Warisata y Churata, pedagogía y periodismo de compromiso

En este artículo analizaremos la trayectoria de la escuela indígena de Warisata, Bolivia, que significó el medio educativo indigenista por excelencia y de Gamaliel Churata, su ideólogo principal, así como los discursos asociados a la educación indígena en América Latina.

Palabras clave: Warisata, educación, indígena, cultura, Amauta


A Renata por su presencia-paciencia
A Estrella Peralta por su perseverancia

A la reminiscencia  de Chapaco Salazar y Teófano Peralta Castro.
A mis ayllurunas Wilmer, Aldo, Fabián, Mauro y Meritxell.
A mis Llaqtamasis Josué, Valeria y Michel.
A Amaratt P. y Cecilia S. por su fraternidad.
Al Ajayu negro de Churata
por  permitirme continuar.

 

“Si hombres como Chapaco no se levantaran a hablar lo harían las piedras”[1]

 

Rudimento

La educación  en Warisata  representó un proyecto de transformación social y cultural, que  se conformó con la síntesis dinámica de la realidad socio-histórica, material y espiritual de una comunidad. La escuela se constituyó en una forma de expresión, expansión y  movimiento históricamente realizado. Significó la construcción de una práctica comunitaria cultural y política apegada al pasado y encaminada al presente, al recuperar su identidad e intentar reconstruir el sentido histórico de esta. La formulación de un proyecto, como dimensión colectiva social, de la cultura indígena, elemento esencial del pueblo boliviano tuvo como funcionalidad la creación de conciencia, de los indios como sujetos sociales y sus relaciones con la historia, ya que además  de ser portadores desde su presente del pasado negado, vincularon historia, memoria  y utopía.


Gamaliel Churata y Carlos “Chapaco” Salazar Mostajo en Warisata Fuente: Archivo Carlos Salazar Mostajo
La escuela de Warisata se localizó en la provincia de Omasuyos en el departamento de La Paz, “una escuela levantada en medio de los indios”,[2] bajo el auspicio de Elizardo Pérez y de Avelino Siñani, así como de la población de la comunidad del mismo nombre, quienes edificaron su construcción “alentados precisamente por ideales americanistas de revalorización indígena”.[3] Funcionó desde 1931 hasta 1940, año en que inició su declive.  Su decadencia no fue producto de una invasión  de latifundistas y/o del ejército, sino producto de la influencia de diversos sectores:  de los medios periodísticos a nivel nacional; en el plano internacional, en el Congreso Indigenista Interamericano,[4] fueron destituidos todos los  profesores, se negó el acceso a la comunidad aymara  que rodeaba al núcleo escolar y se demolieron las instalaciones:

Sobrevinieron días, meses, años, y cuanta amargura sentimos al comprobar que toda esa promesa se convertía en la destrucción de nuestra obra de esa su obra,  maestro Elizardo, donde invirtió usted su vida (…) nuestro parlamento de amautas fue suprimido y quedamos excluidos de todo contacto con la escuela. (…) los pocos maestros que quisieron continuar la lucha, fueron siempre acallados y vencidos.[5]

Diversos intelectuales, artistas, periodistas y escritores[6] tuvieron contacto con la Escuela y la visitaron durante los años que desarrolló su proyecto pedagógico. Entre sus múltiples  simpatizantes se encontró Gamaliel Churata, quien había llegado  a La Paz, Bolivia en  1932. Desde el momento de su llegada se integró con la Escuela de Warisata. Visitó la escuela junto con sus compañeros periodistas,[7] recibiendo a los amautas de Warisata: Pedro Rojas y Mariano Huanca  pobladores que habían  sido  golpeados por el gamonalismo.[8] Visita en la cual  subrayó la educación que se impartía en la misma:

“la educación del niño indígena en la Escuela de Warisata no se concreta a la enseñanza del alfabeto y de su industrialización, sino a la cultura del espíritu. Vemos en este gráfico al formidable pintor Illanes en un momento de la enseñanza de la pintura al aire libre.”[9]

Y  comenzó una  relación muy estrecha con Carlos “Chapaco” Salazar, alumno y profesor de la Escuela, quien años después, a petición de Churata, ilustraría la portada del libro El Pez de Oro. La relación entre ambos inició años antes, Churata el amigo y maestro[10] dedicó parte de su tiempo para auxiliar a “Chapaco” en el difícil camino de la escritura  periodística de la poética y de la imagen, forjando además  su personalidad crítica:

Contra todas tus morbosas suposiciones, yo creo que en tu producción poética de aquellos días hay un jugoso talento provisto de una serie inédita de virtudes en la literatura de tu país, y creo, además, que en tus ensayos dibujísticos, igualmente predomina un temperamento original que producirá en su tiempo –de persistir en la brega- grandes obras para la interpretación del cosmos americano.[11]

Las redes de articulación, de amistad, fraternidad, defensa y compromiso con el proyecto educativo de Warisata, por parte de Gamaliel,  fueron muy estrechas no sólo con “Chapaco” y los demás profesores sino también, con el Director Elizardo Pérez quien en momentos de  conflictos no dudó en auxiliar al “gran poeta, ágil y brillante periodista”:

Mira,  mi hermana Estrella me platicó que  cuando mi padre  tuvo conflictos con el gobierno de Bolivia, y que estuvo a punto de ser deportado, Elizardo Pérez y su mujer le auxiliaron. A que me refiero, bueno,  cuando la policía llegó a su casa Estrella y Teofanoj fueron sacados en un taxi, y llevados a la casa de la mujer de Elizardo Pérez. No recuerdo que año fue, Estrella que vivió el momento y que es mayor a mí, bien  puede  platicarte todo el suceso.[12]

Sus relaciones  se extendieron a los amautas, muy especialmente a Apolinar Rojas Choque cacique de Warisata, con quien según  su hija Emiliana Rojas  “mantuvo un compadrazgo.”[13] Pero la gran influencia que  tuvo Churata en la vida cultural, social y política de Bolivia, se permeó con el transcurrir de los años de una densidad de “chismes” falacias, ficciones en torno a su vida, y que desgraciadamente hasta la fecha se siguen considerando como verdades. Tal es el caso de una de las alumnas y profesoras de Warisata: Ana Pérez,  relatará diversas invenciones alrededor de Gamaliel:

El jefe de Churata era un tal Choquehuanca. La esposa de Churata parece que se metió con Choquehuanca… Mi padre cuando ya estaba en esos problemas de Warisata, añoraba tener una prensa, algo que lo respalde y le dio plata a Churata para una imprenta, pero no a Churata, a Choquehuanca, mi mamá le entregó el dinero,

(…)Evidentemente con el tiempo yo me fui y encontré los avisos necrológicos, encontré el aviso de Choquehuanca y encontré que  también  se mató la mujer de Churata ¿No? Se mató ahí está el aviso…

¿Y no sabe por qué se mató?

Parece que había cierta cosa entre Choquehuanca, parece que son espe…[sic] no sé…[sic] pero hay una cosa, he leído el Pez de Oro, y en forma así, como escriben los escritores [de]su vida, ahí está la traición de su mujer.[14]

 

Periodismo y beligerancia

Desde la  revista paceña La Semana Gráfica, y posteriormente desde La Gaceta de Bolivia y el diario La Calle, Churata utilizó  el periodismo como  un mecanismo de acción, eficaz para la propaganda a favor de la Escuela de Warisata, para su defensa y contender el ataque. Más que las palabras, volátiles al viento, su labor periodistica dio coraje  a los tímidos que simpatizaban con el proyecto pedagógico, y arraigaron con mayor fuerza  las convicciones y el amor hacia  el proyecto. La palabra impresa de Churata bajo la fisonomía de notas de la redacción, comentarios a pie de foto, editoriales y artículos, obró  de mejor forma en la conciencia del individuo, le sugirió pensamientos propios, comentarios,  nuevos horizontes a los habitantes de La Paz, y aquellas ciudades donde llegó a  difundirse la Semana Gráfica.[15] El periodismo que desarrolló Gamaliel se entiende no sólo como un mero proceso de divulgación, sino que involucró a los lectores en un proyecto de vida diferente. Churata pondría en práctica  las palabras de uno de sus baluartes periodísticos: Manuel González Prada; se acercaría  a la voz popular y no se abstendría política y culturalmente del proceso warisateño, porque abstenerse era una forma de sometimiento, o como su maestro en la distancia[16] advirtió desde hacía más de tres décadas:


Antonio González Bravo y Gamaliel Churata en Warisata
El diarista influye directamente en la generación y marcha de los acontecimientos (…) Periodistas que medran a la sombra del sistema que deroga la libertad del pueblo. Si estos se apartan de la opinión pública no es por superioridad del espíritu, sino por adhesión y cobardía tácita o explícita al colonialismo.[17]

Gamaliel  no sólo se encauzó en la tarea de difundir la obra de la Escuela; la defensa que hacía de la misma, le ocasionó conflictos con los grupos políticos e intelectuales bolivianos, como señala  su hija Estrella Peralta:

Yo era muy chica cuando fue el momento álgido de Warisata. Recuerdo que vivíamos en la chacra de Tembladerani, [en la Paz]. Un día llegó a la puerta de mi casa un hombre, mi hermano Teófano, abrió. El hombre le preguntó que si estaba mi padre en casa. Él le contestó que no se encontraba. Por la tarde-noche de ese mismo día, al regresar mi padre, preguntó si había pasado algo durante el transcurso del día. Teófano le comentó que lo habían ido a buscar, ¿Quién? Preguntó. Teófano contestó que no sabía.

De inmediato mi padre tomó algunas cosas y nos llevó a un lugar de Warisata, de la comunidad, cercano a la escuela, a la Taika, con el aimara Antonio Choque. Durante varios días no tuvimos noticias de mi padre, hasta que unos días después escuchamos a los niños aimaras gritar: ¡Churata! ¡Churata!. Era mi padre que llevaba algunos sacos  con semillas y enseres. Varias veces mi hermano y yo pasamos temporadas en esta situación. Años después comprendí que aquel hombre que fue a buscar a mi padre, era un enviado de la policía. Mi padre siempre mantuvo la defensa del indio y de la escuela, lo que le acarreó conflictos con gente del país, quienes no querían al indio, y menos su educación.[18]

El acercamiento de Churata como escritor, periodista e intelectual  no  se quedó en el aspecto pedagógico, propugnó sobre la ruptura en las relaciones sociales que obliteraban al indígena, apoyando  no sólo la supresión  y prohibición radical de todo servicio gratuito y obligatorio, sino  manifestando que el proyecto de Warisata  rompía con el sistema que hacía del conocimiento una mercancía, que legitimaba el ejercicio del poder de los más alfabetizados  sobre los que no lo eran, una normatividad que justificaba la pirámide social y el colonialismo educativo.

Warisata como proyecto educativo superó la exclusión, discriminación, los aprendizajes impositivos y coaccionados. A diferencia de otros núcleos  de educación que se habían instalado en Bolivia, a los cuales  Churata criticó, ya que los consideraba colegios que repetían y apoyaban la colonización cultural e ideológica de los  indígenas; es el caso de la escuela de Caquiaviri, del núcleo de Utama, en donde se intentaba aculturar al indígena, “integrarlo”[19] bolivianizarlo y que perdiera sus raíces aymaras:

Lo capital es bolivianizar al nativo. Homogeneizar al elemento humano, creando un tipo nacional. Sólo sobre la base de fuerzas humanas capacitadas, que vivan mejor, puede aspirar a la creación  de estados culturales superiores. (…)

Y readaptar al indio, sería reincorporarlo a la vida nuestra, a las modalidades sociales, económicas, políticas. Es decir, hacer del indio lo que somos nosotros, seres adaptados a la cultura occidental, con todas sus comodidades materiales, con todas sus virtudes y vicios.[20]

E proyecto educativo de Warisata resultó un plan innovador que exterminaba la educación alienante a occidente, dejaba de tratar y educar al indio como esclavo, dominado, y lo ponía  como sujeto de su propia historicidad. Al mismo tiempo que contraponía ambos proyectos educativos, el de Warisata y el de Caquiaviri:

Tan fuerte es la acción polémica de Warisata que ha suscitado dos bandos. El que sostiene Warisata y el que sostiene Caquiaviri. (…) Estos dos bandos aparentemente facciosos, en verdad representan dos modalidades del pensamiento indianista. Polarizan la colonia y la insurgencia. (…) Los indios de Caquiaviri se reúnen en cabildos  y hacen luego de pongos del director y sus invitados, mientras teatralmente reciben con Hallallas de origen cartaginés, a quienes abobados  de “ver” mímicas no se asombran de su propia ignorancia. En Warisata, no hay misa en escena, ni hallallas, pero los indios han dejado de ser pongos y trabajan alegremente.[21]


Portada de La Gaceta de Bolivia, presentando a los niños de Warisata. Año II, Núm. 43, La Paz, 19 de agosto de 1935.
El comentario de Gamaliel Churata se circunscribía en el contexto de la Primera Asamblea de Maestros Indigenistas, llevada a cabo en La Paz (en octubre de 1936). Desde el periodismo defendía la acción del proyecto warisateño, era incisivo en la diferenciación de una educación liberadora y una educación colonial, de manera suspicaz  y al estilo de Gramsci señalaba los rasgos como  “dramáticos de la argumentación, no eran una exposición fría y pedante de raciocinios.”[22] Por medio del periodismo más que develar buscaba arrojar luz que imprimiera una visibilidad diferente a la noticia, y para ello requirió de un lenguaje, de otro tipo de entonación, porque buscaba formar una voluntad colectiva “una conciencia operativa de la necesidad histórica.” Por supuesto que cuando se refiere a Warisata no sólo en este artículo, sino en diversos periódicos  en los cuales escribió en su periplo por Bolivia, su palabra es clara, hace un despliegue, se impregna de la misma entonación que transcurre en la calle, se vuelve una palabra apasionada, con lenguaje cotidiano, que teje la experiencia comunitaria, y que permanece dispersa en el devenir del pueblo, es decir, su palabra se significa, se relativiza a su contexto, es periodista e intelectual  que se compromete con su tiempo, y estimula a su público con palabras, con un discurso breve pero fulminante, porque a la población  se le tenía que capturar y movilizar con estrategias comunicativas, con discursos y palabras  que tuvieran no sólo un accionar comunicativo, sino que buscara hacer política. Tarea y deber del intelectual, que nunca abandonó. Años después, seguía manteniendo la misma postura en cuanto al deber del intelectual:

La misión del intelectual ha dejado de ser la tranquila y pacífica indecisión, encerrado en el aislamiento de los “jardines interiores” o las inaccesibles “torres de marfil”, hoy muy al contrario, la misión está en la calle a donde a de ir al encuentro de los hombres necesitados de conducción, mediante el libro, la prédica de la tribuna, la prensa y mediante la actuación personal también. [23]

Gamaliel sabía que  Warisata, como un proyecto educativo, convertía  a la comunidad y a los estudiantes en sujetos de la labor educativa, participando activamente, al combinar el estudio y el trabajo, la teoría y la práctica, la enseñanza, producción y creación, se conformó a su vez una práctica política. El proyecto educativo integró un plan político que se contrapuso al proyecto educativo vigente. Warisata y su escuela se trató de un esfuerzo creador de conciencia, que no se opuso a la civilización, sino que ésta se concibió desde otra perspectiva, al  involucrar un conocimiento histórico y una reafirmación de su tradición y cosmovisión indígena aymara, al entrelazar lo social, lo pedagógico y sus costumbres:

(…) creo que todo se reduce a que el indio tiene derecho a los instrumentos que le permitan con sus propias manos construir su camino. Afuera toda sistematización colonial o mestiza, y sobre todo, la estúpida idea de civilización.[24]

La importancia de la educación como medio para recuperar las tierras usurpadas. La educación como elemento de acceso a los derechos individuales y colectivos.  El núcleo  escolar de Warisata, al asentarse en la estructura organizativa indígena se puso a disposición de las autoridades locales  a través de El Parlamento Amauta, y con ello logró la activa participación de la comunidad indígena en el accionar pedagógico.

Warisata aspiró a ser vista como un medio para despertar en el indígena  el espíritu de resistencia y beligerancia, y un medio para que las comunidades pudieran diseñar una estrategia legal ante la arremetida de los gamonales. Gamaliel comprende que la lucha ya no sólo se debate por escribanos y qilqiris,[25] sino por la comunidad, con el sentido específico de recuperar las tierras usurpadas, utilizando y conociendo la legislación, y que un medio más no el único es una educación como la que se inscribía en Warisata.[26]

La Escuela floreció, sabía que su proyecto de reconstrucción en la sociedad boliviana y del indígena como sujeto social reconocido, no era una ínsula en la nación boliviana, para ello  buscó  el apoyo y la articulación con los movimientos sociales y sindicales  de las ciudades. Y en ello la relación con “Chapaco” Salazar intervino:

Hice sindicato por lo siguiente: el obrerismo, el estudiantado, el magisterio de La Paz, en sus organizaciones son completamente indiferentes a la escuela indígena. Warisata les importa un pito.  Pues bien un sindicato hubiera logrado despertarles interés, pues que era una organización clasista. Esto no es pura palabrería. Yo contaba –y junto conmigo García y Lira- con la promesa de varios  sectores de las clases arriba nombradas. Ellos  iban a constituir una nueva defensa de la Escuela indígena. Pero necesitaban que en Warisata se constituyera un sindicato, para que la labor pudiera tener unicidad. (…) Nosotros queríamos defendernos, no contra los que nos dirigen, sino contra los que nos atacan.[27]

Es decir, no se buscó ser un espacio de mediación para la expansión y diversidad de sindicatos, sino  la inclusión y formación de un sindicato dentro de la escuela  era  parte de un proceso que era el reconocimiento de la escuela como un eje de lucha. Del mantenimiento de las comunidades indígenas como base de la organización social, y de un sindicato de maestros que diera apoyo político y social a la Escuela, una articulación entre las luchas  de la ciudad a través de los sindicatos y  la defensa de la Escuela a través de un sindicato.

 

De la educación libre a la profilaxis educativa

La Escuela de Warisata mantuvo durante su existencia (1931 a 1940) cierta independencia de los planes y políticas biologistas de sanidad e higiene, políticas de salud pública que promovían  la profilaxis y la hegemonía del “modo de vida americano,” del mestizaje como el único medio de “civilización”.[28] Prácticas de depuración que el Estado boliviano a partir de la educación infiltraba, y que llevaba como principio exterminar  las prácticas y costumbres tradicionales, al clasificarlas como antihigiénicas o perversas, que incitaban a la procreación  de piojos y de suciedad: la elaboración de chicha,  akhullikar coca,[29] etc.,  serían  prohibidas y nuevos hábitos fueron impuestos en las escuelas mismas que  como lo señalaría  Vicente Donoso Torres (quien fungía entonces como vicepresidente del Consejo Nacional de Educación en Bolivia), carecían de recursos:

Las nuevas escuelas necesitan ser abastecidas de medicinas DDT y jabón, porque la cuestión educativa con referencia a los campesinos, debe primero enfrentar la extirpación de piojos y de suciedad.

(…) Los indiecitos carecen de baño en sus escuelas, no hacen uso de servicios higiénicos, sus dormitorios despide el olor característico del indio, los comedores y las cocinas presentan desaseo.[30]

Hábitos que implementaría Donoso Torres,[31] años después, bajo la supervisión del  Servicio Cooperativo Interamericano de Educación.[32]

Churata no pasaría por alto esta depauperación de la educación indígena y de las políticas educativas de  tinte racista que se implementarían. Para ello manifestó la defensa de Warisata  al poco tiempo:

El crimen cometido con la Escuela de Warisata recae directamente sobre una generación ya perfectamente tipificada de escritores mediocres, por tanto de intelectuales grafómanos, y de maestros en quienes la finalidad profesional escolla en el presupuesto y no en el programa de cultura al que se somete las condiciones del porvenir patrio.[33]

Años después de la destrucción del proyecto educativo warisateño  fundado por Avelino Siñani, Elizardo Pérez y la comunidad de Warisata, rememora la influencia de algunos participantes de la escuela en movimientos de subversión: “del cacique de Warisata, Andrés Rojas, que –como tengo tantas veces dicho- financió la revolución de julio.”[34] Hace un recuento de la experiencia educativa, como un hito de la coyuntura histórica, los problemas que enfrentaron el plantel y sus participantes:

La creación de la Escuela de Warisata, separa dos épocas de la lucha a favor del indio. Elizardo Pérez fue combatido con saña; se atentó contra su vida, se le zahirió en la prensa. (…) Le combatieron -¡sarcasmo explicable sólo en nuestra América!- hasta intelectuales de izquierda.

(…) pero hay otro hombre que no debe ser olvidado: el fundador de la escuela de Caiza: Don Raúl Pérez, hermano menor de Elizardo, pedagogo culto y austero, esa escuela fue, a mi manera de ver, la más digna realización en este orden…[35]

Además de ostentar el valor histórico y de lucha  de la escuela: “¡Warisata, es un hito de nuestra cultura y un monumento levantado a la grandeza del pueblo indio!”.[36] Para dee nueva cuenta,  recalcar el eje descolonizador y de liberación que la escuela fundamentó:

Salvar al indio, dentro del indio, sin negar al indio, sin negar su estructura ancestral, levantarlo dentro de sí mismo, fue su orientación. Esa escuela debió llamarse la Escuela de la Dignidad India; pues allí era el mismo indio quien tenía en las manos el instrumento de su cultura y superación.[37]


Gamaliel Churata y sus hijos Estrella y Teófano Peralta Castro La Paz, ¿1942?
Y frente aquellos que negaban la destrucción de la primera escuela, y que proclamaban que seguía siendo la misma  desde el año de 1931, con sutileza levanta la voz para marcar la distancia de la Escuela creada por Pérez,  Siñani y los warisateños, con la que surgió posterior al año de 1940, cuando todos sus profesores fueron destituidos: “las cosas han cambiado hoy (…), no es la escuela que se fundó el 2 de agosto”,[38] lo que hace manifiesto la participación de fuerzas exteriores en el proyecto educativo, al visitarla personajes provenientes de Estados Unidos de América:

(…) entre varios puntos importantes que  visitó este artista yanqui; -su nombre se me escurre en estos momentos-[39] estuvo la Escuela de Warisata donde realizó observaciones cuidadosas que le han servido para formular importantes declaraciones en su país. (…) Dice en suma que esa escuela regida hoy por el Servicio de Cooperación educativa de los EE. UU. Es una de las organizaciones escolares de mayor significación en la América Latina, y puede ser mostrada por sus muchos aciertos, como modelo para todos los países que retienen aún fuertes poblaciones de indios. Así es seguramente, pero, las declaraciones del pintor y dibujante norteamericano, me sirven ahora para hacer memoria del proceso que determinó la fundación de esa Escuela y de algunas de las características de su actividad y del rol que ha cumplido.[40]

El hombre de la CalleGamaliel Churata puntea que la escuela no fue obra del Servicio de Cooperación, sino de la familia Pérez y de la Comunidad,  que posteriormente fueron destituidos de su cargo: que la segunda escuela, la que visitó el personaje norteamericano, se desliga del primer proyecto. No obstante la primera escuela se distinguía porque era “una escuela de indios y para indios”, fuera de los mecanismos de colonización que por tantos años embargó a la población indígena.

 

Desenlace

La Escuela  de Warisata se constituyó en un espacio único, donde  su actividad se dirigió no sólo a alfabetizar sino “de afrontar y enfrentar la resistencia gamonalista y el normalismo escolástico y libresco.”[41], su proyecto no se redujo a imitar y prohibir, sino a guiar bajo el enriquecimiento teórico y práctico de la vida de los alumnos, promovió y buscó condiciones capaces para intensificar las experiencias gnoseológicas, y para ello  se sustentó en la desaparición del individualismo y retomó los orígenes comunitarios. La Escuela de Warisata que se desarrollo después de 1940, impuso de nueva cuenta relaciones  de pasividad, adquirió características colonialistas, e incrementó las relaciones de poder dominante: la asimilación de conocimientos se convirtió en el marco ideológico de dominación,  se impuso la supuesta universalidad de una cultura y se rebajó la cultura indígena.  Su destrucción no concluyó en los años cuarenta; fue durante la dictadura del General Barrientos, cuando Churata, su principal promotor y defensor del proyecto, no llegaría a ver su total destrucción. Lejos de las tierras aymaras,  fallecería en la Lima criolla. Y por años la Escuela y el periodista fueron ceñidos en el olvido.

Sello con la reinvención de un diálogo, que en la memoria permanece:

-Chapaco: “¿Qué será de mí? Dejando la Escuela Campesina erraré por todas partes y como nada sé hacer en definitiva, fracasaré completamente. Quizá acabe por burocratizarme”.

-Churata: “Veo, pues, con mucha tristeza, que la soledad lejos de enriquecer de alegría tu espíritu, lo está envejeciendo.”

-Chapaco. “¿Sabe Ud. Que es lo que me perdió? ¡La Lucha! Hay en las escuelas campesinas una historia que no puede ser dicha. Yo vi desde antes que la obra elizardiana era tragada por nuestra solemnemente cretina sociedad.”

(Un sonido retumba, es el canto del Pututu que anuncia la llegada del mallku Avelino Siñani. Este abraza a Chapaco y  a Churata, y le dice en aymara a Chapaco)

-Avelino: Enseña todo lo que sepas.

-Churata: “De tiempo en tiempo,”[42] de tu boca saldrá una cascada de flores que inundará el altiplano y recorrerá Abya Yala.

-Avelino, Chapaco, Churata:  (los tres al unísono): ¡Ukamau!

 


Notas:

[1] Gamaliel Churata

[2] Mensaje de la Escuela Indigenal de Warisata en el día de las Américas [La Semana Gráfica, 1934], edición facsímil,  Editorial América Nuestra – Rumi Maki, México, 2009, p. 1.

[3] Íbid.

[4] Realizado en Pátzcuaro, Michoacán, México, 1940

[5] Carta firmada por más de 30 amautas de Warisata, fechada en Warisata, 2 de agosto de 1947.

[6] Fueron varios los intelectuales bolivianos involucrados con el proyecto warisateño: Tristán Marof, Yolanda Bedregal, Fausto Aoiz, por solo mencionar algunos;  de diversas partes de América llegaron para conocer el proyecto pedagógico y difundirlo  allende las fronteras: José Antonio Encinas, Uriel García, entre algunos peruanos que la visitaron; Frank Tanenbaum escritor anarquista norteamericano también recorrió su territorio, así como diversos mexicanos: Moisés Sáenz,  Adolfo Velasco, etc. Para un estudio más extenso sobre México y  Warisata véase el folleto Warisata y México,  Editorial América Nuestra – Rumi Maki, México, 2010.

[7] En su primera visita (2 y 3 de agosto de 1933),  Churata junto a Carlos “Chapaco” Salazar y Francisco Villarejos “Pancho Villa”, redactores y periodistas, apareció en la crónica  escrita por Francisco Villarejos “Visita de algunos redactores de  La Semana Gráfica  a Huarisata”,  en La Semana Gráfica, año I, núm. 40,  6 de agosto de 1933, Churata  hace una apreciación sobre la música de Antonio González Bravo. Véase esta apreciación en  A. Vilchis, Arturo Pablo Peralta Miranda. Travesía de un itinerante, ED. América Nuestra- Rumi Maki, México, 2008, p. 91.

[8] Churata recibe en la redacción de La Semana Gráfica a Pedro Rojas, amauta de Warisata, quien lleva las quejas en contra del corregidor de Achacachi, a Pedro Sonko músico mayor del conjunto de Sikuris de Italaque quien transmitió una audición en radio para Washington y Buenos Aires, y a Mariano Huanca, agredido por el regidor de Achacachi, por el “delito” de fomentar la instrucción de su raza, así como de insertar un mensaje  del Director General de Instrucción Indigenal Juvenal Mariaca, al señor Ministro  de Instrucción Pública, fechada el 25 de abril de 1934. “Los Indios en la radio y en la Escuela los crímenes del caciquismo”, en La Semana Gráfica, año II, núm. 79, La Paz, 6 de mayo de 1934, s/ p.

[9] “Imágenes de Mario Illanes” en La Gaceta de Bolivia, año II, núm. 40, La Paz,  17 de junio de 1935.

[10] “Nuestro agradecimiento. Hoy que damos cima a un anhelo debemos dar las gracias más sinceras a don Elizardo Pérez y don Gamaliel Churata maestros y amigos que nos han ayudado con cariño para que esta revista vea su aparición”, Rutas infantiles, la revista de los niños,  Dir. Carlos Salazar Mostajo, año I, núm. 1,  La Paz, agosto 30 de 1934.

[11] Memorándum de Gamaliel Churata a  Carlos Salazar “Chapaco”, La Paz 23 de enero de 1937, en A. Vilchis, op. cit. p. 192.

[12] Charla telefónica con Amaratt Peralta hijo menor de Gamaliel Churata, el 23 de marzo de 2010. Amaratt se refiere al suceso acaecido en julio de 1937, cuando su padre fue deportado a Arica por unos días. La esposa de Elizardo Pérez era Jael Oropeza. Elizardo   ya no fungía para esa fecha como Director de Warisata, sino que comenzaba a  ocupar  el cargo de Director General de Educación Indigenal de Bolivia.

[13] Entrevista a Emiliana Rojas, hecha por Yvette Mejía Vera, en Yvette Mejía Vera, Warisata. El modelo  de ayllu. Sistematización de Warisata Escuela – Ayllu 1931-1940, p. 128, en www.katari.org/warisata-escuela-ayllu. Consultado el 17/07/2009.

[14] Yvette Mejía Vera entrevista a la Sra. Ana Pérez, en Warisata el modelo  de     Ayllu. op. cit. p. 129-130. Ana Pérez, alumna del núcleo  de  Caiza “D” y profesora de Warisata, hija de Raúl Pérez fundador de Caiza “D” y posteriormente director de Warisata. Evidentemente Ana Pérez   desconoció   lo que realmente sucedió entre el préstamo de su padre a Waynakapaj Chuquiwanka  Ayulo,  la supuesta traición de Aida Castro (segunda esposa de Churata) con este personaje y la muerte de ambos, o quizás el desuso de los recuerdos engañó  y se alió al “no me acuerdo”. Para este pasaje  en la vida de Gamaliel véase  A. Vilchis, “”Gamaliel Churata: los años difíciles en el trayecto: 1939-1940,” en http//skepsis-wilmer.blogspot.com/2009/07/gamaliel-churata-y-aida-castro-archivo.html. y  “Gamaliel Churata.:Los años difíciles del exilio andino”, disponible en: www.pacarinadelsur.com/home/figuras-e-ideas/25-gamaliel-churata-los-anos-dificiles-del-exilio-andino

[15] Su labor también se dirigió a  enviar  textos que La Semana Gráfica publicaba, y que tenían que ver con  el proyecto cultural de Warisata, es el caso  del envío de varios ejemplares de  Mensaje de la Escuela Indigenal de Warisata en el día de las Américas,  (1934) a Puno, por medio de Inocencio Mamani, su compañero Orkopata. Véase A. Vilchis, op. cit. p. 92.

[16] Churata llegó a conocer los escritos de González Prada sólo  a través de panfletos, folletos y demás textos gremiales que llegaron a circular entre los tipógrafos de Puno (con quienes trabajó y actuó), quienes mantuvieron estrechas relaciones con el movimiento obrero anarquista de Lima.  De la misma manera  tuvo aproximaciones  a otros grandes pilares de un nuevo periodismo peruano como Federico More,  Santiago Giraldo, etc.

[17] Manuel González Prada, “Nuestro Periodismo”, en Horas de Lucha, Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1985, p. 256.

[18] Conversación con Estrella Peralta Castro, hija de Gamaliel Churata,  Ciudad de México, 27 de diciembre de 2010.

[19] Integrarlo o nacionalizarlo en el sentido de la  pérdida de autonomía desde  una política indigenista oficial, es decir que  perdiera todas sus referencias, costumbres, tradiciones y cosmovisión indígena. Un proyecto que promovía la desaparición del indígena y  tuvo sus simpatizantes  en todo el continente (antropólogos, pedagogos, intelectuales, etc.), ejemplo de este proyecto político de integración es el discurso de Lázaro Cárdenas en la inauguración del Congreso Interamericano Indigenista de 1940: “Nuestro problema no está  en conservar el ‘indio’ indio, ni en indigenizar a México, sino en mexicanizar al indio”, apud, A. Vilchis, Warisata y México, Editorial América Nuestra- Rumi Maki, México, 2010, p. 15.

[20] Rafael A. Reyeros, Caquiaviri, La Paz, Bolivia, 1937, p. 60 y 90. Reyeros quien  al finalizar el año de 1936, visitó de manera oficial  la Escuela de Caquiaviri, posteriormente integraría la comisión de becarios que visitó México (1938),  por supuesto que no era  becario mucho menos alumno o profesor de Warisata, sino el enviado del Ministro Peñaranda y quien ocupaba un cargo en el Ministerio de Asuntos Indígenas.  A su regreso a Bolivia se convirtió en uno de los más fieles opositores a la escuela de Warisata, y optó por la destrucción del proyecto educativo warisateño.

[21] Gamaliel Churata, “El Congreso de Profesores indigenistas”, La Calle, La Paz, 27 de octubre de 1933, en A. Vilchis,  op. cit., p. 174-175.

[22] Antonio Gramsci, “El Príncipe moderno” en Política y sociedad, Península, Barcelona, 1977, p. 75. Gramsci articularía la relación entre el periodista, el intelectual y el pueblo, como una forma no sólo de hacer cultura, de informar, sino a su vez de hacer política: “sentir las pasiones del pueblo, comprendiéndolas, y por lo tanto explicándolas y justificándolas, por la situación histórica determinada, vinculándolas dialécticamente a las leyes de la historia, a una superior concepción del mundo, científica y coherentemente elaborada. El saber. No se hace política- historia sin esta pasión, sin esta vinculación sentimental entre intelectuales y pueblo –nación” A. Gramsci , El materialismo histórico y la Filosofía de Benedetto Croce, Nueva Visión, Buenos Aires, 1997, p. 123-124. Por su parte desde nuestra América Manuel González Prada, marcaría el papel personificado por el intelectual, sin embargo hacía notar y cuestionaba el papel de dirigentes en un momento de crisis social: “los intelectuales sirven de luz, pero no deben hacer de lazarillos”. Manuel González Prada, “El intelectual y el obrero. Discurso leido el 1 de mayo de 1905 en la Federación de Obreros Panaderos”, en Horas de Lucha,  Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1985, p. 228.

[23] Gamaliel Churata, “El deber del intelectual”, en Última Hora. Cuadernos literarios. Suplemento de Ciencias, artes y letras, La Paz, Año 1, núm. 5, 19 de febrero de 1949, p.2.

[24] “Hacia la Federación Socialista del Perú. Entrevista a Gamaliel Churata por  Walter Ramírez para la Unión Juvenil Andina, Bolivia 1936, en Wilmer B. Cutipa Luque (comp.), El hombre de la Calle. Gamaliel Churata en sus textos, Editorial Khorekhenkhe, Tacna, 2009,  p. 24.

[25] Qilqiri, mestizo que sabía mecanografiar, y que  la mayoría de las veces cobraba y cumplía el papel de transcriptor de las denuncias orales de los indígenas en las plazas públicas, de las comunidades mestizas o en las oficinas gubernamentales. La mayoría de las veces el qilqiri modificaba del todo el discurso o declaración del indígena o persona analfabeta.

[26] Su manifiesta posición de defensa del proyecto de Warisata lo llevó además de conflictos políticos, a ser catalogado como uno de los principales  pensadores de la “ideología indígena que tanto se predica en cierta prensa de La Paz”. Consejo Nacional de Educación, El estado actual de la educación indigenal en Bolivia. Informe del Vice-presidente del Consejo Nacional de Educación [Vicente Donoso Torres], La Paz, Bolivia, 1940, p. 14.

[27] Carta de Carlos Salazar a Gamaliel Churata, Warisata, 3 de abril de 1939, en A. Vilchis,  op. cit. p. 193-194.

[28] Uno de los afamados profesores que se circunscribían a la política indigenista oficial de integración  fue Vicente Donoso Torres, veamos cómo problematizaba al indígena y su “civilización”: “el final del indio de Bolivia  tiene que ser el mestizaje […] y este mestizaje tiene que realizarse no solo en lo biológico, sino también en lo social, por ejemplo en la indumentaria […], cambiando sus métodos  de vida y de trabajo, creándole necesidades higiénicas, domésticas y culturales para que sea consumidor(…).” Vicente Donoso Torres, Filosofía de la educación boliviana, Ed. Atlántida, Buenos Aires, 1946,  p. 179. Las negrillas son nuestras para remarcar el tono  de exterminio que se implementó sobre los indígenas y que nos muestra el carácter fascista de estas políticas  culturales.

[29] Pichar o mascar hoja de coca.

[30] El estado actual de la educación indigenal en Bolivia., op. cit. p. 21-22.

[31] Donoso Torres formó parte de la comisión que visitó E.U.A., en  1942, y gestionó un crédito  (375, 000 dólares) en el Programa Cooperativo de Educación,  Vicente Donoso Torres op. cit. p.183. Años después este programa sería conocido como El Servicio Cooperativo Interamericano de Educación.

[32] En 1940, la Fundación Interamericana de Educación para América Latina programó un proyecto educativo para el continente, por medio del Servicio Cooperativo Interamericano de Educación (SCIDE). En 1955 con el MNR en el poder, se instituye el Código de la Educación Boliviana,  La dependencia que comenzó en los años cuarenta con el SCIDE con   Paz Estenssoro a  partir de 1952  se incrementó. Véase Zacarías Alavi Mamani, “El colonialismo lingüístico y educativo en Bolivia”,  www.reseau-amerique-latine.fr/.../ET-DH-7-ALAVI%20MAMANI. Consulta, 12 marzo, del 2010.   El Servicio Cooperativo Interamericano de Educación,  contó con su ideólogo Ernest Maes, anteriormente vinculado  al Bureau of the American Indian. Este funcionario diseñó un amplio programa de integración educativa para los pueblos indígenas latinoamericanos, entre los puntos básicos  sobresalen: la separación entre  escuela rural y urbana. La adopción del sistema de núcleos  escolares campesinos con sus escuelas seccionales afiliadas,  bajo una   centralización burocrática. La consolidación de  la unidad  ideológica del sistema educativo y adopción del lenguaje de campesinización [ya no se les llamaría indígenas, sino campesinos]. Entrenamiento y cooptación del profesorado rural, consolidando una visión hegemónica sobre el  indio. Lanzamiento de una campaña internacional de propaganda con el fin  de influir en la opinión pública a favor de la implantación de los planes educativos elaborados por los E.U.A.

[33] Gamaliel Churata, “Una página a perdurar en la literatura Americana”, La Calle, La Paz, 18 de febrero de 1943. Artículo en el que Churata resalta el papel fundamental del poema  Biografía de Warisata escrito por Carlos Salazar Mostajo “Chapaco”.

[34] El Hombre de la Calle (otro pseudónimo con el que escribió en Bolivia Gamaliel Churata), “El indio y sus hombres”, en La Nación, La Paz, 2 de agosto de 1955, p. 4.

[35] Ídem.

[36] Ídem.

[37] Ídem.

[38] Ídem.

[39] Churata se refiere al pintor y dibujante de color norteamericano. Robert Weston Ades (1911- 1984), enviado del  Servicio Cooperativo Interamericano de Educación.

[40] El Hombre de la Calle, “La Escuela Boliviana. Warisata en los EE.UU.” en La Nación, La Paz, 4 de julio de 1955, p. 4.

[41] Íbid.

[42] Frases entre comillas de Chapaco tomadas de una carta a Churata: 20/mayo/ 1940. Frases de Churata tomadas de un memorándum a Chapaco: 23/enero/1937, ambas epístolas aparecen en Arturo Vilchis op. cit.