¿Capitalismo feudal en Latinoamérica? Breve ensayo de las instituciones y el sistema económico colonial español en América Latina

Marco Antonio Gutiérrez Martínez

Universidad Autónoma del Estado de México

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Recibido: 16-04-2020
Aceptado: 05-05-2020

 

 

“Los indios han padecido y padecen la maldición de su propia riqueza”, palabras de Eduardo Galeano (Las venas abiertas de América latina) que, justo como él lo dice, sintetizan el drama de toda América latina. En el presente ensayo se reflexiona sobre el desarrollo económico (feudal o capitalista) de Latinoamérica colonial a través de la evolución de sus instituciones; este trabajo está basado principalmente en la obra La herencia colonial de América latina de Stanley y Bárbara Stein.

Para 1492, España y Portugal eran dependientes de Europa, mientras Francia e Inglaterra probaban el colonialismo en África y Asia, estas comerciaban con Europa occidental, importando y exportando productos primarios. Pero con el “descubrimiento” de las Indias occidentales ―más tarde llamadas América―, España y Portugal entraron en la dinámica del imperialismo colonial de lleno, que destacó a los siglos posteriores hasta los primeros años del siglo XIX, en que, con una burguesía consolidada con su propia identidad política y económica (el liberalismo), se libró la lucha por acabar con el modelo “atrasado” de la colonia, para dar paso al libre mercado. Portugal tenia concentrados sus recursos, en el siglo XV, en China, Japón y la India, por lo que durante en todo el siglo XVI le tomaron una importancia secundaria a Brasil, descubierto en 1500. Los portugueses se distinguieron como creadores de enclaves comerciales, que basaron su comercio de mercancías en el antiguo método de transportar productos ligeros de gran valor que requerían únicamente unos cuantos buques; en el siglo XVII, los Países Bajos lograron desplazar del comercio asiático a los portugueses. Con el Tratado de Methuen (1703), en el que Portugal se aliaba con Inglaterra y los Habsburgo en la Guerra de sucesión española contra Francia, España y los Borbón, se obligaba a este a reducir aranceles sobre importaciones de lana inglesa, en cambio Inglaterra otorgaba un tratamiento preferencial a los vinos portugueses sobre los españoles y franceses; esto con la finalidad de sobrevivir a la amenaza de invasión franco-española.

Después de una serie de descubrimientos de centros mineros en los actuales México y Perú, surge la mita colonial, que consistió en la mano de obra indígena trasladada a la mina y, paulatinamente, se les iba regresando a sus comunidades conforme nuevas levas las remplazaban. La minería colonial permitió a los españoles poner en práctica las esenciales formulas empresariales ―los riesgos y la incertidumbre del mercado―, para volver a la patria como un nuevo aristócrata, con un título nuevo; podemos observar las actitudes mentales medievales con una visión capitalista, una mezcla entre la tradición más arraigada con una innovación económica. Esta situación recuerda a la descripción que hace Carlos Fuentes en Latin america at war with the past de este periodo: “decrepito castillo feudal con una fachada capitalista de cartón”, indudablemente poética, profundamente inexacta, porque podríamos decirlo a la inversa: decrepito castillo capitalista con fachada de apariencia feudal.

Tamemes (Códice Florentino. Fragmento)
Imagen 1. Tamemes (Códice Florentino. Fragmento). www.pinterest.com

En cuanto a la agricultura, encontramos que el latifundio enfocado en la exportación surge hasta el siglo XVIII en las colonias españolas, pero que después se concentró en Cuba, Venezuela y la cuenca del Río de la Plata. El engenho de açúcar (el prototipo perfeccionado de la agricultura de plantación en América, según los Stein) representó una actividad independiente a la minería, ya que en las colonias españolas florece la agricultura para satisfacer las necesidades primarias en torno a esta. Los empresarios portugueses y sus refaccionistas holandeses hallaron otro mercado de explotación: la fuerza de trabajo negra esclava.

Trabajo agrícola (Códice Florentino. Fragmento)
Imagen 2. Trabajo agrícola (Códice Florentino. Fragmento). https://upload.wikimedia.org

El sistema comercial de las colonias con las metrópolis, dominado por el Estado, tuvo redes administrativas, “tentáculos”, que se extendían del sur de España (la Casa de Contratación) hasta los puntos de control en el Caribe, abriéndose de allí hasta los centros de producción exportadora colonial. Este sistema de intercambio complejo fue el resultado de una vasta geografía, el tamaño de la población y la ubicación de los recursos en el Nuevo Mundo, así como también del desarrollo económico que llego a tener España. El comercio en América no era como el de Inglaterra y Holanda; no era posible obtener mercancías enviando comerciantes a los puertos, los recursos estaban bien adentro del continente y rodeados por una población indígena que estaba preparada para exportarlos y que no se interesaba en el intercambio comercial con los amos españoles. De aquí viene una explicación del subdesarrollo actual de Latinoamérica; como menciona A. Frank en América latina. Feudalismo o capitalismo, mientras los británicos dan autonomía a sus colonias, los españoles estatizan buscando “succionar” la mayor cantidad de recursos (debemos tener en cuenta que el comercio con las colonias españolas fue organizado, desde el principio, con el fin de asegurar un monopolio de beneficios a la metrópoli, en espacial a Castilla); este fenómeno de control comercial, para Louis Madelein (Le cent-jours Waterloo) es un elemento medieval, mientras que las empresas mineras son muestra de la influencia del capitalismo en todo el mundo, exportado por los europeos a sus colonias; A. Frank, en la obra ya mencionada, sostiene algo similar: mientras que una historiografía habla de un feudalismo ortodoxo, él habla de un capitalismo bien entendido por la monarquía (en especial por los Borbón),  que para evitar el colapso monárquico, tomaron elementos de su pasado antiguo y del pasado reciente (lo que comúnmente denominamos presente) para mantener el status quo; los Stein mencionan algo similar, a diferencia de otras naciones de Europa, España no necesitó reestructurar su economía y sociedad semifeudal (basada en la aristocracia y la tierra), gracias a la explotación de las colonias americanas.

La sociedad colonial era muy racista y heterogénea; los ingresos y el poder se concentraban entre aquellos juzgados como blancos o caucasoides, y se diluían conforme la escala descendía a amerindios y negros; en palabras de A. v. Humboldt “En América, la piel más o menos blanca decide la posición que ocupa el hombre en la sociedad” (Ensayo político sobre el reino de la Nueva España). Los españoles europeos y los criollos constituían la elite blanca; los amerindios en sus comunidades y los negros de las plantaciones representaban grupos claramente tributarios y esclavos; los individuos producto de las mezclas raciales con frecuencia se alejaban de la plantación y las comunidades indígenas, se hacían artesanos, trabajadores asalariados ―otra muestra del capitalismo colonial según R. Puiggros― o vagabundos, desarrollando su agresividad, crueldad y astucia ¿Estamos hablando del origen del “pelado mexicano” al que se refiere Samuel Ramos? No lo sé, aunque pareciera que, como Ramos menciona, al no tener riqueza o intelecto, el hombre recurre a su agresividad e ingenio, alimentado por su experiencia, para sobrevivir y tratar de imponerse al otro (El perfil del hombre y la cultura en México).

De Mulato, y Mestiza, nace, Cuarteron. José Joaquín Magón, ca. 1751
Imagen 3. “De Mulato, y Mestiza, nace, Cuarteron”. José Joaquín Magón, ca. 1751. http://ceres.mcu.es

En cuanto al dominio político, encontramos la jerarquía del modelo virreinal instaurado por Castilla con “las otras Españas”, según los Stein: a la cabeza está el virrey, debajo de él la Real Audiencia, que en ocasiones suplía las actividades del primero, que estaba facultada con amplias funciones judiciales y administrativas; en la forma mínima de gobierno encontramos a la cabeza al corregidor o alcalde mayor, trabajando en conjunto con el cura. Las hoy llamadas políticas públicas ―escuelas, hospitales instituciones de beneficencia― eran financiadas y administradas por la Iglesia católica, además de administrar los sacramentos a los que los amerindios tenían derecho, lo que legitimaba la jerarquía, la subordinación y el control. Para el siglo XVIII, los Borbones (de origen francés) tuvieron como objetivo de la política, hacer de España y sus colonias eficaces aliados en el desarrollo de la economía francesa y en su lucha contra Inglaterra. En la segunda mitad del siglo XVIII buscaron los Borbones el aseguramiento de las estructuras más tradicionales de privilegio y poder mediante la utilización más plena de los recursos naturales y humanos de las colonias. Los ideales revolucionarios franceses permearon en la elite criolla, que tiempo después y alimentados por el ejemplo norteamericano, comenzarían la lucha por su independencia.

A modo de conclusión, podemos comentar que la etapa colonial latinoamericana fue una mezcla entre el feudalismo arraigado español, con el naciente capitalismo, que tuvieron su principal expresión: el primero en las plantaciones, el comercio y en la organización política jerárquica, y el segundo en la minería y empresas expedicionarias. Como herederos de una tradición colonial, podemos observar elementos que no son ajenos a otras sociedades: el racismo, clasismo, ciudades-pueblos, altos índices de pobreza, etc. Elementos que nos definen como Latinoamérica, que en palabras de Enrique Dussel en Introducción a una filosofía de la liberación latinoamericana: simplemente somos la periferia de los centros económicos-culturales occidentales, Estados Unidos y Europa, desde los tiempos coloniales, y hasta que las políticas cambien de dirección, América latina no será independiente, política, económica y culturalmente. 

 

Cómo citar este artículo:

GUTIÉRREZ MARTÍNEZ, Marco Antonio, (2020) “¿Capitalismo feudal en Latinoamérica? Breve ensayo de las instituciones y el sistema económico colonial español en América Latina”, Pacarina del Sur [En línea], año 11, núm. 43, abril-junio, 2020. ISSN: 2007-2309.

Consultado el Viernes, 19 de Abril de 2024.

Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1888&catid=15