Obstáculos y potencialidades metodológicas en el abordaje de la historia de la IV Internacional en Europa y Argentina (1938-1947). Una mirada desde Argentina

Obstacles and methodological potentialities in addressing the history of the Fourth International in Europe and Argentina (1938-1947). A view from Argentina

Obstáculos e potencial metodológico na abordagem da história da Quarta Internacional na Europa e na Argentina (1938-1947). Uma vista de Argentina

Constanza Bosch Alessio[1] y Velia Luparello[2]

Recibido: 04-08-2014 Aceptado: 15-09-2014

 

Introducción

La fundación de la IV Internacional en septiembre de 1938 puede considerarse una de las consecuencias más importantes de la consolidación de la política estalinista, plasmada, entre otros planos, en el control durante la década de 1930 de la Internacional Comunista. Los trotskistas que integraron la nueva organización tomaron como base teórica dos obras de León Trotsky: el Programa de Transición: la agonía mortal del capitalismo y las tareas de la IV Internacional (1938) y el Manifiesto de la IV Internacional sobre la guerra imperialista y la revolución proletaria mundial (1940). La adopción de estos escritos marcaría la perspectiva y las tareas políticas a realizar en los convulsionados tiempos que se proyectaban. En líneas generales, se partía de la afirmación de que el sistema capitalista se encontraba en su fase terminal, y por tanto, la Segunda Guerra Mundial era la continuación y profundización de la política imperialista de reparto de los mercados mundiales entre las burguesías de las grandes potencias iniciada a partir de 1914. Desde ese momento, las crisis cíclicas del sistema capitalista dibujarían una línea descendente que marcaría el agotamiento del capitalismo como forma social, históricamente acotada, de desarrollo de las fuerzas productivas. Las contradicciones de clase se agudizaron, conduciendo a la necesidad de imponer regímenes totalitarios fascistas con el fin de mantener en pie la dominación burguesa. La época fue caracterizada como prerrevolucionaria, de agitación, propaganda y organización de la clase obrera. De esta forma, la movilización de las masas y del proletariado, bajo la dirección de su vanguardia revolucionaria -cuya conexión estaría dada por una serie de reivindicaciones transitorias que conectaran las demandas cotidianas y concretas con el programa de la revolución socialista-, se presentaba como la tarea fundamental del trotskismo a nivel mundial.

Los cambios económicos y políticos derivados de la guerra y el crecimiento de los movimientos de la resistencia luego de la invasión alemana a Rusia en 1941, sumados a las características de los grupos que integraban la IV Internacional, generaron distintas líneas de análisis acerca de la coyuntura inmediata y acerca de lo que sobrevendría una vez finalizada la contienda. Asimismo, la situación del trotskismo a nivel mundial era bastante disímil. El Socialist Workers Party en EEUU constituía la sección más importante y había tenido una presencia relevante en algunos de los principales conflictos laborales del país, como la huelga de los camioneros de Minneapolis en 1934 (Jenkins 1977:3). En comparación, las secciones europeas no poseían los recursos materiales ni humanos que tenía el SWP. Hacia 1940, el único grupo trotskista de la IV Internacional que operaba legalmente en Europa era el británico, Revolutionary Socialist League (RSL). Aún más crítica era la situación en el continente, especialmente en el caso de Francia -bajo el gobierno de Pétain, donde el Parti Ouvrier Internationaliste (POI) debió pasar a la clandestinidad-, y en el de la Alemania nazi, cuya sección trotskista, constituida en su mayoría por emigrantes, se encontraba casi en su totalidad en prisión. El 21 de agosto de 1940, Trotsky fue asesinado, y muchas de las secciones europeas fueron destruidas por los fascistas, al mismo tiempo que las asiáticas corrían la misma suerte bajo el dominio del Imperio Japonés. Si bien los grupos restantes trataron de mantener el contacto entre sí, sobre todo el norteamericano y el inglés, el aislamiento y la falta de comunicaciones durante este período fueron factores cruciales en el devenir político de la IV Internacional. Recién en agosto de 1943 esta situación comenzó a cambiar relativamente con la conformación del Secretariado Provisional Europeo en Paris.


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Ante esta situación compleja, el debilitado trotskismo mundial se encontraba con el desafío de desarrollar un partido revolucionario en el contexto de la guerra europea. Al encontrarse las secciones asiáticas envueltas en los conflictos por la descolonización, y las europeas diezmadas y en la ilegalidad, el liderazgo de la IV Internacional recayó sobre el SWP. La sede del Secretariado General fue trasladada a Nueva York durante septiembre de 1939, al comienzo de la guerra. Desde ese momento, todas las resoluciones tomadas por el partido, serían las posiciones que habrían de adoptar las demás organizaciones (Bornstein y Richardson 1986: 169).

Paralelamente, el trotskismo había comenzado a hundir sus raíces en la vida política argentina. Surgido a fines de la década del veinte, alcanzó gravitación en el movimiento obrero y estudiantil recién hacia mediados de siglo. Las primeros dirigentes del trotskismo argentino habían pertenecido, en su mayoría, al Partido Comunista argentino o a alguna de las fracciones a las que aquel dio lugar  durante la década del veinte. Tal fue el caso de Camilo López, Héctor Raurich, Pedro Milesi, Mateo Fossa o Liborio Justo, entre otros (Coggiola, 2006: 24-27; Justo, 1939: 6-7). Estos primeros núcleos “procuraron insertarse en la clase obrera, establecieron lazos con la intelectualidad” y “trataron de vincularse a la corriente internacional a la que pertenecían” (Rojo, 2012: 103).

A modo de periodización, pueden identificarse al menos dos etapas en los orígenes del trotskismo argentino. Desde sus primeras manifestaciones hasta 1943, el horizonte político de la sección local de la IV Internacional estuvo delimitado por el debate acerca de la definición del programa, por la debilidad de la inserción obrera y por frustrados intentos de unificación de los diversos grupos que se autoproclamaban como miembros de la corriente. A partir de 1943, la irrupción del peronismo marcó un punto de inflexión al interior del movimiento y el agotamiento político o la desaparición de la primera generación de dirigentes trotskistas.

En términos generales, la evolución teórico-política de las organizaciones y los intelectuales trotskistas se constata al margen de la agenda historiográfica, con muy pocas excepciones[3]. A pesar de su minoritaria presencia, los primeros grupos confirmaron la vigencia programática de la Cuarta Internacional en la Argentina y su inserción efectiva en todos los ámbitos de la vida política.

Este trabajo pretende introducir  algunos problemas y potencialidades de orden metodológico en el estudio de las corrientes de izquierda, más precisamente de la IV Internacional Socialista. Para ello se tomaron como base las investigaciones de las autoras, Hacia una definición de la formación socioeconómica argentina: El vínculo entre historia y política en la obra de Liborio Justo (‘Quebracho’)[4], y Perspectivas y resultados. El trotskismo norteamericano durante la Segunda Guerra Mundial (1943-1947)[5], las cuales caracterizaremos brevemente a continuación.

La primera de las investigaciones reseñadas tiene por objetivo indagar en la obra y praxis política de Liborio Justo (1902-2003). En ese sentido, pretende realizar una contribución a la historia del trotskismo en Argentina, a partir del análisis de la biografía político-intelectual de uno de sus primeros dirigentes. Para ello, en primer lugar, contextualiza la intervención política de Justo desde sus inicios en el movimiento reformista universitario -en los albores de la década del veinte-, hasta el ocaso de la Liga Obrera Revolucionaria en 1943. A partir de allí, se propone reconstruir la historia de las agrupaciones políticas en las que participó, a partir de la documentación partidaria producida en su interior. En una tercera instancia, se analiza el andamiaje teórico-conceptual que dio sustento al programa y a las publicaciones surgidas en el seno del GOR y la LOR (1938-1943), poniendo particular énfasis en las definiciones acerca de la formación socio-económica argentina. Acto seguido, examina sus análisis socio-históricos –en relación a Argentina y a América Latina-, a fines de comprender la peculiar relación entre política e historiografía crítica que nos propone la biografía político-intelectual de Justo. Por último, la investigación busca cotejar las apreciaciones de Liborio Justo en torno a la formación socio-económica argentina con otras interpretaciones socio-históricas críticas, como las de Germán Avé-Lallemant, Milcíades Peña o Jorge Schvarzer. El registro documental en análisis incluye un amplio y variado espectro, tales como la propia bibliografía de Justo; la correspondencia política emitida y recibida por las agrupaciones dirigidas por el autor de Nuestra Patria Vasalla; los boletines, folletos y periódicos partidarios; manifiestos y volantes; circulares internas; y, por último, fuentes periodísticas y audiovisuales.

Por su parte, la segunda investigación Perspectivas y resultados. El trotskismo norteamericano durante la Segunda Guerra Mundial (1943-1947) analizó un debate que se produjo dentro del Socialist Workers Party, desde finales de 1943 y hasta 1946, que tuvo como eje la situación de Europa durante la guerra y las perspectivas de una revolución proletaria. Al constituirse como la organización que definiría la línea política a seguir por los camaradas europeos, los debates que se produjeron en el seno de la misma toman especial relevancia para comprender el origen del arsenal teórico y de las acciones llevadas a cabo por los grupos trotskistas en Europa entre 1943 y 1945. A partir del plenario del partido de octubre de 1943, podemos distinguir dos posturas claramente enfrentadas en el seno del mismo: una mayoritaria, encabezada por James Cannon; y una minoritaria representada por Felix Morrow, Albert Goldman y Jean Van Heijenoort. Este trabajo se basó en el análisis cualitativo de las fuentes escritas digitalizadas, más precisamente en los periódicos Fourth International, New International y The Militant, así como en los Internal Bulletins of the SWP y los International Bulletins of the Executive Committee of the SWP. Dichos documentos analizaban los acontecimientos del momento y entablaban debates sobre diferentes temas, a fin de fijar la línea política a seguir por los grupos trotskistas alrededor del mundo. Teniendo en cuenta el problema de investigación planteado, el trabajo con estas publicaciones se acotó a las ediciones que se publicaron dentro del período temporal que va desde 1943 hasta 1946. Se consultó también el periódico del RCP, Workers International News, y de la publicación trotskista franco-germana Arbeiter und Soldat (Worker and Soldier). Por último, se complementó con la lectura de los escritos teóricos de León Trotsky pertinentes al tema.

Nos proponemos, por tanto, analizar particularmente los alcances metodológicos de las investigaciones delineadas, a fines de reflexionar acerca de las limitaciones y potencialidades que presenta el campo de la historia de la IV Internacional. En primer término, aludiremos a las barreras metodológicas que se presentaron en el transcurso del proceso de investigación, centrándonos particularmente en el abordaje documental y bibliográfico. En segundo lugar, indagaremos en las posibilidades que plantea hoy el estudio de la historia del socialismo para el/la investigador de América Latina.

 

I.  OBSTÁCULOS METODOLÓGICOS

1.        Abordaje documental

1.        A.  La accesibilidad: la cuestión de los repositorios y las lagunas documentales

Las posibilidades de acceso a las fuentes en términos generales, son determinadas por una serie de factores (tema de investigación, lugar de residencia del investigador/a, estado de conservación en los archivos, localización de los documentos, período histórico a trabajar, etc.). El estudio de la IV Internacional (sea de las secciones nacionales o a nivel de corriente internacional) agrega otros elementos, específicos del campo.


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El primero de ellos está relacionado con la recuperación de los documentos escritos. Debido a una amplia variedad de contextos políticos desfavorables (dictaduras, persecuciones, exilios, situación de clandestinidad de las organizaciones), las fuentes en soporte papel sufrieron un proceso de dispersión que determinó que su acceso se encuentre hoy fragmentado entre archivos privados, bibliotecas, sindicatos o centros de documentación. En ese sentido, consideramos que el accionar clandestino o en los márgenes del Estado de las organizaciones en análisis, plantea la imposibilidad de catalogar nuestras fuentes como oficiales y, por tanto, su apartamiento de reservorios estatales. Esta particular caracterización del registro documental de núcleos políticos de izquierda provocó, por un lado, su fragmentación, pero situó también al historiador frente a la inexistencia de instituciones específicas que tendieran a catalogar, conservar y digitalizar repertorios documentales asociados a la historia del socialismo. Si bien para el caso de organizaciones argentinas contamos con el Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas (CeDInCI) en Buenos Aires, carecemos de instituciones semejantes para conjuntos documentales de organizaciones provinciales o internacionales[6]. Por otro lado, su eventual existencia por fuera de las barreras nacionales plantea para los investigadores la dificultad de afrontar económicamente el acceso. Por último, desafortunadamente, se constata un alto porcentaje de eliminación documental parcial o completa, debido a cuestiones de seguridad de quienes resguardaban los archivos o al accionar proscriptivo del Estado. A esto se debe agregar cierta reticencia de algunas organizaciones políticas de abrir sus archivos al público en general y al investigador en particular.

En el caso argentino, el registro documental de las organizaciones trotskistas se mantuvo mayoritariamente bajo la custodia de los familiares de los dirigentes, por lo que su disponibilidad dependía de la buena voluntad de estos con el/la investigador/a. Particularmente, la mayor parte del archivo político y personal de Liborio Justo se conservó gracias a su hija mayor, Mónica Justo, cuya predisposición hacia la investigación posibilitó su realización efectiva. Distinto fue el caso de la documentación que perteneció a Enrique Carmona[7], uno de los fundadores de la Liga Obrera Revolucionaria. Tras la muerte de aquel en 1945, Liborio Justo entregó a su familia archivos partidarios y personales que le habían pertenecido en vida. Recientemente, al intentar contactar a los familiares de Carmona, se verificó cierta reticencia a la hora de brindar información acerca de su pasado militante y sólo se mencionó que un “amigo” del dirigente se había llevado toda la documentación existente, sin poder siquiera referenciar la identidad de la persona en cuestión. A esta pérdida parcial del registro documental, pueden añadirse las dificultades que plantea la dispersión de otra fracción del archivo de Justo. La última dictadura argentina había convencido al autor de Estrategia Revolucionaria de la necesidad de desprenderse de parte de su abultada biblioteca personal y de su colección de documentos, los cuales fueron donados a la Universidad de Campinas (Brasil), gracias a la intermediación del investigador Osvaldo Coggiola.

Este primer elemento –la dispersión o pérdida material de las fuentes primarias-, se suma a la dificultad de lidiar con ciertas lagunas documentales. Para algunos tópicos, contamos con una variedad de documentos referidos a un determinado periodo que convive, al mismo tiempo, con un vacío documental para el siguiente que dificulta la reconstrucción del tema en cuestión. Esto sucedió, por ejemplo, con el estudio de los grupos trotskistas franceses, para los cuales se logró recopilar una gran cantidad de material para el período 1939-1942, pero escasos documentos para la etapa 1943-1945. En parte, dicho vacío se explica por las condiciones socio-políticas de Francia en aquella etapa.

Las circunstancias que hemos reseñado hasta aquí nos llevan a reflexionar sobre un tercer elemento. La disponibilidad y el acceso a las fuentes están enmarcados por el lugar que tenga el campo de investigación dentro del ámbito científico. Nuestra disciplina –la Historia– no escapó a la influencia de nuevos paradigmas académicos que impusieron no sólo una epistemología y metodología “innovadoras”, sino también temáticas renovadas o tipologías de fuentes que tradicionalmente no habían sido consideradas como tales[8]. Esto implicó que la historia de los partidos políticos, de las organizaciones de izquierda quedara en un segundo plano ante los nuevos temas de investigación[9], como así también la sistematización y conservación de los documentos relacionados. Por caso, la recuperación y digitalización de archivos de la historia de la izquierda eran totalmente impensados hace algunas décadas. Si bien actualmente nos encontramos en un momento donde la historia reciente de las organizaciones revolucionarias va adquiriendo cada vez mayor relevancia para los y las investigadores/as, la recuperación de las fuentes se muestra todavía limitada en relación a la cantidad de trabajos que toman este tema como objeto.   

 

1.        B.  Barreras idiomáticas

La historia de la IV Internacional requiere de investigadores capaces de abordar fuentes en una amplia variedad de lenguas. La existencia de secciones trotskistas en países de habla no hispana enfrenta sistemáticamente al historiador con documentos –y bibliografía- mayoritariamente en inglés y francés, pero también los hay en alemán, italiano, griego, ruso, etcétera. En efecto, incluso si se investiga la historia de la sección argentina de la IV Internacional se hace frente a esta dificultad. Así, por ejemplo, se halló en la correspondencia partidaria de la LOR una importante cantidad de cartas del período 1940-1943 en francés e inglés, provenientes del Comité Ejecutivo de la IV Internacional, con motivo de los preparativos para llevar a cabo una unificación de todas las agrupaciones trotskistas en Argentina. El potencial desconocimiento del investigador en esta materia, constituye, sin duda, una limitación en el abordaje de los documentos. 

Por su parte, en la investigación sobre los grupos europeos de la IV Internacional, las barreras idiomáticas fueron sólo parcialmente un problema. Decimos parcialmente ya que, si bien la mayoría de las publicaciones analizadas fueron redactadas en o traducidas al inglés, una parte importante de ellas permanece en su idioma original: francés, alemán e italiano. El desconocimiento de éstos últimos impidió una profundización de los documentos disponibles pertinentes al tema, por lo que fue necesario restringirse sólo a aquellos fielmente traducidos por otros investigadores. En este punto queremos resaltar no únicamente la importancia del conocimiento de idiomas en relación a la investigación que se desea desarrollar, sino también del trabajo de traducción (específico del área de la disciplina histórica) como forma de ampliar el acceso a documentos escritos en idiomas académicamente no hegemónicos.

 

1.    C. La utilización de siglas y seudónimos de uso endogámico

Un fenómeno muy común en las organizaciones de la izquierda en general fue la utilización, por motivos de resguardo físico de sus miembros, de seudónimos y siglas que sólo adquirían sentido en el seno de la comunidad que las utilizaba. Esta estrategia implicó ciertas dificultades al momento de abordarlas académicamente, debido a que se tornó indispensable emprender un rastreo previo de las genealogías partidarias. Entendemos que este obstáculo es transversal al campo de estudio de las organizaciones políticas en contexto de proscripción o persecución (no sólo de izquierda) por lo cual, en la mayoría de los casos, se muestra pertinente un primer acercamiento al tema desde una perspectiva biográfica.

El caso de la investigación sobre trotskismo norteamericano y europeo da cuenta de ello. Todos los militantes involucrados en el debate usaban entre uno y tres seudónimos diferentes alternativamente, de acuerdo a las condiciones en las que se encontraba su organización. Tal es así que era probable que ningún miembro conociese el nombre real de otro.  El cambio frecuente de denominación se dio mayormente en los grupos europeos como respuesta a su situación de persecución y clandestinidad. De igual manera, los nombres de las organizaciones también experimentaron cambios. Particularmente las francesas, debido a procesos de fusión o ruptura de las agrupaciones. 

La biografía intelectual de Liborio Justo plantea, precisamente, las mismas dificultades. Así, por ejemplo, el mismo Justo tuvo, al menos, tres seudónimos: Quebracho, Agustín Bernal y Lobodón Garra. El resto de los dirigentes de la LOR, asimismo, acostumbraban a usar, a su vez, sus propios seudónimos. Esta circunstancia plantea una limitación, verbigracia, en la atribución de autoría del corpus documental partidario. La correspondencia suele ser firmada frecuentemente sólo con iniciales, seudónimos de uso alterno o con un nombre o apellido de procedencia incierta. En materia de siglas, cabe destacar su utilización para designar agrupaciones, órganos o secciones de la estructura de alguna organización y/o posiciones jerárquicas partidarias. Cada sigla o seudónimo, requiere, en definitiva, de un esfuerzo de reconstrucción histórica particular que habilite la comprensión del contenido del registro documental.


1. D. Silencios en las fuentes

Los géneros documentales de uso frecuente en el abordaje de la historia de la izquierda suelen poner en evidencia algunas lagunas que obstaculizan la reconstrucción historiográfica del objeto de estudio. Si bien la existencia parcial de las fuentes constituye una limitación transversal a toda investigación histórica, pueden señalarse algunos puntos oscuros propios del campo de estudio. Una de las mayores barreras se constituye a partir de la inexistencia de corpus documentales que permitan contrastar las fuentes generadas por las agrupaciones con otras voces que completen, nieguen o reafirmen la información recuperada, particularmente en relación a cuestiones partidarias internas. Por otro lado, el contexto de clandestinidad que marca la producción y circulación de los documentos determina algunos silencios voluntarios e involuntarios en torno a, por ejemplo, el alcance y tirada de la prensa, la autoría de los artículos contenidos en las publicaciones partidarias,  el número e identidad de los militantes, etcétera.

En el caso de la investigación argentina, puede señalarse en primer lugar que, debido a la procedencia de la documentación partidaria del GOR-LOR -mayoritariamente producida por el Comité Ejecutivo-, hay un notable silencio acerca de las evidentes desavenencias entre los miembros de la cúpula dirigente partidaria y, en general, entre éstos y el resto de los miembros del partido. Este vacío documental representa un importante obstáculo a la hora de reconstruir las causas del ocaso de la organización.  En segundo lugar, resulta complejo reconstruir la magnitud de sus militantes y el alcance de sus publicaciones, lo cual permitiría bosquejar la incidencia de las agrupaciones en relación a otros grupos trotskistas. 

Similar situación se produjo con el segundo estudio, en el cual se constató una serie de maniobras por parte de la sección mayoritaria del SWP para evitar que las posiciones de la minoría fueran publicadas y llegasen a ser conocidas entre los miembros de los grupos europeos. Las discusiones en torno a estos ardides (y otras cuestiones como cuánto apoyo poseía cada facción, que circulación real tuvieron los documentos de la minoría en Europa, etcétera) no pudieron ser constatadas por otras fuentes pertenecientes a integrantes del partido o de partidos cercanos. 


Imagen 3. www.grupoesfree.es

 

2.      Las fronteras en el abordaje bibliográfico

2.        A. Accesibilidad y vacíos bibliográficos

La historia de la IV Internacional, y del socialismo en general, no han sido sólo relegadas de la agenda historiográfica y de los reservorios documentales, sino también de las bibliotecas universitarias locales. Es un obstáculo evidente que se constata a simple viste en los catálogos de las instituciones a las que tenemos acceso. La honrosa excepción la constituye la Biblioteca “José Aricó”, sita en el ex-rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba, la cual contiene importantes obras de consulta obligada para el especialista en el área. Sin embargo, las restrictivas normas institucionales obstaculizan sistemáticamente la digitalización de bibliografía que no ha sido reeditada y que permanece fuera de los circuitos comerciales.

En el caso del trotskismo argentino, la escasez de bibliografía secundaria sólo logra ser parcialmente suplida gracias a acuerdos bibliotecarios nacionales que nos permiten alcanzar, en distintos puntos del país, una copia del material que necesitamos consultar. Por otro lado, cabe mencionar la falta de iniciativa editorial local en el área de historia del socialismo. Desde la interrupción de la publicación de la serie “Cuadernos de Pasado y Presente”, y de su continuadora, la “Biblioteca del Pensamiento Socialista” de Editorial Siglo XXI,  no ha habido una iniciativa semejante en el área.

Si de libros editados en el exterior se trata, como el ejemplo del trotskismo europeo constata, la dificultad se torna aún más flagrante. Por un lado, la compra de material en el extranjero requiere de una inversión que suele escapar de las posibilidades económicas de los investigadores. Por otro, aun pudiendo salvar este escollo, ocurre con frecuencia la pérdida de bibliografía en el transcurso del traslado o la retención de la misma en las oficinas de la Aduana argentina.

Además de los obstáculos de accesibilidad, es preciso hacer referencia a ciertos vacíos bibliográficos en nuestro campo. Así, por caso, carecemos de una obra que reconstruya acabadamente la historia de la IV de la Internacional[10] como corriente mundial para el período en cuestión. Asimismo, en cuanto a la historia del trotskismo en Argentina, contamos sólo con la monografía de Osvaldo Coggiola (2006) y con investigaciones parciales de Alicia Rojo (2001; 2005; 2006 y 2010). Por otro lado, constituyen un área de vacancia las biografías intelectuales de referentes claves como Mateo Fossa, Antonio Gallo o Pedro Milesi.

 

2. B. Barreras teóricas

En nuestro caso, el marco teórico del cual partimos para el análisis de la IV Internacional es el materialismo histórico. Como marco analítico, el materialismo requiere de un particular esfuerzo por parte del investigador por comprender, no sólo un conjunto de complejas categorías y sus interrelaciones, sino también su recepción y análisis en las diferentes seccionales nacionales de las corrientes internacionales. De hecho, resulta recurrente la creación o manipulación de conceptos por parte de los militantes, los cuales son sólo comprensibles para el investigador en caso de haber recibido una sólida formación teórica en el área.

Para el caso de la investigación sobre el trotskismo argentino, estas barreras teóricas resultan evidentes a la hora de analizar los aportes conceptuales de Liborio Justo para indagar en la realidad argentina y latinoamericana. Así, por ejemplo, sólo una fuerte formación teórica en el ámbito del trotskismo, permitirá comprender el supuesto “nacionalismo” de Justo como parte del andamiaje analítico del concepto de “Revolución Permanente” de Trotsky.

Una situación similar se manifestó cuando nos adentramos en el estudio del debate dentro del SWP. Uno de los puntos más desarrollados en el mismo giró en torno a las posibilidades de que se produjera una “revolución democrática” o una “contrarrevolución democrático-burguesa” en Europa. O bien, cuando se discutió la relevancia de las demandas democráticas en  relación a las demandas transicionales en el contexto de la guerra europea. En ambas situaciones, conocer el significado y las implicancias políticas desde el marco teórico del materialismo, requieren por parte del investigador  una seria lectura de las perspectivas que planteó Trotsky previamente en sus obras.

 

II. POTENCIALIDADES DEL CAMPO DE ESTUDIO

 

1.      Campo fértil a la espera de nuevas contribuciones

El estudio de las organizaciones de izquierda, y de la IV Internacional particularmente, se percibe hoy como un campo relativamente virgen de estudio y/o como un ámbito actualmente en revisión. En efecto, la contracara de los vacíos bibliográficos es precisamente la posibilidad de profundizar las investigaciones al respecto, de forma tal que éstas amplíen y reformulen viejas hipótesis sobre determinados procesos históricos.

Este fue el caso del estudio sobre el debate en el SWP, que cuenta con pocos antecedentes al respecto que lo trabajan superficialmente. En términos generales, la mayor parte de las producciones sobre este tema fueron escritas por militantes o ex militantes de grupos pertenecientes a la IV Internacional, quienes planteaban hipótesis acordes con su línea política. Esto no es un obstáculo en sí mismo -bien sabemos que la objetividad por completo en la historia es impracticable-, sino por el  contrario, creemos que es una mirada que contribuye a reconstruir el panorama y la evolución de los debates que se dieron al interior de la organización.

Por su parte, la historia del socialismo en general, y la de la IV Internacional en particular, en Argentina también plantean amplias posibilidades de nuevas investigaciones que profundicen los escasos estudios previos. Tal como mencionamos, carecemos de biografías intelectuales de referentes claves como Mateo Fossa, Pedro Milesi o Antonio Gallo; pero también permanecen poco estudiadas las conexiones de los diferentes grupos trotskistas locales entres sí o con sus pares latinoamericanos. Pueden añadirse, a su vez, la carencia de estudios en torno a las numerosas publicaciones trotskistas argentinas de la primera mitad del siglo XX desde una perspectiva de historia intelectual. Por último, no es un hecho menor la ausencia de investigaciones referidas a uno de los primeros grupos trotskistas argentinos surgidos en la ciudad de Córdoba: la agrupación encabezada por Esteban Rey y Aquiles Garmendia.

 

2. Ampliación del registro documental y bibliográfico por vías no convencionales

A pesar de las dificultades para acceder a fuentes y bibliografía por vías tradicionales, su disponibilidad ha crecido en los últimos años debido a su digitalización y proliferación online. Actualmente contamos, por ejemplo, con grupos de investigadores que rastrean y digitalizan los documentos de las organizaciones que se desarrollaron en nuestro país en las décadas de 1960 y 1970, como el Colectivo El Topo Blindado[11] o el Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales en la provincia de Buenos Aires[12]. También es posible encontrar periódicos digitalizados en diversos sitios web de bibliotecas o instituciones especializadas, tales como el Instituto de Historia Social de Ámsterdam[13] o el sitio web marxists.org. En éste último nos fue posible descargar todos los números de Fourth International, el órgano teórico de discusión del SWP, columna vertebral del trabajo sobre trotskismo norteamericano. Asimismo, en el transcurso de dicha investigación, la cantidad de documentos digitalizados fue cada vez mayor, ampliándose a boletines internos del partido y a la prensa de los grupos europeos, los cuales permitieron enriquecer exponencialmente el trabajo.

La digitalización de fuentes no ha sido tan prolífica en el caso de la historia de la IV Internacional en Argentina. Aun así, particularmente en el caso de Liborio Justo, se viene realizando un importante esfuerzo por parte de la familia para escanear y publicar en internet buena parte de su obra inédita y de sus publicaciones partidarias[14]. En otra área, es importante mencionar también la reciente digitalización de la serie completa de la revista Fichas[15], publicación coordinada por Milcíades Peña entre 1964 y 1966.

Por último, el acceso a bibliografía especializada, particularmente en inglés, se ha facilitado a partir de su digitalización masiva y de su publicación en internet. Disponemos, además, en castellano e inglés, de algunos volúmenes de consulta obligada para el investigador en la materia, tales como las obras de Karl Marx, Friedrich Engels, León Trotsky o Lenin, entre otros autores.

 

3. El aprendizaje de idiomas académicamente no hegemónicos como una forma de ampliación del registro documental y bibliográfico

Habida cuenta de su pretensión internacionalista, el socialismo ha producido organizaciones e intelectuales en todo el mundo. Las posibilidades de expansión de las investigaciones en el campo guarda estrecha relación con el aprendizaje de nuevos idiomas que logren sortear las barreras lingüísticas que describimos con anterioridad.

La multiplicación de fuentes digitalizadas tiene, a su vez, eco en la ampliación de la disponibilidad de archivos de intelectuales y organizaciones socialistas de habla no hispana o inglesa. Podemos mencionar la reciente publicación online del Instituto de Historia Social de Ámsterdam de voluminosos archivos como el de León Trotsky y la Oposición de Izquierda, el cual contiene más de 1300 registros en ruso, alemán, francés, griego o polaco[16]. Sólo por aludir a Trotsky, aún permanecen sin traducir del ruso original -por mencionar únicamente un idioma-, un importante número de documentos y material bibliográfico que se mantiene inaccesible para la academia anglosajona e hispanoparlante. Algo semejante puede afirmarse respecto de Karl Kautsky o Rosa Luxemburg en relación a sus producciones en alemán o polaco. En definitiva, lo que intentamos subrayar es que quien logre trasponer la barrera idiomática de lenguas académicamente no hegemónicas podrá ofrecer un amplio rango de traducciones documentales y reseñas bibliográficas que contribuirían a profundizar los estudios en el área de historia del socialismo y de la IV Internacional.

 

4. La necesidad y potencial del marxismo para explicar procesos político-sociales actuales

Consideramos que la disciplina histórica contiene en sí misma una utilidad y relevancia social, en el sentido de que a partir de las lecturas sobre el pasado somos capaces de entender nuestro presente. Creemos que abordar historiográficamente las organizaciones de izquierda y sus interpretaciones acerca del sistema capitalista desde una perspectiva materialista, brinda herramientas para comprender el presente, tanto a nivel local como internacional. Al mismo tiempo, el estudio de la historia del socialismo en general aporta una mirada que se ocupa de “la naturaleza y dirección de la sociedad en su conjunto” (Anderson, 2004:5). Si nos planteamos la producción de una labor historiográfica crítica que pretenda dar respuesta a las problemáticas actuales desde una perspectiva de conjunto, el materialismo histórico es un campo que no puede permanecer inexplorado.      

 

III. COMENTARIOS FINALES

A lo largo del presente trabajo hemos pretendido analizar los obstáculos y las potencialidades metodológicas que plantea el campo de la historia de la IV Internacional. En relación a las barreras en el abordaje documental y bibliográfico que hemos explicitado, podemos concluir que las mismas son recurrentes en el estudio del amplio campo de la historia de organizaciones que han trazado sus recorridos políticos en contextos de proscripción, persecución e ilegalidad. Ahora bien, en el caso de las posibilidades abiertas por el área que nos convoca, hemos podido reconocer potencialidades propias, vinculadas, en términos generales, a un terreno fértil con particularidades que lo distinguen: por un lado, la combinación de un amplio espectro de fuentes documentales que permanece inexplorado, junto a importantes áreas de vacancia bibliográfica. Por otro, el aporte de las nuevas tecnologías en lo que a digitalización de documentos y bibliografía se refiere, posibilitando quebrar con las fronteras geográficas y económicas del/la investigador/a.

A modo de cierre, por tanto, proponemos llamar a la reflexión y a la acción. Reflexión, en torno a nuestra disciplina, a las dinámicas de trabajo y a sus principales problemáticas de investigación y enseñanza -no olvidemos que la transmisión del conocimiento es tan relevante como el proceso indagatorio-. Acción, por su parte, con respecto a las mencionadas dificultades que se nos presentan en el transcurso de toda investigación. Como pretendimos exponer, en ocasiones las barreras son potentes y tienden a desanimar el trabajo del/la investigador/a. Sin embargo, procuramos demostrar también, que cada uno de los obstáculos metodológicos representa y encubre, al mismo tiempo, una potencialidad. Una potencialidad que requiere de esfuerzos institucionales y colectivos para desarrollarse al máximo de sus capacidades. Institucionalmente, decimos, en tanto consideramos que la carencia de disponibilidad bibliográfica, de herramientas teórico-metodológicas y de cursos de idiomas, al menos, constituyen defectos de nuestra formación académica. Finalmente, son indispensables, a su vez, los esfuerzos colectivos a la hora de quebrar aquellas resistencias institucionales e individuales que obstruyan la producción y circulación del conocimiento.

 



Notas:

[1] Profesora en Historia por la Universidad Nacional de Córdoba. Doctoranda en Historia por la Universidad Nacional de La Plata. Becaria Doctoral del Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET). Adscripta a la Cátedra de Historia Contemporánea de la Escuela de Historia de la Universidad Nacional de Córdoba. Miembro del Programa de Investigación en Historia Contemporánea (siglos XIX y XX) del Centro de Investigaciones en Cultura y Sociedad, unidad ejecutora del CONICET. Contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

[2] Licenciada en Historia por la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. Miembro del Programa de Investigación en Historia Contemporánea (siglos XIX y XX) del Centro de Investigaciones en Cultura y Sociedad, unidad ejecutora del CONICET. Contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

[3] La primera sección del libro de Osvaldo Coggiola, Historia del trotskismo en Argentina y América Latina, Buenos Aires: Razón y Revolución, 2006, que trata de los orígenes del movimiento, ha sido traducida al inglés como “The History of Argentine Trotskyism” en Revolutionary History, Volume 2, no. 2, Summer 1989.

[4] Tesis de Doctorado en curso en el marco del Doctorado en Historia de la Universidad de la Plata.

[5] Trabajo final de grado por la Licenciatura en Historia FFYH-UNC 2014.

[6] Para el caso mexicano, el Museo-Casa de León Trotsky sito en Coyoacán cumple funciones similares al CeDInCI argentino. Dotada de una biblioteca conformada por los siete mil libros que pertenecieron al líder sindical Rafael Galván, contiene también las obras de Trotsky, los documentos sobre la “Comisión Dewey” que investigó los cargos que los Procesos de Moscú le endilgaron al líder del Ejército Rojo, y una hemeroteca integrada por  una colección encuadernada de las ediciones de los periódicos Pravda, Izvestia y Hoboe (comprendidas entre 1960 y 1980) y por una serie de artículos que recorren los casi cuatro años de exilio en México.

[7] Enrique Carmona (1920-1945), fue un obrero gastronómico nacido en la provincia del Chaco. Desde fines de la década del treinta militó junto a Mateo Fossa y Liborio Justo, conformando luego la Liga Obrera Revolucionaria. Dos años después de la amarga disolución de la LOR, Carmona decide poner fin a su vida (Tarcus, 2007:117).

[8] Nos referimos a miradas provenientes de corrientes posmodernas, las cuales tuvieron como rasgo definitorio la pérdida de credibilidad en las “metanarrativas” y la reducción de los textos teóricos a un conjunto de recursos retóricos, borrando toda diferencia entre ellos y los textos literarios (Anderson, 2000 y Callinicos, 2011).

[9] No fue la historia de la izquierda el único tema relegado con la aparición de nuevos paradigmas de investigación, pero por ser el objeto de este trabajo nos limitaremos específicamente a su análisis.

[10] En este sentido, podemos destacar –aunque con algunas limitaciones metodológicas- los aportes parciales de Isaac Deutscher y, más recientemente, los de Robert Alexander, particularmente con la publicación de su International Trotskyism, 1929-1985 (1991). Para un análisis de la recepción de las obras de Isaac Deutscher en el seno del trotskismo norteaméricano, consúltese Bosch Alessio y Catena (2014).

[16] Véase: http://search.socialhistory.org/Record/ARCH01483/Description

 

Bibliografía:

Alexander, R. (1991), International Trotskyism 1929-1985, Durham: Duke University Press.  

Anderson, P. (2000), Los orígenes de la posmodernidad, Barcelona: Anagrama.

__________ (2004), Tras las huellas del materialismo histórico,  Buenos Aires: Siglo XXI.

Bornstein, S. y Richardson, A. (1986), War and the International: History of the Trotskyist Movement in Britain, 1937-49, London: Socialist Platform.

Bosch Alessio, Constanza y Catena, Laura (2014), “La recepción de la obra de Isaac Deutscher por los trotskistas norteamericanos: Un capítulo en la historia de la Cuarta Internacional”, en Actuel Marx/Intervenciones, n°16, Santiago de Chile: LOM Ediciones, pp. 147-171.

Callinicos, A. (2011), Contra el posmodernismo, Buenos Aires: Ediciones RyR.

Coggiola, O. (2006), Historia Del Trotskismo en Argentina y América Latina, Buenos Aires: Ediciones RyR.

Jenkins, P. (1977), Where Trotskyism Got Lost: The restoration of European democracy after the Second World War, Nottingham: Spokesman Books. (Spokesman Pamphlet; 59).

Rojo, A. (2001), “El trotskismo argentino frente a la segunda guerra mundial”, en Boletín del CEIP Leon Trotsty, nº2, http://www.ceip.org.ar/.

_____________ (2005), “El trotskismo frente a los orígenes del peronismo”, en II Jornadas de Historia de las izquierdas, Buenos Aires: CEDINCI.

_____________ (2010), “Los orígenes del trotskismo argentino. Una aproximación a sus elaboraciones teórico-políticas”, en Boletín del CEIP Leon Trotsky, nº13, http://www.ceip.org.ar/.

_____________ (2012), “Los orígenes del trotskismo argentino: de los años 30 al surgimiento del peronismo. Elaboraciones teórico-políticas y vínculos con la clase obrera”, en Archivos de historia del movimiento obrero y la izquierda, nº1, pp. 103-125.

 

Cómo citar este artículo:

BOSCH ALESSIO, Constanza; LUPARELLO, Velia, (2014) “Obstáculos y potencialidades metodológicas en el abordaje de la historia de la IV Internacional en Europa y Argentina (1938-1947). Una mirada desde Argentina”, Pacarina del Sur [En línea], año 5, núm. 21, octubre-diciembre, 2014. ISSN: 2007-2309.

Consultado el Jueves, 28 de Marzo de 2024.

Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.comindex.php?option=com_content&view=article&id=1023&catid=14