyo de su familia, de la población de Andahuasi calculada en cerca de 10,000 habitantes, fundamentalmente. Su unidad es férrea constatada en las múltiples movilizaciones, las huelga emprendidas, tomas de tierras e instalaciones, el atrincheramiento general y otras medidas de lucha, adicionales a la lucha judicial.

Las últimas directivas del Sindicato, siguiendo el ejemplo de sus antecesores, siguen en la línea de defensa de la indivisibilidad de su empresa. Son los casos de las directivas encabezadas por sus secretarios generales Vicente Roque Laureano (2016-2018) y Juan Alberto Zapata Guizano (2019-2020).

La fuerza de los trabajadores, la terquedad con que defienden su empresa, progresivamente va rindiendo frutos. Los hermanos Erasmo Jesús y Eduardo Javier Wong Lu, del Grupo Wong, enfrentan la acusación fiscal como presuntos autores de delitos contra el patrimonio (estafa y fraude) en agravio de la Empresa Agraria Andahuasi S. A. A.  y de los accionistas de Industrial Andahuasi S. A. C. por la compra ilegal de 49’422,573 acciones sin tener la aprobación de la asamblea general de accionistas de la empresa, contando con la participación de Eduardo Núñez Cámara, presidente del Directorio, y de Carlos Rivas Urteaga, Gerente de la azucarera (Zambrano, 2019).

“Hoy Andahuasi está partido en dos. El Sindicato de Trabajadores controla por la fuerza el ingenio azucarero y más de la mitad de los campos de cultivo de caña. El Grupo Wong posee aún la mayoría de las acciones de la empresa, pero en la práctica sólo maneja una pequeña parte de los cultivos y de la producción de azúcar rubia” (Zambrano, 2019). A esto habría que sumar la parte que el Grupo Bustamante se asigna como suya.

La historia de la disputa sigue. Los intereses de los trabajadores que anhelan mantener el pleno control sobre una empresa que consideran su patrimonio y los grupos Wong y Bustamante   cuyos intereses siguen en juego. Así, el futuro de este ingenio azucarero -el más importante del departamento de Lima y uno de los más significativos del país- aún tiene capítulos por escribir.

Portada del diario Expreso, del 21-10-2011
Imagen 11. Portada del diario Expreso, del 21-10-2011.

 

Conclusiones

  1. Las tierras del valle Huaura-Sayán (Lima, Perú), desde sus años iniciales, fueron escenario de cambios en términos de ocupación, propiedad, trabajo y producción; como del crecimiento de su importancia económica. El régimen de haciendas desde la ocupación española privilegió los cultivos de caña de azúcar y algodón. El desarrollo de la agroexportación en siglo XX elevó las ganancias para sus propietarios y las demandas de sus trabajadores por mejores condiciones de vida y trabajo, llevándolos a organizarse en sindicatos por haciendas y centralizarse en la Federación de Trabajadores Campesinos del Valle de Huaura-Sayán, bajo control del partido Aprista.
  2. La aplicación del Decreto Ley 17716, Ley de Reforma Agraria, en el valle de Huaura, como a nivel nacional, produjo un cambio radical en la posesión y aprovechamiento de las tierras. La implementación y funcionamiento de las 24 cooperativas agrarias de producción con todas las limitaciones y facilidades, revolucionó la vida cotidiana de los campesinos. La organización y participación del movimiento campesino bajo orientación independiente (la Federación Campesina del Valle de Huaura-Sayán y la Confederación Campesina del Perú, CCP) como desde las esferas gubernativas (Liga Agraria del Valle de Huaura y la Confederación Nacional Agraria, CNA) contribuyó a su afirmación.
  3. Con el cambio de conducción de Gobierno en 1975 se endure la política agraria en desmedro de los trabajadores del campo: cesa el proceso de afectación de las tierras, se imponen mayores cargas tributarias, se fijan topes salariales, se suspende el derecho de huelga; además, se agudizan las contradicciones internas en las cooperativas entre empleados, técnicos y obreros, se retrasan los pagos de salarios, hay demora en los préstamos del Banco Agrario,  se producen cambios bruscos de precios en los mercados, se debilitan las organizaciones sindicales en el campo. En síntesis, crisis en el régimen de las cooperativas e inicio del proceso de reversión de la política agraria. 
  4. A fines de 1980 se inicia el proceso de reestructuración de las empresas asociativas de la costa peruana. Se establecen las cooperativas agrarias de trabajadores, CAT y cooperativas agrarias de usuarios, CAU. Se da paso al proceso de parcelación de tierras de las cooperativas a tono con la política gubernativa de los últimos años. Los parceleros tienen dificultades para acceder a los préstamos, semillas, abonos insecticidas y se ven forzados a vender o arrendar sus tierras, ofreciéndose como peones de las mismas. La falta de organización no les permite encarar el problema en conjunto. Los grupos económicos aprovechan para adquirir tierras a los parceleros, como la Empresa Agraria Azucarera Ingenio en manos del Grupo Wong. La Empresa Agraria Andahuasi, por decisión mayoritaria de sus trabajadores se mantiene en poder de ellos, pero envuelta en serios conflictos de intereses con los grupos económicos Wong y Bustamante.
  5. 50 años después de la promulgación de la Ley de Reforma Agraria N° 17716, los trabajadores agrarios del valle de Huaura-Sayán (a pesar de la situación actual en que se hallan), sin distinción alguna, en su gran mayoría, se sienten agradecidos con el general Juan Velasco Alvarado. Consideran que, la Reforma Agraria, les cambió la vida; por primera vez se sintieron dueños de la tierra, labraron un futuro distinto para sus hijos y miraron con optimismo el futuro.

 

Notas:

[1] La Voz del Pueblo (Huacho), núm. 8, junio de 1987, p. 9.

[2] Agronoticias (Lima), núm. 33, 25 de febrero de 1982, p. 22.

[3] La Voz del Pueblo (Huacho), núm. 8, junio de 1987, p. 9.

[4] Ibíd., p. 2.

 

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Testimonios de líderes campesinos:

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  • Wálter Maldonado Quispe (1946)
  • Martín Rodríguez Gutiérrez (1934).

 

Cómo citar este artículo:

ZUBIETA NÚÑEZ, Filomeno, (2020) “A 50 años de la Reforma Agraria en el Perú. Caso: Valle Huaura-Sayán (Lima)”, Pacarina del Sur [En línea], año 11, núm. 43, abril-junio, 2020. ISSN: 2007-2309.

Consultado el Jueves, 28 de Marzo de 2024.

Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1881&catid=6