La opción de la Decolonialidad como alternativa posible para enfrentar la Modernidad en Latinoamérica

The option of Decoloniality as a possible alternative to face modernity in Latin America

A escolha da Descolonização como uma possível alternativa para enfrentar a modernidade na América Latina

Juan Esteban Cortés Aravena [1]

RECIBIDO: 22-10-2013 ACEPTADO: 02-12-2013

 

Introducción

“La ilustración es la salida del hombre de su minoría de edad. El mismo es culpable de ella. La minoría de edad estriba en la incapacidad de servirse del propio entendimiento, sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no yace en un defecto del entendimiento, sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con independencia de él, sin la conducción de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! He aquí la divisa de la ilustración”

 

Cuando Kant[2] enuncia estas palabras anima al hombre del siglo XVIII y XIX a salir de su minoría de edad. A través de la Ilustración  Kant implanta las bases para el desarrollo del mundo moderno que tiene su gran auge durante el siglo XIX y en los primeros años del siglo XX en Europa. Sin embargo, esta visión también podría servir para el despertar del pensamiento latinoamericano de periferia, de marginalidad, de externalidad epistémica del siglo XX y XXI donde los individuos de forma colectiva no aceptaran ejecutar una orden dada por una autoridad ajena que se base en estructuras de poder jerarquizantes. En el caso latinoamericano ese ente ajeno es el representante eurocéntrico y todas sus instituciones que avalan el proyecto modernizador. En este ensayo daré a conocer la alternativa de Decolonialidad del Movimiento “modernidad/colonialidad” que se sustenta en una crítica al sistema hegemónico eurocéntrico y la imposibilidad de escapar de la conceptualización decimonónica utilizada por los teóricos de las ciencias sociales, económicas y las humanidades si no se elucubra una alternativa. Para esto, terminaré dando ejemplos: desde la biología con la relación que hace Robert Sapolsky entre el stress y la jerarquía; la teoría de Autopoiesis de Humberto Maturana; y el curriculum emancipador en la educación chilena. Estas visiones vienen a alimentan la opción heterárquica del giro decolonial.

 

Desarrollo

Primero, podemos decir que el término ‘colonia’ comienza a ser usado después del descubrimiento de América (Cristóbal Colón) y también al encontrar las vías marítimas que dirigían a Asia. Curiosamente el nombre de la persona que históricamente se conoce como el descubridor de este nuevo territorio es COLÓN, lo cual se conecta con el hecho de que por siglos el Imperio Romano nombró ‘COLONias’ a sus territorios que están fuera del centro. Aparte a este curioso hecho, después de siglos de Historia, en la actualidad, según Annick Lempérière[3], la palabra ‘Colonia’ en Latinoamérica, más específicamente, se relaciona con un despotismo en lo político y un oscurantismo y poder inquisitorial en lo cultural y religioso. Esta colonia latinoamericana que rodea los 300 años dejó arraigadas sus formas de operar en la cultura de nuestras naciones estados. La colonia es entonces “un territorio extranjero sometido a una dominación política casi exclusivamente dirigida hacia la explotación económica llevada a cabo por los capitalistas metropolitanos en provecho de la potencia económica y militar del Estado-nación”[4]. Para el siglo XIX el proceso de descolonización[5] (amarrado a lo postcolonial) en América  se dio de forma pseudo-involuntaria por los sucesos históricos en la península relacionados con las guerras napoleónicas que tiene como consecuencia la independencia político-económica de las colonias, provincias o reinados latinoamericanos. Este mismo proceso lo han vivido una gran cantidad de nuevas naciones-estado en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial como es el caso de India. El dato cuantitativo es que en el año 1945 había un grupo de 50 naciones-estado y al llegar al final del milenio existirían alrededor de 200. Múltiples cambios deberían pasar entonces.


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¿Qué significó entonces que un pueblo/sociedad y su gente pasen de ser una colonia a ser una nación-estado? ¿Qué significa el surgimiento del mundo de naciones como la alternativa moderna de organizar el sistema-mundo? Para algunos pensadores como Hobsbawm el siglo XX finalizó con un desorden global de naturaleza poco clara, y sin ningún mecanismo para poner fin al desorden o mantenerlo controlado[6]. Hobsbawm se hace las siguientes preguntas: ¿Dónde están los grandes consorcios de las grandes potencias, aquellos que supervisaban la distribución y la redistribución de los productos, dónde están las conferencias internacionales para defender el orden centralista-europeo-superior de la modernidad, dónde están aquellas potencias internacionales al fin del milenio? Lo que Hobsbawm visualiza es que hay una alternativa liberal después de la segunda guerra mundial y posterior caída del muro de Berlín a través del poder del dinero. Ésta, mantiene el historiador, mantiene una crisis permanente creando un ambiente de inseguridad e incertidumbre. Por lo tanto, se establece que los Estados-Nación enfrentan una crisis donde el quiebre de los dos polos desorienta a los programas políticos imperantes en la globalización.

Esta visión pesimista de la condición moderna/contemporánea de Hobsbawm puede ser vista por los pensadores latinoamericanos como una oportunidad para trabajar en las fronteras de la indeterminación, desde las periferias del conocimiento hacia la emancipación hasta alcanzar la mayoría de edad Kantiana.

Para entender esta nueva alternativa se deben entender los conceptos aledaños al proyecto de Decolonialidad. Un término parecido pero no igual es el de Descolonización, el cual es considerado un proceso fundamental del mundo moderno/contemporáneo donde se pasa desde, según la visión europeizante, un mundo europeo ordenado dominado por grandes Imperios hacia un mundo de naciones-estado altamente complejos y connotativamente caóticos. Es en esta alta complejidad donde se necesitan nuevas alternativas. Ya que el modelo a seguir continúa siendo el modelo europeo moderno considerado altamente competitivo, “Los estado-naciones metropolitanos desarrollaron estrategias ideológica/simbólicas en su sistema educativo y en sus estructuras jurídicas al imponer un tipo de discurso ‘occidentalista’ que privilegiaba la cultura occidental sobre las demás”[7]

El proyecto moderno decimonónico de la descolonización divide el mundo entre el centro y la periferia. Según esta visión, por un lado el centro es lo moderno en el presente que avanza con pie firme hacia el futuro. También es ‘desarrollado’ gracias a la revolución industrial y el control del capital internacional aspirando a la ‘superioridad’ de la civilización occidental de Europa y América del Norte. Además, el centro controla el discurso imperante en el ámbito de las ciencias naturales, sociales y las humanidades relacionadas con el conocimiento (epistemología moderna). Por otro lado, la periferia vendría a ser aquello del pasado, premoderno, subdesarrollado, inferior, postcolonial y no europeo. Aquí coexisten elementos modernos de civilización a la usanza de la ilustración en contraposición con lo bárbaro y salvaje en forma de subordinación.


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Algunos intentos teóricos de parte de los estudios de ciencias sociales y a la vez de las explicaciones marxistas ortodoxas en el ámbito económico han tratado de explicar y superar este fenómeno ‘descolonizador’, sin embargo caen en la determinación ‘reduccionista’ de lo cultural y lo económico. Por ejemplo, las explicaciones son estáticas en su descripción del mundo social y cultural complejo ya que no se puede llevar a cabo solamente con la idea de la luchas de clases. Sin embargo, se reconoce su utilidad legal/económica al momento de ayudar en la transición entre ‘colonia’ y el ‘estado postcolonial’. Ahora el objetivo es pasar a una nueva etapa. Esta visión eurocentrista determinista, según Castro-Gómez, referida a los estudios Postcoloniales y el análisis del sistema-mundo de teorías dependentistas de los 70’s y 80’s caerían en explicaciones reduccionistas ya que seguirían utilizando el lenguaje del centro, esto es, los conceptos forjados por el Imperio. La nueva etapa sería sobrepasar esas barreras.

 

La alternativa del Giro Decolonial

Para sobrepasar esta valla del uso de conceptos en el ámbito sociocultural surge una alternativa desde la perspectiva Decolonial[8] conducido por el grupo “modernidad/colonialidad” en Latinoamérica que incluye a pensadores latinoamericanos como Mignolo y Castro-Gómez. Tomando como premisa que el mundo de naciones no ha sido completamente descolonizado ya que solamente se ha completado el ámbito de la independencia jurídico-política, la ‘segunda descolonización’ debería ser “la independencia de forma heterárquica de las múltiples relaciones raciales, étnicas, sexuales, epistémicas, económica y de género, esto es una decolonialidad”[9].

Este pensamiento latinoamericano considera que la opción Decolonial es un “pensamiento que surge de la experiencia de morar en la exterioridad, en las fronteras creadas por la expansión de Europa en la diversidad (lingüística, religiosa, social, subjetiva, económica, política) del mundo”[10]. Sería en esta diversidad multicultural altamente compleja que se permite crear una opción-alternativa al proyecto moderno.

Sería en estas fronteras donde nuestros referentes en el sistema-mundo se deben resignificar. Las palabras deben buscar ser entendidas desde dentro de un margen no ‘hegemónico’ y ‘jerárquico’ sino que ‘heterárquico’. Ya no sería un proyecto de Descolonización (o de Decolonización, in english ‘decolonization’ means the end of Empire) porque éste ya habría empezado de forma cuestionadamente exitosa después de la segunda guerra mundial hasta los años 70’s. Lo que defiende la alternativa latinoamericana es el proceso de Decolonialidad, “el mundo necesita una decolonialidad que complemente la descolonización llevado a cabo en los siglos XIX y XX”[11]

El objetivo y desafío teórico de la Decolonialidad es proporcionar un lenguaje alternativo a los discursos viejos y heredados de las ciencias decimonónicas. Para esto se usa el término ‘heterárquico’, donde “las heterarquías son estructuras complejas en las que no existe un nivel básico que gobierna sobre los demás, sino que todos los niveles ejercen algún grado de influencia mutua en diferentes aspectos particulares y atendiendo a coyunturas históricas específicas”[12]

Para complementar esta idea de una organización heterárquica mencionaré la teoría de la autopoiesis de Humberto Maturana[13](1973) que ya cumple 40 años.  La idea innovadora de Maturana fue que comprendió que los seres vivos al momento de funcionar estructuralmente en un ambiente dado se reorganizan y auto-producen de forma cíclica y generan un ser idéntico al de antes. A esto le llamó autopoiesis. Maturana le da un rol fundamental al lenguaje al momento de llevar esta idea de la biología molecular al mundo del conocimiento humano. Él dice que el lenguaje es fundamental para coordinar a los seres humanos y sus organizaciones, y que no vendría a responder a un conjunto de símbolos codificados mediante un consenso de forma arbitraria, sino que más bien lo fundamental es la acción del lenguaje y la interacción, es decir, la convivencia que se da en los seres humanos en el lenguaje[14]. Entonces el desafío es ponerse de acuerdo a través del lenguaje para coordinar las operaciones organizacionales de forma coherente.


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En esta nueva forma de entender las organizaciones como sistema de interacciones es que los estudios de la autopoiesis ofrecen una alternativa epistemológica que sintoniza con lo decolonial: “En resumen, un sistema de interacción es tal, cuando se comparte un lenguaje cuyas propiedades en un dominio de realidad especificado hacen posible coordinar conductas en función de objetivos recíprocos. Este enfoque, según Jorge Gibert-Galassi y Beatriz Correa[15], solamente es aplicable en aquellas interacciones sociales fundadas en la emoción de la aceptación mutua -a nuestro parecer, las organizaciones- y debería extenderse para el caso de la interacción social generalizada, considerando los factores culturales y contraculturales. Por otra parte, Maturana plantea que para concebir los sistemas sociales -a nuestro juicio, las organizaciones- como sistemas autopoiéticos, éstos deben tener como componentes a seres autopoiéticos, es decir seres humanos, y no a las comunicaciones.”[16]

En el arraigo cultural el cambio se generaría desde los idearios conceptuales de la sociedad dando un giro integrador e inclusivo de los sujetos sociales. Esto se hace a través de un trabajo educativo focalizado en la forma de conectar las palabras con sus significados (re-significados) y sus referentes para tratar de encontrar alternativas léxicas que no caigan en un autoritarismo o despotismo político, o para no caer en inclinaciones ‘auto-céntricas’. Se debe ser consciente hasta este punto que esta es una propuesta que no quiere dirigir ni dominar el centro, sin embargo sí se reconoce como de periferia, “Así, Maturana señala que "Las relaciones jerárquicas no son relaciones sociales porque están fundadas en la autoridad y la obediencia". Entonces, una organización que evolucione, se desarrolle y aprenda frente a las transformaciones semánticas, requiere constituirse como un sistema de interacción en el cual sus sistemas cognitivos establezcan relaciones compartiendo determinada dinámica del lenguaje en el mismo dominio cognitivo. Es decir, que se manifiesten en todo el espacio-tiempo del sistema, interacciones sociales heterárquicas fundadas en la emoción de la aceptación mutua, capaces de generar un aprendizaje que irradie a todo el conjunto.”[17]

Para complementar estas ideas trataré de conectar las fallas de la organización jerárquica desde sus repercusiones negativas en la bilogía. Haré mención al doctor Robert Sapolsky (2005) y sus ideas relacionadas con el grado de stress de los sujetos que viven en una tribu de primates beduinos y la jerarquía. El doctor Sapolsky identifica en su investigación con babuinos en estado salvaje que la tribu/sociedad de estos primates tuvo un cambio tremendo en su forma de relacionarse entre ellos cuando cambian la agresividad y la ansiedad por el incremento de la afiliación social[18]. Esto tuvo repercusiones biológicas en aspectos relacionados con el stress que se producía dentro de la jerarquía que generan los roles de dominado/dominante. Sapolsky dice que cuando hay un alto grado de stress, más la falta de control y predictibilidad los individuos de bajo rango suelen tener un sistema reproductivo vulnerable, presión arterial alta, incremento de problemas cardíacos y un sistema inmune que no funciona muy bien. Entonces se hace un vínculo entre la jerarquía y el deterioro de la salud[19].  Si estas condiciones cambiaran, en el sentido de eliminar la agresividad y el orden jerárquico y dominante lo cual se percibe como agresivo, la sociedad en su conjunto y su atmosfera se inclinaría hacia una forma distinta de comunicarse y conectarse. Entonces, al resignificar los rangos jerárquicos e incluir una organización heterárquica se puede pensar en un mundo mejor e inclusivo y a la vez se proyecta una mejora en la salud mental de la sociedad[20]. En sus conclusiones, el doctor Sapolsky establece una fuerte relación entre el status social y la salud esto en numerosas especies incluyendo a los humanos. Aún más, dice que en los humanos hay una “fuerte impermeabilidad de las asociaciones de la salud con el status socioeconómico a las diferencias en los sistemas económicos y sociales. No es plausible que este contraste ‘humano/nohumano’ reflejen que la socialización humana sea menos compleja que en los primates. En cambio, es un testimonio del poder humano, después de inventar tecnología material y la distribución desigual de los obtenido (botín), para así corrosivamente subordinar a aquellos que no tienen”[21] Lo que quiero visualizar es que los humanos utilizamos léxico que puede ser violentos y eso genera dominancia y jerarquía. El cambio que sugiero es a visualizar esa agresividad y desde ese punto crear una mutua cooperación.

Por último, mencionaré una experiencia educativa que se vive en Chile donde una comunidad escolar se organizó de forma heterárquica al verse enfrentada al cierre del establecimiento escolar. Como consecuencia de este cierre y la mejora en el ambiente donde se da esta experiencia es el reordenamiento desde abajo hacia arriba (bottom-up) llegando a una organización heterárquica, ya que son los propios alumnos y los apoderados los que conducen su proceso educativo. Por lo tanto, es una experiencia que gira la jerarquía de dominio que tiene el ministerio de educación (como macroestructura) sobre el establecimiento y por ende el proceso de aprendizaje de los niños, hacia una importancia de la microestructura, donde lo que se hace es resignificar los rangos jerárquicos incluyendo a los profesores y directivos.[22] Esta experiencia no es muy común en Chile pero si es significativa ya que alimenta las esperanzas de que sea posible un cambio.


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Con estos ejemplos quiero invitar a la construcción de esquemas heterárquicos que dominen el discurso al rediseñar las estructura con una lógica que no es autónoma ni determinante (no hay subordinados ni superordinados) sino que “más bien existen procesos complejos, heterogéneos y múltiples, con diferentes temporalidades, dentro de un solo sistema-mundo de larga duración”[23] lo que lleva a una coordinación de elementos que componen la organización. Esta nueva lógica no domina ni controla, más bien lo que hace es ‘influir’ en toda la red global de conocimiento (sistema epistémico) para dar una resignificación a los conceptos de género, raza, clase, sexualidad, conocimiento y espiritualidad que están al debe en las ciencias sociales y las humanidades.

La resignificación de los conceptos (léxico=significado+significante+referente) ya no sigue la lógica única o de ‘punto cero’ de la jerarquía de poder sino que a una ‘heterarquía’ donde los sistemas de poder como el capitalismo se ven influenciados por otras estructuras complejas como son el ámbito cultural, político y de conocimiento. Por ejemplo, al dar cuenta de que el discurso de los colonizadores o colonos varones es una mirada heterosexual europea por lo tanto es homofóbico, eurocentrista, sexista y racista da luces de la forma en que se quiere determinar la vida de las colonias, “el punto aquí es poner la diferencia colonial en el centro del proceso de la producción de conocimientos”[24]. Y desde aquí buscar una ‘complejidad subversiva’ con el sistema al estudiar ‘la otredad epistémica’ que se refiriere a “una resistencia semiótica capaz de resignificar las formas hegemónicas de conocimiento desde el punto de vista de la racionalidad posteurocéntrica de las subjetividades subalternas”[25]

Para este proyecto de Decolonialidad es importante pensar en sus consecuencias prácticas, tanto científicas como educativas. José Joaquín Bruner[26] da una luz desde el ámbito de la educación y dice que necesariamente “se debe transformar la educación, desde la enseñanza primaria hasta la concepción y el papel de la las universidades; profundizar los mecanismos que hagan posible ensanchar la esfera de la libertad individual; y, sobre todo, ampliar en cada uno de los sistemas que conforman la sociedad y sus modalidades de autorregulación y autogobierno, desde abajo hacia arriba y desde las localidades y sus regiones hacia el centro”. Y más aún, esta lucha entre centro/periferia, superior/inferior debe tender a enmarcarse dentro de organizaciones jerárquicas a superar para dar paso a una relación no dicotómica sino que más bien multiforme, inclusiva y pluralista.

 

Conclusión

Este espacio de relaciones multiformes tiende hacia un espacio transmoderno o postdecolonial donde se están creando formas alternativas de racionalidad ética al ponernos de acuerdo con temas valóricos y también nuevas formas de pensar un mundo mejor. Este espacio nuevo destaca el sistema de valoraciones que muchas veces se le ha considerado de forma peyorativa, para incluir ya de forma definitiva en el debate la cuestión de género, grupos étnicos y la religiosidad de los pueblos latinoamericanos. Así, la alternativa de Decolonialidad del grupo “modernidad/colonialidad” entrega nuevas luces e ilumina el camino para construir una modernidad desde el cuestionamiento de sus bases epistémicas. Al ser capaces de organizar una sociedad en ‘naciones-estados’ altamente complejos se debe tomar en cuenta lo heterogéneo y multiforme de sus constituyentes, y convivir con el léxico teórico de las explicaciones hegemónicas y jerárquicas para pasar a una visión de influencias mutuas en sistemas heterárquicos.



Notas:

[1] Bachiller en Humanidades y Ciencias Sociales – U. de Chile; Licenciado en Lengua y Literatura Inglesas – U. de Chile; Alumno Magister Enseñanza de Humanidades: Literatura y Artes Visuales – U. de Talca; Docente de Literatura Inglesa y Lingüística. Departamento de Educación - Universidad Autónoma de Chile sede Talca. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

[2] Kant, E. (1994) Filosofía de la Historia. Trad. Eugenio Imaz, México, FCE.

[3] Lempérière, A. (2004) El paradigma colonial en la historiografía latinoamericanista. Nuevo Mundo-Mundos Nuevos. 2004.

[4] Ibid, pag. 112

[5] No es lo mismo que ‘decolonialidad’.

[6] Hobsbawm, E. (2011) Historia del siglo XX, trad. Juan Faci, Carmen Castells, Jordi Ainaudy, Buenos Aires, pág. 551-576.

[7] Castro-Gómez, S. (2007) El giro decolonial: reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Siglo del Hombre Editores; Universidad Central, p. 19.

[8] No es lo mismo que ‘descolonización’.

[9] Ibid. n°6, p.19

[10] Mignolo, W. (2009) La idea de América Latina (la derecha, la izquierda y la opción decolonial)

[11] Castro-Gómez, S. (2007) El giro decolonial: reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Siglo del Hombre Editores; Universidad Central, P. 17.

[12] Ibid., p.18.

[13] Varela, Francisco J.; & Maturana, Humberto R. (1973). De Máquinas y Seres Vivos: Una teoría sobre la organización biológica. Santiago de Chile: Editorial Universitaria.

[14]http://www.elmostrador.cl/cultura/2013/11/27/a-cuarenta-anos-de-la-autopoiesis-de-maturana-el-concepto-mas-revolucionario-de-la-ciencia-chilena-a-nivel-mundial/

[15] Gibert-Galassi, J. y Correa, B. (2001). La Teoría de la Autopoiesis y su Aplicación en las Ciencias Sociales.

El caso de la interacción social. http://rehue.csociales.uchile.cl/publicaciones/moebio/12/frames02.htm

[16] http://autopoiesis.cl/antecedentes.htm#r6

[17] http://autopoiesis.cl/antecedentes.htm#r9

[18] Debido a la muerte de la gran mayoría de los machos alfa de la tribu, los sobrevivientes generaron cambios dentro de su misma cultura lo que tuvo como repercusión una vida más saludable.

[19] Sapolsky, R. (2005). The Influence of Social Hierarchy on Primate Health, Science Vol. 308 no. 5722 pp. 648-652. En su resumen establece estas directrices. “Why hierarchy creates a destructive force within the human psyche. Dominance hierarchies occur in numerous social species, and rank within them can greatly influence the quality of life of an animal. In this review, I consider how rank can also influence physiology and health. I first consider whether it is high- or low-ranking animals that are most stressed in a dominance hierarchy; this turns out to vary as a function of the social organization in different species and populations. I then review how the stressful characteristics of social rank have adverse adrenocortical, cardiovascular, reproductive, immunological, and neurobiological consequences. Finally, I consider how these findings apply to the human realm of health, disease, and socioeconomic status.”

[20] http://www.youtube.com/watch?v=A4UMyTnlaMY

[21] Sapolsky, R. (2005). The Influence of Social Hierarchy on Primate Health, Science Vol. 308 no. 5722 p. 652.

[22] Relacionado con lo que postula José Joaquín Brunner de su idea de educación. En http://www.13.cl/t13/reporteros/la-toma-de-las-madres

[23] Castro-Gómez, S. (2007) El giro decolonial: reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Siglo del Hombre Editores; Universidad Central. p.18.

[24] Ibid., p.20.

[25] Ibid.,p20.

[26] Brunner, J. J. (2000) ¿Hacia dónde avanza la modernidad? Modelos de Modernidad y La Modernidad: una opción ineludible.

 

Referencias

Brunner, J. J. (2000) ¿Hacia dónde avanza la modernidad? Modelos de Modernidad y La Modernidad: una opción ineludible.

Castro-Gómez, S. (2005a) La poscolonialidad explicada a los niños. Popayán: Universidad del Cauca, Instituto Pensar.

Castro-Gómez, S. (2007) El giro decolonial: reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Siglo del Hombre Editores; Universidad Central.

Gibert-Galassi, J. y Correa, B. (2001). La Teoría de la Autopoiesis y su Aplicación en las Ciencias Sociales. El caso de la interacción social.

Hobsbawm, E. (2011) Historia del siglo XX, trad. Juan Faci, Carmen Castells, Jordi Ainaudy, Buenos Aires, pág. 551-576.

Kant, E. (1994) Filosofía de la Historia. Trad. Eugenio Imaz, México, FCE.

Lempérière, A. (2004) El paradigma colonial en la historiografía latinoamericanista. Nuevo Mundo-Mundos Nuevos.

Lyotard, J. (2002) La condición postmoderna. Santiago. pp. Introducción, cap. 1-3, 9-11, 14.

Mignolo, W. (2009) La idea de América Latina (la derecha, la izquierda y la opción decolonial)

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Varela, Francisco J.; & Maturana, Humberto R. (1973). De Máquinas y Seres Vivos: Una teoría sobre la organización biológica. Santiago de Chile: Editorial Universitaria.

 

Páginas WEB

http://autopoiesis.cl/antecedentes.htm#r6

http://rehue.csociales.uchile.cl/publicaciones/moebio/12/frames02.htm

http://www.13.cl/t13/reporteros/la-toma-de-las-madres

http://www.elmostrador.cl/cultura/2013/11/27/a-cuarenta-anos-de-la-autopoiesis-de-maturana-el-concepto-mas-revolucionario-de-la-ciencia-chilena-a-nivel-mundial/

http://www.facso.uchile.cl/agenda/96819/simposio-autopoiesis-40-anos-con-participacion-de-academicos-facso

 

Cómo citar este artículo:

CORTÉS ARAVENA, Juan Esteban, (2014) “La opción de la Decolonialidad como alternativa posible para enfrentar la Modernidad en Latinoamérica”, Pacarina del Sur [En línea], año 5, núm. 18, enero-marzo, 2014. ISSN: 2007-2309.

Consultado el Martes, 16 de Abril de 2024.

Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.comindex.php?option=com_content&view=article&id=883&catid=14