La firma

“Gloria Dávila ha puesto en La firma, una trágica melodía de furor, violencia, pasión, miseria moral, como música de fondo del conflicto armado que ensangrentó [Perú] en las décadas pasadas. Pero más allá de la vorágine de escenas trágicas o deleznables que se suceden en un despliegue cinético en medio de la cual asoma un sistema social en descomposición sin retorno, surge desde la cotidianeidad de los personajes el perfil humano trascendente, aquel que no está dispuesto a dejar de soñar, de abrazar una ilusión, de vislumbrar un futuro resplandeciente, es decir, a permitirse morir sin aferrarse a la dignidad como emblema de la vida”. (José Luis Roncal).