Aniquilar a Siqueiros

Alberto Híjar Serrano

Recibido: 07-08-2013; Aceptado: 01-09-2013

 

De tiempo atrás y a partir de los 50 de guerra fría la naciente CIA y antes el FBI logró asociarse con el MAM, el museo de Mami Rockefeller para promover una cultura de rechazo a la articulación política del arte a cambio de exaltar la libertad creativa del action painting con sus gestos de furia lúdica. Dripping and pouring, chorrear y verter como señal de libertad antirracionalista contra Siqueiros atrapado por la militancia comunista y sus obras de arte público. En Dusseldorf 1995 las grandes telas de Jackson Pollock, participante en el taller de New York de 1939 donde a la par de la propaganda de Earl Browder, dirigente comunista candidato a la presidencia de Estados Unidos, se experimentó con las pinturas industriales de secado rápido. Las obras de Siqueiros de aquel entonces practicaron el accidente controlado para dotar de gran elocuencia por ejemplo, al “Nacimiento del fascismo”. Pollock optó por brincotear encima de grandes telas con botes de pintura agujereados a los que agregó violentas manchas con grandes pinceles para gusto de la revista Life en español que difundió el triunfo de la libertad a la par que por América se armaban exposiciones de la tendencia gestual y se impulsaba una campaña permanente contra la Escuela Mexicana. Sin más argumentos que la amplia publicidad y patrocinio estatal derivado de jugosas becas y coloquios, la ruptura agrupó a una decena de jóvenes beneficiados de pronto con patrocinios de Estado, de consorcios como Esso y de revistas patrocinadas por las mismas empresas que como dice Roque Dalton fabricaban el napalm para devastar Corea del Norte, Vietnam, África y lo que ha seguido.


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Con el posmodernismo como ideología de la globalización capitalista y la proclama religiosa del fin del socialismo, crece la emergencia mundial de intervenciones del espacio público como signos y señales de la indignación concretada en gráficas, plantillas de rápida aplicación y uso de recursos electrónicos en las redes sociales concretadas en exposiciones como Un grito en la calle que recoge 1000 documentos d  e 25 años de agitación y propaganda libertarias. Pero a las reformas impulsadas por el Banco Mundial y la OCDE para imponer el pensamiento único opuesto a la crítica histórica y social y favorable a la reproducción de servidores del capitalismo, ha construido una política cultural globalizada reproducida por una élite privilegiada de intelectuales y artistas orgánicos de ella. La industria del espectáculo hace lo suyo, desinforma, promueve usos y costumbres infames y sacraliza héroes de pacotilla con resultados tan exitosos como lamentables. Va un ejemplo: las niñas de las secundarias cortándose en los brazos para que Justin Bieber vea en sus millones de mensajes el sacrificio para que deje la marihuana. El despoblado contingente para conmemorar la brutal represión de los pueblos de Atenco el 2 y 3 de mayo de 2006 topó con lo centenares de activistas de la legalización de la marihuana y ante la desproporción solo quedó gritar la consigna burlesca: “el pacheco consiente se une al contingente”. En la alta cultura, la casa heredada por Siqueiros al pueblo de México y el Taller de Cuernavaca son sedes de caprichos individualistas o de divertimento de pequeño grupo para juguetear con la moda o con la incoherencia a la que cada quien aporta un sinsentido anunciado como “Huevos revueltos”. Ahora mismo en Celaya, la presidencia municipal anuncia un homenaje a los pintores de La Ruptura con la curiosa advertencia de que bien a bien no tuvieron consistencia como grupo sino que las circunstancias (sic) los agruparon. Así se conspira y se triunfa contra toda reflexión  histórica. Los gobiernos de la falsa izquierda partidaria aportan su cuota a esta reproducción del poder del Imperio, lo mismo con gobiernos tan represores y sumisos al PRI como el de Morelos, que organizando conciertos masivos en el Centro Histórico como el de Bossé previa amenaza cumplida contra las organizaciones magisteriales indignadas y organizadas contra la imposición de una reforma educativa diseñada a la medida del dominio imperial. El Museo Tamayo expone a cuatro pintores con el título Hay más ruta que la nuestra, ahí donde hay una sala con el nombre de Jorge Hank Rohn, el connotado gangster del Grupo Atlacomulco en el poder presidencial. ¡Vaya con la libertad proclamada por los curators!


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Lo malo para la izquierda es el odio a la reflexión histórica y teórica a cambio de planes de acción para el corto plazo como ejercicio de un anarquismo existencialista contra toda organización partidaria y la disciplina necesaria para afectar todo el proceso productivo, esto es, la producción como tal, la circulación como agitación y propaganda constantes y programadas y la valoración como crítica y autocrítica necesarias para construir los sujetos históricos y sociales para construir al socialismo desde ahora en la crisis de muerte del capitalismo cuya agonía puede durar siglos contra los pueblos del mundo. Por fortuna no todos los movimientos se reducen al gremialismo de exigir plazas y prestaciones sino que construyen la lucha popular y prolongada. La figura de Siqueiros es emblemática y exige reflexión crítica.      

 

Cómo citar este artículo:

HÍJAR SERRANO, Alberto, (2013) “Aniquilar a Siqueiros”, Pacarina del Sur [En línea], año 5, núm. 17, octubre-diciembre, 2013. ISSN: 2007-2309. Consultado el

Consultado el Viernes, 19 de Abril de 2024.
. Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.comindex.php?option=com_content&view=article&id=832&catid=15