Gol en Contra[1]

Federico Hidalgo

RECIBIDO: 12-09-2013; ACEPTADO: 25-09-2013

 

En algún momento de la historia un pensador de ideas cortas y palabras incomprensibles, decidió que había que separar la cabeza – entiéndase el intelecto – del resto del cuerpo. No satisfecho con este aporte a la filosofía del conocimiento, agregó que la humanidad se dividía entre quienes solo usaban el cerebro y aquellos que únicamente aplicaban el músculo. Si nuestro filósofo estaba en lo cierto, todo resultaba fácil, unos nacían para pensar y otros para trabajar y generar el excedente del cual salía el sustento que le permitía vivir a los primeros. Así de simple, la historia de la humanidad no tenía demasiados misterios, pero como el quehacer humano resulta bastante más  complejo de lo que suponemos no es sencillo encontrar la fórmula para meterlo en una probeta, y con el tiempo las cosas se fueron complicando. De acuerdo a esta taxonomía de “blanco o negro” un universo cada vez más amplio de actividades sociales se escapaban por  las fisuras del paradigma y abrían grietas para encontrar  un camino propio. Con la expansión de un tejido social cada más interdependiente, aparecieron un número creciente de prácticas que nadie podía entenderlas si todo cabía en este razonamiento binario de “pensar o hacer” las cosas, según hubiésemos nacido de un lado o del otro.

Entre otras prácticas sociales hubo que buscarle un lugar al deporte, que espacio ocupaban las actividades lúdicas que resultaron tan antiguas como la propia humanidad, y en las que, en no pocas ocasiones, se mezclaban pensantes y “rudos” sin que nadie pusiera reparos a esta mezcla de sectores y clases destinados a vivir separados. Durante algún tiempo se procuró agrupar a los hombres según la naturaleza misma del deporte que se practicaba, si se trataba de arrojar una piedra a la mayor distancia posible o golpear un balón con los pies, se estaba en presencia  de un deporte plebeyo, casi un asalto a la razón. Sí en cambio era un juego de pelota en una cancha cubierta y luciendo elegantes uniformes, las cosas parecían quedar más claras. Cada perico a su jaula y la fiesta en paz.

Pero la historia no se detuvo, la humanidad creció para bien y para mal y no faltaron quienes entendieron que también las actividades lúdicas requerían una expresión clara de las reglas del juego. El siglo XIX fue particularmente prolífico en este sentido, se sistematizó la práctica del deporte y el intento de dividir a la gente según la disciplina de su preferencia se hizo casi insostenible. Fue en esos años que apareció en Inglaterra el foot-ball un juego llamado a ser en pocas décadas uno de los fenómenos sociales más atractivos y cautivantes del siglo XX. Prigollini, Barrón y Candia, autores del libro que comentamos,  entendieron que no puede analizarse un fenómeno social de tal magnitud solo desde las formalidades que imponen las reglas que norman su práctica, o las estrategias que aplican técnicos y analistas del tema.

En años recientes, otros factores vinieron a sumarse a la difusión de la práctica de este juego, para desdicha de un ejercicio social que nació como entretenimiento, los poderes económicos lícitos o los otros,  surgidos en las sombras, tomaron al fútbol profesional como un verdadero negocio, desvirtuando su naturaleza y abriendo espacios para que factores extra-futbolísticos se apoderaran de la organización de ese gran casino que son los torneos oficiales. La televisión terminó por adueñarse del espectáculo mientras en las tribunas surgían formas primarias de organización, algunas de ellas “cuasi delictivas”, destinadas a reclamar su porción en el reparto del pastel.

 Así las cosas, el análisis requería un enfoque multisectorial, capaz de dar cuenta no solo de la enorme popularidad del fútbol sino del complejo mundo que lo rodea. Y este es probablemente, el mayor mérito del libro que comentamos, ninguno de los autores se deja ganar por el canto de sirenas que ofrecen los dirigentes y las televisoras. Con una visión aguda que nace de la antropología, la sociología política y el periodismo crítico, el texto ofrece, en sus cinco capítulos, una variedad de agudas reflexiones y entrevistas que abarcan los temas más relevantes del universo futbolístico: violencia; corrupción; manipulación mediática; auge y caída de esos gladiadores modernos que son l os jugadores mejor dotados y también episodios memorables cuando la técnica y el talento han podido más que el “show” montado por la televisión.


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En sus páginas pueden encontrarse desde reportajes a ciertas celebridades hasta notas sobre casos sonados de violencia colectiva. Para abrir bocado presentamos en esta reseña el título de cada uno de los cinco capítulos que forman el libro: Capítulo 1; Futbol y Sociedad: Temas para el debate; Futbol y Literatura; Capítulo 2; Futbol y Violencia: Los hechos; Capítulo 3; Futbol Alternativo; Capítulo 4; Personajes; Adiós a los Grandes; Capítulo 5; Testimonios.

Como aperitivo se recomienda el reportaje de Barrón y Prigollini al técnico argentino Ángel Cappa. De ahí en más el recorrido es responsabilidad exclusiva del lector.



[1] Prigollini, Carlos, Carlos Barrón y José Miguel Candia; (2013), Edición del autor; Prólogo de Saúl Ibargoyen, México, pp. 270

 

Cómo citar este artículo:

HIDALGO, Federico, (2013) “Gol en Contra”, Pacarina del Sur [En línea], año 5, núm. 17, octubre-diciembre, 2013. ISSN: 2007-2309. Consultado el

Consultado el Sábado, 20 de Abril de 2024.
. Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.comindex.php?option=com_content&view=article&id=835&catid=12