El libro de Benita

 

Winston Orrillo. Lima, 1941. Doctor en Letras, poeta, periodista profesional colegiado. Catedrático Principal en las Universidades de San Marcos y San Martín de Porres. Ha viajado por casi todo el mundo en misiones culturales. Premio El Poeta Joven del Perú. Premio Nacional de Periodismo. Jurado internacional de Literatura en la Casa de las Américas, de Cuba,  y en el Concurso Nacional de Literatura de Panamá. Profesor Visitante en la Universidad de los Apalaches, Boone, Carolina del Norte. Autor de más de 20 poemarios, tres libros de cuentos y 10 de ensayos sobre temas políticos, mediáticos y literarios, editados no solo en el Perú. Sus obras están parcialmente traducidas al ruso, rumano, búlgaro, coreano, inglés, francés e italiano.


Me desempeño como profesor en la histórica Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, universidad decana de América. Mis trabajos como escritor y periodista, son más o menos lo mismo, si consideramos que poesía –viene de poiesis, que en griego significa creación- es lo substancial de todo lo que hacemos. Ergo, la creación se conjunciona en la docencia, en la escritura y en el verdadero periodismo, no en la caricatura mostrenca que ahora se hace pasar como tal.

Siempre he tratado de que todo lo que hago rezuma poesía, creación: de modo tal que no haya contradicción ninguna, sino, más bien, amalgama.

Lo que más he publicado es poesía: más de veinte libros, contra solo tres de cuentos. Sin embargo, mis cuentos parten de la misma primera impresión del poema. Todo se basa en el misterio de la vida que, al fin y al cabo, es lo que queremos desentrañar con la escritura, con la creación. Ah, también he publicado más de diez libros de crítica y ensayo literario sobre Vallejo, Mariátegui, Martí y comunicación social.

Pero hay otros dos géneros literarios a los que siento que pronto arribaré: la novela y el teatro. En fin, todo se halla en que, de repente, en mi anterior estación vital, yo fui un catecúmeno de aquestos.

En mi último poemario, El libro de Benita (2011), tal su nombre, es un homenaje a mi gata, que, por lo pronto, no estoy seguro que sea solo gata: a veces, cuando me mira fijamente, lo que me dice es que hay alguien adentro de ella, debajo de su apariencia ciertamente zoológica. Es –el libro-  una suerte de diálogo conmigo mismo, a través del misterio de su presencia. “Benita” acompaña a mi soledad; la consagra, Y, con ello, me lanza preguntas que yo he intentado –lo sé que inútilmente- contestar. Ahora mismo, en el cuello de este viernes –el primero de 2012- en el que escribo, la tengo a mi vera y, aunque sea muy difícil entenderlo, me está dictando estas palabrejas.

Escribir ese libro –que, por supuesto, como todo lo que uno  hace en la vida está inacabado- ha sido un intentar una (inútil, insensata) penetración en los socavones de mi vera existencia.

Proyecto un texto, que se ha de llamar Poesía esencial, donde reúna lo que creo que es más significativo entre lo insignificante que he pergeñado.

La Calera, viernes 6 de enero de 2012. Winston Orrillo

 

 

Comentario

En Redacción Popular, de Raúl Isman, hoy he leído tu poemario El libro de Benita, nieta de León (ADN confirmado).

Comencé un poco al desgaire, pero luego quedé atrapado sin remisión, y seguí hasta el último verso con un interés creciente en tu modo de poetizar, con metáforas diáfanas, construidas por estrofas, palabras transformadas, espontáneas (y no rebuscadas ni rimas a la mala de quienes se han quedado en heteróclitas mezclas de palabras capturadas con sabuesos) y una ternura con el talento de verdades eternas. ¡Cómo no amar también a Benita, una pequeña pero fulgurante porción de espíritu suyo, tuyo y nuestro, que se pasea  como una amiga consentida sobre el berenjenal de libros, revistas y papeles, como si supiera que es el telón de fondo y el élan catalizador de un ¡manantial de versos!.

Cordialmente,

Jorge Rendón Vásquez

Jurista y narrador

 

Lee junto

a mí

la gata niña

Es decir

me transcribe

su acertijo:

asperja

sus luceros

y enmudece.

(…)

Nada dices,

Benita.

Solo miras

y miras.

(Y así

lo dices

todo).

 

W. O.

 

 

SEÑOR DON SIMÓN, SEÑORA DOÑA MANUELITA

(Al Bicentenario)


Imagen agregada RCBáez sobre imágenes de archivo web

 

El tiempo  peina apenas

200 calendarios:

muy poco –sí, lo entiendo- para

la su grandeza, para

las tempestades

que son ustedes mismos.

 

¡Qué coro polifónico

aquel de sus batallas

que son siempre –eso

es cierto- por

la justicia intacta,

por el incendio altivo

del amor por los pobres:

la libertad que bulle

en la entraña de todo!

 

El tenebroso imperio (el

de antaño y hogaño) siempre

supo que ustedes

jamás claudicarían.

 

Eso lo columbraban

y por eso enmudece

la historia así

ante ustedes

pues no hay fisura alguna

en la lucha fogosa:

¡la liza continúa

desde hace dos centurias!

 

Ni una pausa siquiera:

¡el polvoroso imperio

apenas muta un poco

su veste fementida: el dolor

es el mismo

la sangre sigue

siendo manantial

querencioso!

 

Dolor multiplicado

en el Bicentenario,

pero también victorias:

¡Despedazada ha sido

muy presta la injusticia!

 

En tu patria, Bolívar,

el Alba ya amanece:

¡Bufen iniquidades!

¡Desbarránquense, altivos,

de otrora los señores!

¡Trastabilló el vejamen, se

amputó al matarife: el

pueblo ha recobrado

su gonfalón candente:

sus ímpetus gobiernan

en esta Patria Nueva!

 

¡Se abofeteó al escarnio,

se afiliaron las masas

al Sol de la justicia!

 

En el Bicentenario, Bolívar,

ya tú puedes

retornar a tus lares: ¡el

pueblo te hará calle

porque ya ha amanecido!

 

¡Junto a tu Manuelita

serán honrados,

siempre, tu

verbo y tus combates:

ellos son alborada

en el siglo XXI!

 

El Poder Popular –Bolívar,

Manuelita- les rinden

su tributo: la vendimia

ha arribado

a sus vicisitudes!

¡Qué limpio el territorio! ¡Qué

adamantina el Alba!

 

¡Qué presta ha

recibido tu Patria

a tu esperado

retorno, oh

gran centauro!

 

¡Bolívar, Manuelita:

ustedes prepararon

este Bicentenario!

 

¡Asombrada es la aurora

que se mira en los

ojos de la niña

mañana

en la nueva

República

que es ya

Bolivariana.

WINSTON ORRILLO

La Calera, Lima, 20 de mayo de 2011

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aeda andino:"Trato de exponer los hechos tal como los he visto y comprobado"

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