Desirée Lieven. Mujer libertaria y humanista

 

 José Luis Ayala. Lima: El Nocedal, 2018

Desirée Lieven fue por excelencia lo que se llama un homo politicus en el concepto expresado por Platón y que define al ser humano como un animal político. Entonces, antes y después de todo, Desirée fue una persona cuya vida giró sobre un eje ideológico y asumió la expresión de una  preocupación política de su tiempo. Más allá de su generosidad, solidaridad e ideología, políticamente hablando, Desirée fue socialista y a la vez contestataria. No creía en anquilosadas organizaciones políticas de izquierda, debido a su experiencia como militante y combatiente. De hecho era una mujer adscrita a los movimientos libertarios de cualquier país del mundo en el siglo XX. Alentó a los pueblos que lucharon por el triunfo del socialismo desde su pequeño departamento de la rue des Beaux-Arts de París. Todos los días de su fecunda vida trabajó, luchó intensamente para contribuir con la extinción del dolor humano, la explotación de trabajadores y abolición de la miseria, especialmente en los países de América Latina.

Primero y antes que todo, fue una mujer valiente, combatiente, luchadora social ejemplar, nunca perdió la esperanza en el futuro. No valorar adecuadamente su fe en el socialismo sin fronteras, en la redención social del ser humano, no entender su solidaridad universal, no es solo un error, es traicionarla. Es darle una puñalada por la espalda. Al mismo tiempo, significa no haber entendido el sentido de su existencia, su conducta y generosa forma de ser. Siempre tuvo una inmensa bondad y permaneció atenta para apoyar acciones y luchas sociales y las alentó con una  pasión infinita. Pero registrar una biografía de Desirée Lieven, contando con pocos elementos desde el Perú, no es fácil; sin embargo, hubiera sido una irresponsabilidad histórica y cobardía renunciar a escribir este libro.

 

Índice:

Desirée Lieven: libertaria, antifascista, internacionalista

Capítulo I. Dusha. La nieve con sangre de mujiks.

Capítulo II. La revolución rusa: perecer o emigrar.

Capítulo III. Caminos y celajes de la distancia.

Capítulo IV. París. La bohemia de Montparnasse.

Capítulo V. Inolvidable invierno negro de Desirée.

Capítulo VI. Primera expulsión del Partido Comunista.

Capítulo VII. Detención de la extranjera. 1950-1952 (Extractos).

Capítulo VIII. Cuando Gerald y Clara acudieron a Desirée.

Capítulo IX. Desirée y su amiga Clara Candiani.

Capítulo X. Helba, Gonzalo y Lina en Montmartre.

Capítulo XI. Helba era un poema con movimiento sincrónico.

Capítulo XII. Desirée: “Hay que salvar a Helba Huara”

Capítulo XIII. “Esta mujer está poseída por el diablo”.

Capítulo XIV. “Reina de la actitud, princesa del gesto”. Jorge Falcón.

Capítulo XV. La última princesa inca en París.

Capítulo XVI. Elsa Henríquez: Helba Huara de carne y hueso.

Capítulo XVII. Elsa Henríquez: Mi madre Helba Huara.

Capítulo XVIII. El último gran bohemio peruano. Eduardo Pineda.

Capítulo XIX. Desirée y la Guerra Civil Española.

Capítulo XX. Jaques Prevert, Vallejo y Helba Huara

Capítulo XXI. Fuego entre Anaís y Gonzalo More.

Capítulo XXII. Gonzalo More y Puno en los Diarios de Anaís. 

Capítulo XXVIII. Carlos More y una muerte que no cesa

Capítulo XXIV. Amor y ternura de Vallejo a Henriette Maisse.

Capítulo XXV. Insurgencia de las guerrillas en el Perú.

Capítulo XXVI. Vargas Llosa. Los intelectuales en París, Las guerrillas.

Capítulo XXVII. Sartre, Vargas Llosa y Desirée en Muabert Mutualié.

Capítulo XXVIII. “Creo que la guerrilla le hizo mucho bien al Perú”. General Juan Velasco Alvarado.

Capítulo XXIX. La tía Julia recuerda a Lobatón, Otomi Pavá.

Capítulo. XXX. Macedo Mendoza: El Perú en el corazón de Desirée

Capítulo XXXI. Desirée, Vallejo y Ernesto More. 

Capítulo XXXII. Desireé traductora y militante.

Capítulo XXXIII. Comité de Solidaridad con las Víctimas de la Represión en el Perú.

Capítulo XXXIV. Los Cahiers de Desirée. El blog.

XXXV. Un siglo de humanismo y solidaridad.

XXXVI. Homenaje a Gérald Suverville. Elsa Enríqquez.

XXXVII. La otra resistencia. Gérald suberville.

XXXVIII. Una princesa humanista del siglo XX.

 

El valor de la palabra encendida

Encuentro con Pablo Paredes.

Testimonio por escrito por Pablo Paredes.

Primera entrevista a Pablo Paredes

Segunda entrevista a Pablo Paredes

Entrevista a Germán Carnero Roqué

Primer encuentro de Esperanza Rodríguez con Elsa Henríquez.

Segundo encuentro de Esperanza Rodríguez con Elsa Henríquez.

Primera entrevista a Etna Velarde

Segunda entrevista a Etna Velarde

Entrevista a Héctor Béjar

Entrevista a Federico Camino Macedo

Entrevista a José Rosas Ribeyro

Entrevista a Hernán Rivera Mejía

Entrevista a Gustavo Espinoza

Entrevista a Gerardo Chávez

Entrevista a Delfina Paredes

Entrevista a Wilfredo Kapsoli

Entrevista a Reynaldo Naranjo

Entrevista a Julio Dagnino Pacheco

Julio Dagnino Pacheco, el enlace peruano. Diego Martínez Esteves.

Entrevista a Rocío Romero

Entrevista a Carlos Calderón Fajardo

Entrevista Ruth Lozano

Entrevista a Alberto Quintanilla

Entrevista a Federico García Hurtado

Entrevista Rodrigo Montoya

Testimonio de Juan Carlos Belón Lemone

Entrevista a Ricardo Letts Colmenares

Entrevista a José Morón Bocángel

Testimonio: Rosa Alarco, encantadora forma de gracia y ritmo y poesía. Hildebrando Pérez Grande. Para Musi, moderato cantabile.

Entrevista Nadia Kira Podleskis Feiss 

Entrevista Hugo Blanco Galdós.

Entrevista a Gerardo Benavides “Chingolo”

Enrtrevista a Carlos Ostolaza.

Testimonio de Alfonso Colodrón.

Entrevista a Daniel Sáenz More.

Entrevista a Alexis Benavides.

Entrevista a Albeto Cary Guillén.

Entrevista Ricardo Gadea y Carmen Gálvez.

 

Más allá del tiempo.

A Paúl Escobar desde París. Mario Vargas Llosa 1965.

Carta de Teresa Escobar a Mario Vargas Llosa. La Habana 1981.

Solidaridad con Hugo Blanco. Rodrigo Montoya. 1967.

Vallejo, Montparnasse, España. Félix Pita Rodríguez. 

 

Testimonio personal y gratitud

Alberto Guzmán, el tiempo y la ruptura.

 

Más allá del tiempo

Juan Perón.

A Paúl Escobar desde París. Mario Vargas Llosa.

Solidaridad con Hugo Blanco en París. Rodrigo Montoya Rojas.

Vallejo, Montparnasse, España. Félix Pita Rodríguez.