Entre los senderos articulados de la escritura y la militancia: acercamientos entre el inquebrantable Pablo y el guía Gamaliel

Among the enunciated paths of the writing and the militancy: approaches between the unbreakable Pablo and leader Gamaliel

Entre os caminhos da escritura articulado. E militância: aproximações entre paulo e orientar inabalável Gamaliel

Arturo Vilchis Cedillo

Recibido: 08-08-2013; Aceptado: 19-09-2013

 

A Erre A por su compañía y voluntad.

A Yanina por la fraternidad.

A Josué, Valeria y Michel a la distancia.

A Estrella Peralta, por compartir sus evocaciones.

A Churata por su presencia.

 

Hay personajes que comparten rasgos de su carácter, de su geografía, de su ideología, pero no son mitos, tampoco pertenecen a la esfera de las leyendas poéticas. Hablar de Carlos Díaz Loyola y de Arturo Pablo Peralta Miranda,  quizás sería hablar de dos completos desconocidos, cuestión semejante sería  debatir sobre Job Díaz y Juan Cajal[1], sin embargo desde el marco de la vida, la militancia y la escritura, esperamos abrir brecha sobre la relación de dos figuras aún  segregadas de la cultura latinoamericana: Pablo de Rokha  (Licantén 10/10/1894- Santiago 10/09/1968) y Gamaliel Churata (Arequipa 19/06/1897- Lima 9/11/1969). Un breve trayecto en el mundo de la literatura por aparentes rutas transversales que no obstante son  dos caminos paralelos, con la intencionalidad de  aprobar afinidades entre su urdimbre biográfica, ideológica y narrativa. 

   Entre Rokha y Churata además de palabras, de literatura, hay una gran gesta, del sudor, del trabajo y del dolor, de la militancia y del grito de oposición contra la explotación de un continente. La palabra en  ellos retoma el proceso de las naciones de América que ocupan un objetivo histórico dialéctico, fundado en la distancia y en el andar, del sufrimiento en la vida y trasladado al lenguaje, de la colectividad y sus orígenes.

 

De la partida de Curicó a la presencia viva del Titikaka

   Los primeros acercamientos entre ambos escritores tuvieron como semilla, las páginas del Boletín Titikaka[2]. En mayo de 1928, Rokha colaboró en la revista con un fragmento de su texto Heroísmo sin alegría, en donde más que definir, inventaba lo chileno, porque junto a otros escritores y periodistas, Pablo se concebía dentro de  un núcleo de nuevos intelectuales que desquebrajaban las viejas formas de hacer cultura:

Nosotros no vivimos del burgués situado, ni del heredero, ni del mandatario. Nosotros venimos todos, casi todos de las provincias, venimos, no de obreros, pero de gentes rurales y pobres y trabajamos para el pueblo porque lo sentimos más cerca, mucho más cerca, harto más cerca que el animal de la clase media, que es la clase media de la cual mamamos la primera leche.. Yo le tengo asco a ese mugriento que puja, llorando y sudando en su silla de Viena; yo le tengo asco y odio; y lo desprecio, como a la ramera que se hace la señora.[3]

   Los orkopatas desde su núcleo, responderían con la fraternidad al chileno haciendo la reseña de los libros: Suramérica Los gemidos; así como  de Formas del sueño,[4] obra de la compañera de Pablo, Winnet de Rokha. Posteriormente Churata, guía de los orkopatas incluyó un fragmento del libro Suramérica, obra del licantense.

   Desde las páginas del Boletín,  Rokha se consolidaba como  un “escritor chileno de producción abundante y temeraria, nuevo por sus formas sintácticas, por su escritura y su edad, pero  ancestral porque pertenecía a la familia antigua de los poetas del génesis”.[5] Por su parte, Churata junto a sus compañeros de Orkopata  no eran escritores protegidos de musas, ni tampoco discípulos de algún mecenas, sino militantes de la creación que “siembran terrenos  a dinamita.”[6] 


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   Una época de surgimiento literario, de lazos y correspondencias, en donde la escritura empuñada posee un solo y único gran frente de combate, de la militancia intelectual, de escribir para las masas y en función de ellas. Situados en cumplir más que un deber, una voluntad, con su estilo en servicio del pueblo. Fuera de los mecanism os de una moda académica, sin fundamentos en la concepción de campo intelectual de Pierre Bourdieu, ni en la vena de Martin Jay; es decir, sin establecer “campos literarios complejos y disímiles, como receptáculos de la problemática social y popular que les interesa relevar,”[7] sino, como sujetos marginalizados de la ciudad dictatorial, de la urbe cosmopolita y de las élites culturales, del “canon literario”. Sujetos que recuperan la perspectiva de lo bucólico rural, de la trascendencia descolonizadora de lo andino originario, en ideologías políticas y filosóficas, en cosmovisiones originarias y en realidades alternativas y libertarias.

   Pero también fue una época de dolor íntimo, de sufrimiento ante la adversidad que el destino les imponía, de pago de tributo a la tierra. Hacia finales de la década de los veinte, Pablo y Gamaliel padecieron la privación de seres queridos. Pablo la congoja de la pérdida de su hija Carmen y de su hijo  Tomás. Churata sufrió la desgracia de la muerte de sus hijos Téofano y Quemensa y poco tiempo después de su compañera Brunilda.[8] Ambos  bifurcaron su dolor en su obra, Rokha dedicando el libro Escritura de Raimundo Contreras, donde crea poesía de dolor frenético y trágico,  el caso específico del poema “Bandera de Luto”:

Aquí, en este vértice, Tomás, hago un abismo, trazo un vacío imponente, paro mi vida.

 Aún escucho crujir la naturaleza y el corazón de tu madre, aún veo el sonido de mundo, de tiempo que se derrumba, de sol, de mar, de luz partida de la última gota de aceite alcanforado, aún siento que la pequeña lengua lame la eternidad ensangrentada.

Oloroso y campesino de estatura, alegre como los ganados.

Ahora te come la tierra, más glotona que tú, hijo mío, niño mío, Tomás, y yo te lloro.

Eras muy hombre, Tomás.

Minero, soldado, marino, explorador, se quebraron los vientos de la muerte en tu frente de dos años, y era como una gran tempestad, arrasando pintares de noche, tu actitud agonizante.

Morías como un héroe del absoluto.

Fuerte, libre, gloriosamente cósmico, el dramatismo te agrandaba las entrañas.

Hoy, aromo de albahacas de Chile tu memoria.

¡Oh! amigo mío, Tomás, bebo mi jarra de espanto a la salud  de tu alma y te consagro Raimundo, a quien tú, TOMÁS DE ROKHA, entristeciste “por los siglos de los siglos”con tu alegría incalculable.[9]

   Tomás siguió presente en  las páginas no sólo del libro, sino de la memoria y viajes, de los recuerdos y fracasos de Rokha, como un ente  de la nostalgia y  la tragedia, aún del suicidio.

   Teófano  perduró en el andar de Churata  en su obra, en El Pez de Oro,  como Onfano y  especialmente en el cuento Teofanoj Kamunkaña:

El pecho alto se dibujaba con honradez y el abdomen repleto con ánimo. Los brazos llenos y las piernecitas ya de tendones firmes, estaban anunciando al futuro andante. Para mirar ¡sus ojos! Para castigar ¡sus ojos! Para acariciar ¡sus ojos! Sus ojos provienen del llama ñawi metido entre los pozos de la nebulosa. Ojos astrales desde donde yo vi, para siempre, tejido angélico de la carne.[10]

   Churata matiza en el cuento, la partida de Teofanoj, al señalar que sus ojos provenían del llama ñawi. El llamañahui, para los incas eran una constelación, los ojos del llama macho, animal que cargaba con las almas que viajan al otro mundo.

Como en Rokha la perduración de Tomás siempre vigente, Teófano y su ajayu perduraría  en la obra y caminar   de Gamaliel:

Mi padre siempre conservó un retrato del primer Teófano, para él siempre estuvo presente y cada noche antes de irnos a dormir Teófano [el segundo] y yo, teníamos que  despedirnos de él, de su retrato, con un beso.[11]

    De la misma manera Amarat Peralta hijo de Churata también señala la presencia del primer Teófano: “Mi padre nos educó con la presencia del primer Teófano, “Indiecito,” como me decía de cariño, despídete esta noche de tu hermano.”[12]

    Dolor y sufrimiento, sensibilidades que se vuelven referencias básicas en sus sentidos estéticos, pretenden decir algo de lo que el escritor es, inciden de forma paralela en su vida y en su creación escritural, para traspasar la conspiración del silencio en el cual por décadas se les circunscribió. Estos percances en sus vidas no provocaron la finitud y la limitación de su historia personal, desde la humildad casi estoica, ambos postularon  la voluntad humana, como entidad social que tiene valores fundamentales: el sentir, el pensar y el luchar. Poetas, narradores, periodistas marginados de la hegemonía de la cultura dominante, que se sitúan en una posición excéntrica frente a los discursos autoritarios y dominantes de cualquier sociedad represora  y que a través de su obra reivindicaron  la práctica oral de las ancestrales pero siempre presentes culturas originarias y populares.

 

Entre el periplo andino y la exploración de Nuestra América.

    Si bien ambos escritores emprendieron sus trayectos   desde antes de la década del veinte del siglo XX. Posteriormente,  desde ámbitos aparentemente disímiles: Rokha recorriendo el país chileno en tren y a caballo para vender sus obras y pinturas de sus amigos. Fundando la revista Multitud, junto a  su compañera Winett y sus hijos mayores; así como dando algunas clases de Filosofía, ampliando de tal manera la categoría de artista.[13] Y Churata estableciéndose en La Paz, Bolivia, después de un exilio obligatorio por cuestiones políticas, donde ejercería una vasta obra  escritural  y de verdadera actividad periodística, cercano a un orientador moral y un crítico de los acontecimientos, muy  lejano al pongueaje periodístico.[14]

   Como herederos del internacionalismo militante, uno como marxista leninista, expulsado del Partido Comunista chileno (1940), por hacerle una autocrítica y comprender que su visión estaba muy lejana de la realidad chilena, y el otro como ácrata indigenista,  se reconocían implícitamente   como  autodidactas, como  conciencias  que luchan y a su vez se orientan a sí mismos. Pero al mismo tiempo se reconocían dentro de las culturas populares y a éstas como parte del fundamento estético de su obra; de su posición como sujetos  marginados no sólo del escenario geográfico y físico, sino de la misma situación histórica, social y política.

       Antes del encuentro de ambos, se tuvo indicios de la obra  poética de Rokha en Bolivia, aunque ésta fuera negada por los críticos de la época, como matizaba Fernando Diez de Medina, para quien  Rokha era segregado por su ideología de izquierda, socialista.[15] El propio Churata, unos años antes de la llegada de Rokha a La Paz, en 1942,   siendo jefe redactor del diario paceño La Calle, encomendó al joven periodista Xavier Ruiz, realizar una breve reseña sobre la revista que Pablo de Rokha y Winett habían  fundado: la revista Multitud.[16]

Pablo de Rokha, Winett de Rokha y Gamaliel Churata en la Paz, Bolivia, octubre de 1945
Pablo de Rokha, Winett de Rokha y Gamaliel Churata en la Paz, Bolivia, octubre de 1945. Archivo personal de Estrella Peralta Miranda.

 

El amigo Piedra y el Dador en Chukiago Marka

     Fue hacia mediados de la década de 1940, cuando por primera vez se encontraron;  encuentro de forma personal, ya que ambos se conocían a través de sus obras y escritos, aunque no existan  epístolas que corroboren tal conocimiento, como señala Luckó de Rokha, hija de Pablo: “Mi padre mantenía amistad con otros intelectuales extranjeros, aunque nunca le escribió  a nadie  ni contestó las cartas.”[17]

   El 3 de octubre de 1945[18] procedentes de Perú llegaron a La Paz, Bolivia,  los esposos Pablo y Winnet de Rokha. Pablo, el estrafalario, “el extravagante, el roto”[19] pisaba por primera vez las calles paceñas, como recuerda don Néstor Taboada: “Andaba en las calles con sus zapatones tremendos y vestimenta extraña. El roto caminaba por las calles observado por la gente.” Procedente de Perú, Rokha había manifestado un mensaje a los intelectuales de América, donde señalaba que se debía: “elevar el debate político, aquí a la altura de Mariátegui y la creación literaria a la altura de César Vallejo.”[20]

   Su viaje correspondía a una misión de carácter intelectual y cultural, bajo el auspicio y como enviado cultural del gobierno chileno, del presidente Juan Antonio Ríos.  Como agregado cultural, no podía desprenderse de lo político, porque la cultura es  creación política sea ésta desde las altas jerarquías, o de relaciones horizontales epistémicas entre sujeto y sujetos. Pablo, crítico de la realidad latinoamericana, no tardó  en  dar su opinión acerca de Bolivia y en matizar las profundas tradiciones culturales que se enraizaban en el pueblo boliviano:

el pueblo va dramatizando su grandeza de tormenta, hoy, adentro del arte, que emerge desde el vértices urus-aymara, o la religión solar lunar del quechua y el Incario enormes, hasta la cuajada de luz contemporánea, en la cual el esteticista infantil es vencido por el artista militante del lenguaje democrático.”[21]

   Crítico de la realidad, como escritor y literato ante el fenómeno histórico, desde su experiencia social  donde se conjugaban lo ideológico y lo estético; a su llegada, percibió la conformación de dos ámbitos culturales. Uno  girando alrededor del escritor boliviano Lucio Diez de Medina, de quien señalaba que lo recibió con gran cortesía, pero nervioso, quizás por saber que Rokha era de ideología marxista: “cordial Lucio Diez de Medina está con nosotros como rodeado, como acosado.”[22] De este círculo, del cual no podía rehuirse del todo, por la posición que el gobierno chileno había delegado en él,    pasó a  señalar otro ámbito cultural, cuyo mejor representante  era  Churata  a quien realmente quería conocer. Aquel que no tenía cabida en el ámbito literario de Bolivia ni de Perú, mucho menos de Latinoamérica:

La literatura oficial se nos acerca arrastrándose, pero la literatura oficial no nos interesa ni nos preocupa y sí nos interesa y nos preocupa bastante el destino de tragedia  de este varón fuerte y honesto que es Gamaliel Churata, personaje del Titicaca, y expresión del Titicaca: lago de piedra.[23]

    Churata por su parte,  en ese entonces, desenvolviéndose como  jefe de redacción del diario paceño Última Hora[24],  sin la soberbia de ser el Jefe de Redacción del diario y mucho menos, sin   realizar artículos sobre la llegada de la pareja de Rokha, intentando monopolizar la información; sino, desde una forma humilde a través de notas editoriales,  se referirá a Pablo como “El vigoroso poeta de las multitudes chilenas”, el  “poeta de entonación gigante”.[25]

   Rokha en su viaje por América ocupó las tribunas universitarias, los centros obreros; como  diplomático y enviado cultural, también ocupó las tribunas de algunos recintos culturales. En Bolivia su trayecto fue semejante, dictó una serie de cuatro conferencias tituladas: “El arte, el hombre y la   sociedad”[26]  el 8 de octubre; “Interpretación Dialéctica de América”, el 9 de octubre en la Universidad de San Andrés. Una tercera conferencia  el 11 de octubre, en relación con el día de la raza: “La épica social” y una cuarta  conferencia, dos días después, nombrada: “Retrato de Chile y los chilenos”.


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   En sus conferencias, como parte del cometido de su viaje por diversos países del continente, estipulaba una unidad americana,[27] en diferentes ámbitos: cultural, político y social. Además,  establecía los fundamentos de una épica social americana, superando la enajenación del pueblo a través de la leyenda, de la interpretación artística de la realidad, haciendo un acto de sublimación, nunca de evasión, de trabajo y creación colectiva, porque  “El arte debe estar al servicio de las grandes masas, dando siempre preferencia al espíritu colectivo y no al individual”.[28]  Porque desde su estética manifestaba que  las amplias capas de la cultura, no acontecían en una cultura oficial, si no en una cultura popular y social,  que buscaban lo particular como factor universal, americano y  en función de una gran cadena de lucha. Cadena de lucha que fundaba su origen en la elevación del debate político, a través de la creación literaria, sobrepujando y retomando los antepasados sociales. Proceso de reinterpretación y reivindicación de los antepasados que Churata venía  elaborando desde años anteriores a través de la   estética del ayllu: “Si que sea este un prurito de economizar la literatura o de literatizar la economía, hay la urgencia de conferir contenido económico a la estética del ayllu.[29] Churata había manifestado la falta de unidad de América:

¿Es que América existe? Lo que existe son grupos de pueblos, intenciones de trasplantes, hacinamientos que tratan de hacer nación. Inclinarnos a las nomenclaturas es empequeñecernos cuando somos algo más que una nomenclatura: somos un mundo en germen; y un mundo es variedad constante y sorpresiva.[30]

    América había emprendido una  búsqueda por una unidad, misma que  engendró una concepción utópica ajena a las comunidades nativas de este territorio, culturas que no habían sido tomadas en consideración. Se había implantado  una utopía que hacía uso  del argumento de control y dominación. Se tenía que emprender otra búsqueda “otra América por descubrir, de una fuga oceánica que salven a sesenta millones de indios del estrecho de su miseria”.[31]

   Cuestión estética, de creación fundada en lo colectivo, en lo originario de América, problemática que en Pablo tuvo forma en su libro intitulado Interpretación  Dialéctica de América: los cinco estilos del Pacífico[32], mismo que apareció dos años después de su estancia en Bolivia y del cual Churata “la gran figura de escritor altoperuano, del Perú, en la Paz”[33], como lo nombró Pablo,  dio sus comentarios, cuando aún el libro no era concluido por Rokha:

Traducido al inglés con frecuencia constante, lo que le hace más conocido de los públicos sajones, traducido al ruso, al francés, Pablo de Rokha constituye la personalidad poética más inquietante y discutida de la América en estos momentos. Voz suya la tumultuosa, inspiración  torrencial, anhelos colectivistas gigantescos, su obra de agotador de ideas, apenas se diferencia de su obra de poeta o de pensador, pues en todas se ve el sello de su genio bíblico. Al detenerse en Bolivia, para documentar su libro: “Interpretación dialéctica de América”, burila en La Paz esta nueva faceta de su estética”.[34]

    Rokha y Churata, acrisolados en la batalla por la libertad y la dignidad del ser humano, superaban el clan de líderes académicos, de oportunistas, de fabricantes de versos inferiores y ensayos transferibles, premeditados para las masas, como si fuesen  santificados hombres que dan la línea y la moral política y artística, creativa. Porque no naufragaron en formas escriturales  de planteamiento personal, o de evasión de problemas, incluso se inmiscuyeron en el  casi inextricable debate de lo popular desde los aspectos gastronómicos, de las comidas tradicionales y su tradición histórica.[35]

   Estos dos escritores, proponían al intelectual de la producción comprometida, de imágenes y símbolos con una realidad vivida y reflexionada como opresiva, que debía ser transformada. Una de sus propuestas era terminar con  la concepción de que el acceso al conocimiento era privativo de las elites y  de que la difusión del conocimiento no implicaba un abaratamiento del saber. La palabra en  ellos retoma el proceso de las naciones de América que ocupan un objetivo histórico dialéctico, fundada en la distancia y en el andar, del sufrimiento íntimo que permea  el lenguaje, pero que ello no significa desligarse de la realidad colectiva y que ésta  a su vez tiene sus orígenes, en las comunidades nativas y en lo popular.

  Ambos se posicionaron como intelectuales de obligación social, en el ámbito de la militancia regulada y útil, sin ser sobreestimados, sin tareas contrarias a su oficio, sino originando un ambiente interno propio de sus tareas, equivalentes a las demás tareas del pueblo, de los trabajadores y de los indígenas.

   Dos voces humildes que tocan la entraña misma de América en sus cimientos, al forjar imágenes y razonamientos; inquietar, crear la gran alarma social, despertar al continente, desde la cultura, la escritura séase periodística, poética o narrativa.  Situados en cumplir más que un deber, una voluntad. La voluntad de revolucionar la escritura y desde ella crear una parte de la cultura, que es también  una forma de hacer política, pero no de una cultura de los altos salarios (manuales e intelectuales), ni una cultura política elevadísima, de jerarquías verticales, sino una  cultura enraizada en el pueblo, sea de índole india y mestiza.

Pablo de Rokha, Winett de Rokha y el periodista Luis Alvira, La Paz, Bolivia, octubre de 1945
Pablo de Rokha, Winett de Rokha y el periodista Luis Alvira, La Paz, Bolivia, octubre de 1945.

 

Coda: entre el poeta y el periodista.

    A pesar de ciertos vestigios entre la relación de ambos personajes, no existen  textos de mayor extensión que hablen sobre su relación, o  comenten cada uno la obra del otro. Aunque el escritor boliviano Néstor Taboada  Terán compañero y alumno de Churata en el diario Última Hora, señala la existencia quizás de  una entrevista realizada por Churata al matrimonio Rokha,[36] hasta el momento seguimos en su búsqueda.

   La estancia de Pablo de Rokha y de su compañera Winett en Bolivia, fue relativamente corta, partieron a principios de noviembre de 1945, rumbo a Chile.  Antes de su partida, Pablo se reunió con un grupo de escritores, artistas y demás personalidades de la cultura boliviana, en el Instituto Cultural Boliviano, situado en los salones del Club de La Paz,[37]   asistieron entre otros: la poeta boliviana Hilda Mundy, el pintor Cecilio Guzmán de Rojas; el  director periodístico Arturo Vilela y  el grabador y pintor Jenaro Ibañez entre otros.[38]  Gamaliel Churata, aquel que “en su actitud épica de gran amigo, de gran poeta, de gran hermano del continente”,[39] no asistió a tal reunión. Su personalidad, su  posición como periodista autodidacta, sin  estudios universitarios, ni relaciones sociales con los grupos de la élite cultural  boliviana y ser considerado como transterrado peruano,  lo llevaron a ausentarse de la reunión.

    Sin embargo, Pablo, Winett y Gamaliel se habían reunido días antes, durante la celebración de la primera conferencia del primero, el 8 de octubre de 1945; en ella, Churata se presentaría ante la pareja Rokha no sólo como el jefe en redacción del diario Última Hora, sino como el amigo y lector de los trabajos de los de Rokha; como el militante de una nueva cultura, con ideología diferente, pero con afinidades estéticas, que había establecido contacto  con ellos a través del Boletín Titikaka, a fines de los años veinte del siglo pasado.

  Finalizo con el autorretrato de Carlos Díaz Loyola, Job Díaz o Pablo de Rokha:

Aquí yace Juan el carpintero: vivió setenta y tres años sobre la tierra, pobremente, vio grandes a sus nietos menores y amó, amó su oficio con la honorabilidad del hombre decente, odió al capitalista imbécil y al peón canalla vil o utilitario; -juzgaba a los demás según el espíritu.”[40]

   Y de Arturo Pablo Peralta Miranda, “P”, “Juan Cajal,” “El Gringo Gramajo,” “El Hombre de la Calle,” “Gamaliel Churata”:”Muerto no está, Chinwistu… Está aquí le oigo gruñir, pues este sabio infeliz también ha resucitado.”[41]



Notas:

[1] Job Díaz, primer pseudónimo utilizado por Pablo de Rokha; Juan Cajal uno de los diversos pseudónimos que utilizó en los primeros años de actividad escritural Gamaliel Churata.

[2] Boletín Titikaka, Boletín publicado en Puno de 1926 a 1930, guiado por Gamaliel Churata y sus hermanos Alejandro Peralta, poeta, autor del poemario Ande  y Diego Kunurana, [Demetrio Peralta], pintor e ilustrador del boletín. 

[3] Pablo de Rokha, “Heroísmo sin alegría”, en Plataforma de extranjeros: La raza obscura, Boletín Titikaka,núm. 22,  Puno, Perú, mayo de 1928.

[4] Reseña a Suramérica de Pablo de Rokha y Formas del sueño de Winnet de Rokha en  “Glosario de Arte nuevo” en Boletín Titikaka,  núm. 23, Puno, Perú, junio de 1928.  Pablo de Rokha, Suramérica (fragmento),  en Boletín Titikaka,  núm. 28, Puno, Perú, marzo de 1929.

[5] Reseña a “Los Gemidos,” en Boletín Titikaka, núm. 30,  Puno, Perú,  mayo de 1929.

[6] Pablo de Rokha, Escritura de Raymundo Contreras, Diego Portales, Chile, 2008, p.4.

[7] Véase: Pierre Bourdieu, Las reglas del arte. Barcelona: Anagrama, 1995, y Martin Jay, Entre la historia intelectual y la crítica cultural, Paidós, España, 2003.

[8] La muerte de  estos seres queridos para Churata aconteció en el mismo año, Brunilda falleció el  12 de abril de 1929. Véase  “Epístola de Gamaliel Churata a José Carlos Mariátegui, fechada desde Puno el 24 de abril de 1929,” en José Carlos Mariátegui, Correspondencia, (Introducción y compilación de Antonio Melis), Tomo II, Editorial Amauta, Lima, 1984, p. 550-551.

[9] Pablo de Rokha, Escritura de Raymundo Contreras, [1929],  Diego Portales, Chile, 2008.

[10] Gamaliel Churata, “Teofanoj  Kamunkaña”, en Mundial, Año IX, núm. 479,  Lima, 23 agosto de 1929.

[11] Conversación con Estrella Peralta Castro, hija de Gamaliel Churata,  Ciudad de México, 27 de diciembre de 2010.

[12] Charla telefónica con Amaratt Peralta hijo menor de Gamaliel Churata, el 23 de marzo de 2010.

[13] “Un artista no es más grande cuando alcanza la Presidencia de la República, por al arte, sino cuando alcanza el arte por el arte; es decir, cuando ejerce su oficio honradamente.

Y su oficio consiste en eso. En formular sentidos del mundo, en formular destinos y caminos trascendentales. Su oficio consiste en eso: en entender y enseñar a entender lo inefable.” Pablo de Rokha, “Punto de vista”, en Hombres, ideas y libros sección a cargo de F. Diez de Medina, en El Diario, La Paz, 4 de octubre de 1931, p. 1.

[14] Churata estableció que el periodista no debía ser un sirviente del ámbito escritural, o de las élites de los medios impresos: “El  verdadero periodista no es el industrial, es el intelectual y el obrero antes que el industrial; el representativo moral, intelectual e histórico, para decirlo en una palabra no es el empresario o intermediario comercial,  es el pensador, el hombre que elabora ideas, descubre orientaciones, fustiga y para conducir a veces vapulea, el proceso de la vida pública.”  Gamaliel Churata, “Los periodistas deben mantenerse firmes, leales y verídicos a  su organización gremial. El Secretario de  Gobierno de la Asociación de Periodistas se dirige a los escritores de la prensa”,  en La Calle,  La Paz, 19 de junio de 1938, p.4.

[15] En 1931, el Profesor Manuel Bianchi Gudian, ofreció una conferencia sobre poesía chilena en La Paz. Fernando Diez de Medina  señalaba que era una conferencia incompleta, “no fue un reflejo de lo que es la moderna poesía en su patria,  no habló de Pablo de Rokha, ni de su poesía, quizás porque el poeta es de ideología de izquierda, socialista.” Fernando Diez de Medina, “La conferencia del excelentísimo señor Bianchi Gudian sobre poesía chilena”, en El Diario, La Paz,  24 de septiembre de 1931, p. 4.

[16] Xavier Ruiz, “Multitud o la revista de una familia intelectual”, en La Calle, La Paz, 19 junio de 1942, p.2.

[17] Lukó de Rokha, “Retrato de mi padre”, en P. Rokha, El Amigo Piedra. Autobiografía, Pehuén, Chile, 1990,   p. 291.

[18] “El poeta chileno Pablo de Rokha está en La Paz”, en Última Hora, La Paz,  3 de octubre de 1945, p. 4.

[19] Charla con el escritor boliviano Don Néstor Taboada Terán, La Paz, Bolivia, 30 de octubre del 2012.

[20] Pablo de Rokha, “Mensaje  de Pablo de Rokha a los intelectuales de América. Discurso dado en el Perú”, en  Última Hora, La Paz,  5 de octubre de 1945, p.5. El Manifiesto a los intelectuales de América, fue leído el 5  de septiembre de 1945, en la Asociación de Escritores y Periodistas del Perú, transmitido por los micrófonos de Radio Nacional

[21] Pablo de Rokha,  “Discurso en el Instituto Cultural Boliviano”, en Última Hora,  La Paz, 16 de octubre de 1945, p.5.

[22] Pablo de Rokha, El amigo piedra, op. cit., p. 228. A pesar de todo.  Lucio Diez de Medina,  quien en esa época dirigía  la sección de literatura llamada “Artes y letras” de El Diario. Durante la estancia  de los esposos Rokha en Bolivia le dedicó parte de la sección a Pablo y Winett, así como   dos poemas de su propia creación dirigidos a la pareja Rokha.

[23] Pablo de Rokha, El amigo piedra,op. cit.,  p.226.

[24] Churata había ingresado a Última Hora en 1942, como señala el escritor  y periodista Néstor Taboada Terán. Charla con Néstor Taboada Terán, La Paz, 30 de octubre del 2012.  En 1945 se encontraba como jefe de redacción del mismo diario, véase “La redacción de Última Hora”, La Paz, 30 abril de 1945, p.1.  Y en 1946, pasó al cargo de la Jefatura de Publicidad. Véase, “De Redacción”, Última Hora, La Paz, 21 de octubre de 1946, p.4.

[25] Nota editorial de la redacción al artículo de Luis Alvira, “Pablo de Rokha ha traído una misión cultural del gobierno de Chile”, en Última Hora, La Paz, 4 de octubre de 1945, p. 5.

[26] Julio César Prudencio, “En el Ministerio de Educación habla hoy el poeta chileno Pablo de Rokha”, en Última Hora, La Paz,  8 de octubre de 1945, p.5.

[27] “La unidad americana, no es un problema diplomático, la unidad americana es una necesidad continental, continental en lo económico, continental en lo político, en lo artístico y en lo histórico, en el plano de la alta cultura, y de la creación literaria”. Luis Alvira, “Pablo de Rokha ha traído una misión cultural del gobierno chileno”, Última Hora, La Paz,  4 de octubre de 1945, p. 5.

[28] Lucio Diez de Medina, “Nuevamente el poeta Pablo de Rokha obtuvo éxito en su conferencia dictada en la Universidad”, en El Diario, La Paz, 13 de octubre de 1945, p.7.

[29] Gamaliel Churata, “Ubicación del Pallasiri”, en El Diario, La Paz, 5 de marzo de 1932, p.4.

[30] Gamaliel Churata, “Preludio de Konkachi”, en Kollasuyo. Revista mensual de estudios bolivianos, núm. 8, La Paz, agosto de 1939, p. 41.

[31] Íbid, p. 46.

[32] “Yo deseo reflejar la unidad americana, más que  en las tesis épicas o académicas del planteamiento, en la emoción y en la economía, por la dramatización de lo cotidiano americano y la historia.” Pablo de Rokha,  Interpretación dialéctica de América. Los cinco estilos del Pacífico¸ Ediciones Libertad, Buenos Aires, 1947, p. 9.

[33] Íbid, p. 11.

[34] Introducción. Notas de la redacción a: Pablo de Rokha, “Por un arte  heroico y líder en América”, Última Hora, La Paz  9 de noviembre de 1945, p.4. Días después apareció esta nota, también de Churata: “Está en La Paz proyectando su personalidad de creador, ese gran intelectual que es Pablo de Rokha, a quien, nosotros, americanistas legítimos, somos acaso los únicos que reconocemos en sus valores doctrinales y poéticos.”  “La interpretación de América” de Pablo de Rokha será un gran libro, en Última Hora, La Paz  6 de noviembre de 1945, p.7.

[35] “Seguramente una exploración de la cocina de cada uno de los países americanos (y Pablo de Rokha realizó ya tal intento en Chile) va a ser una tarea digna de nuestros poetas, si se quiere al menos que no caiga en manos profanas que rompan la fascinación mágica de esta cocina secular.” Gamaliel Churata, Prólogo a Luis Téllez Herrero, Lo que se come en Bolivia, La Paz, 1946, p. 7.

[36] Charla con Néstor Taboada Terán, La Paz, 30 de octubre del 2012.

[37] “El Instituto Cultural Boliviano recibió ayer a Pablo y Winnet de Rokha”, Última Hora, La Paz, 16 de octubre de 1945, p.5.

[38]“Participaron en esta  reunión el periodista peruano Rodolfo Denegri, el escrito argentino Rufino Marín, Jael Oropeza de Pérez, Asunción de Lupino, Roes de Ibañez, Hilda Mundy de Ávila, Paz Nery de Luksic, Alicia Contreras de Burgaleta, los señores Cecilio Guzmán de Rojas, Carlos Gómez Cornejo, Rodolfo Zubieta, Vicente Burgaleta, Humberto Cáceres, Arturo Vilela, Rigoberto Villarroel Claure, Jenaro Ibañez, Isaías Huamán Velasco, Gregorio Oxman, el senador chileno Julio Martínez Montt.”, “Significativo Homenaje rindió el I. de Cultura Boliviana a P. de Rokha,” en La Razón, La Paz, 16 de octubre de 1945, p.5.

[39] Pablo de Rokha,  Interpretación dialéctica de América. Los cinco estilos del Pacífico¸ Ediciones Libertad, Buenos Aires, 1947, p. 198.

[40] Pablo de Rokha, Los gemidos, LOM, ediciones, Santiago, 1994, p.36.

[41] Gamaliel Churata, Resurrección de los muertos. Alfabeto del incognoscible”, Edición y estudio introductorio de Riccardo Badini, Asamblea Nacional de Rectores, Lima, 2010,  p. 279.

 

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Cómo citar este artículo:

VILCHIS CEDILLO, Arturo, (2013) “Entre los senderos articulados de la escritura y la militancia: acercamientos entre el inquebrantable Pablo y el guía Gamaliel”, Pacarina del Sur [En línea], año 5, núm. 17, octubre-diciembre, 2013. ISSN: 2007-2309. Consultado el

Consultado el Martes, 10 de Diciembre de 2024.
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