Fortaleciendo identidades regionales: la Nación Wanka y el diario Correo

Strengthening regional identities: the Wanka Nation and the newspaper Correo

Fortalecendo identidades regionais: a Nação Wanka e o jornal Correo

Juan Francisco Camborda Ledesma

Universidad Jaime Bausate y Meza, Perú

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Recibido: 28-08-2020
Aceptado: 02-10-2020

 

 

Introducción

La relación entre los medios de comunicación, local y regional con la construcción de identidades locales y regionales, es un campo de investigación que tiene relevancia en los estudios realizados en el contexto de la globalización.[1] En el Perú se le ha dado menos valor, porque se ha privilegiado los trabajos sobre el rol de los medios de comunicación, tanto nacionales, regionales y locales durante el conflicto armado interno,[2] pero no su relación con la construcción de identidades regionales.

Gilberto Giménez (2011, pág. 125) señala, desde el punto de vista epistemológico, la importancia que tiene para las ciencias de la comunicación la investigación de las identidades, considerando que, en este campo, ha sido la antropología la que se apropió del tema, entendiendo la identidad en su vertiente cultural, dejando para la sociología y la ciencia política la identidad nacional. Su planteamiento se sustenta porque las:

identidades colectivas […] se definen […] por un proyecto compartido […] y resulta obvio que no se podría compartir nada si no existiera un proceso permanente de comunicación entre los miembros […] de la colectividad (ídem.).

 

¿Cómo participa, entonces, un medio de comunicación en la construcción de una identidad regional? Se ha tomado, para esta investigación, que es exploratoria, a la región central del Perú, donde se da un proceso singular: la construcción de una identidad denominada “Nación Wanka”, impulsada desde diversos actores sociales a partir de la segunda mitad del siglo XX, y que, al igual que otros medios de comunicación locales de la ciudad de Huancayo, lo asume el diario Correo de esa ciudad. Se ha seleccionado el diario Correo de Huancayo, porque es el periódico más leído en esa ciudad, con un 32% de los lectores según CPI, siendo su seguidor el diario Trome de Lima, con sólo 3% y no se consideran a los diarios locales, que están en “otros”, como se puede apreciar en la tabla anexa.

La denominación “Nación Wanka” puede llevar a confusión, tanto por el concepto nación y la palabra quechua wanka. Pero, por lo que hemos encontrado en la investigación, no forma parte de una manifestación del nacionalismo indígena ni tampoco es una expresión de nacionalismo secesionista. Es una identidad regional, dentro de una nacional, en una región donde esta no existía, o en todo caso, era muy débil.

El presente ensayo, es resultado de una investigación exploratoria, desarrollada con el apoyo de la Universidad Jaime Bausate y Meza,[3] dentro de la línea de investigación Periodismo e Identidad, y busca explicar cómo, un medio periodístico local o regional, participa en la construcción de una identidad local o regional, en este caso, la identidad wanka. Los elementos recogidos están relacionados con la difusión de los valores considerados como propios de los wankas y que se encuentran tanto en su historia como en su cultura (música, danzas, artesanía, gastronomía, deportes). Se ha recurrido al diario Correo de la ciudad de Huancayo, en sus ediciones de los meses de marzo, abril y mayo del año 2016, ubicándose las notas donde destacan esos valores que se suponen, identifica a los wankas como: valientes, guerreros, indoblegables, trabajadores, pero, además, sinceros y alegres.

Esta autodefinición del wanka es semejante, a lo que encuentra Nilda Jacks (2013) cuando estudia la participación efectiva y masiva de los medios de comunicación en el proceso de construcción de la identidad regional de los gauchos en el estado de Rio Grande do Sul, donde destaca las diferencias que tienen estos con los pobladores de los otros estados de Brasil. Así, indica, se enfatiza en el gaucho su orgullo, por tener la mejor calidad de vida, ser el pueblo más trabajador, más honesto, más hospitalario, más culto, más politizado” (Jacks, 2013, págs. 12-13). Esto es resultado, indica, de cómo los medios, en su papel de agentes forjadores de la identidad, valoran las manifestaciones artísticas y políticas, las conmemoraciones oficiales, como el Día del Gaucho, dando un fuerte sentido de pertenencia al territorio gaucho[4] con una visión superlativa en comparación con los brasileños de otros estados.

 

Revisión teórica

La Nación y el Estado-nación

El concepto weberiano de nación está estrechamente ligado al poder y el estado-nación es su expresión política. Weber (2002, págs. 324-327) indica que la nación es una sugestión emotiva y no tiene en su fundamento un origen económico, sino que se basa en el sentimiento de prestigio y puede vincularse con una creencia específica de algunos sectores dominantes de la sociedad que construyen el Estado para tener o garantizar el poder.  Además, la nación es un concepto que pertenece a la esfera estimativa y la pretensión de afirmarse como una nación especial suele basarse, ciertamente, en la posesión de bienes culturales, elementos étnicos y, sobre todo, una historia y un destino político.

La construcción del Estado-Nación, en los países latinoamericanos, fue un proceso diferente al europeo. El Estado-nación surge con la república, impulsada por las élites coloniales criollas, dejando de lado a la población nativa, exterminada en parte y reducida a servidumbre o esclavizada la restante. La república resulta entonces, un producto de los españoles americanos, como señalaba Viscardo y Guzmán (2007), y expresa la dominación de los descendientes de los colonizadores, los criollos, quienes ejercen su poder sobre la población colonizada, desconociendo la diversidad étnica de estas repúblicas nacientes. No es un estado creado (imaginado) por la insurgencia de las clases medias o de una burguesía democrática (Anderson, 1993, págs. 77-101) ni buscó en sus primeras décadas, homogenizar la cultura a través de la educación, imponiendo el idioma dominante como sostienen en el modelo típico del origen del estado-nación Gellner (1988) y Hobsbawm (2000) para construir una historia común. En resumen, la nación peruana en sus inicios, no fue resultado de un proceso integrador, de manera que el indio, para la clase gobernante criolla, no era un ciudadano sino un problema, y se propusieron salidas racistas o indigenistas durante todo el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX.

La Constitución del Perú de 1933, reconoce la existencia de esta población “no blanca” y la ubica en lo que se denominó comunidades indígenas. La diversidad étnica, es reconocida, pero geográficamente condicionada y socialmente excluida, pese a que constituía la población mayoritaria y ubicada en la sierra y selva,[5] con características peculiares y se mantuvo el racismo, la discriminación y la inequidad. Posteriormente, en la séptima década del siglo XX, con la Reforma Agraria, se elimina la denominación indígena, por considerarlo discriminador, y se utiliza el término campesino –para referirse a las comunidades quechuas y aymaras- y nativas a las amazónicas. Se puede afirmar, que es a partir de ese momento, que se acepta a las poblaciones originarias como parte de la nación, y recién a partir de 1980, cuando se universaliza el voto, incluyendo a los analfabetos, a estos como ciudadanos, y, por tanto, con derecho a participar de los hábitos comunes, estilos de vida y tradiciones capaces de proyectarse políticamente (Ferrando Badía, 1975, págs. 18-19).

Plaza de la Constitución de Huancayo donde se Juró la Constitución de Cádiz
Plaza de la Constitución de Huancayo donde se Juró la Constitución de Cádiz

Imagen 1. Plaza de la Constitución de Huancayo donde se Juró la Constitución de Cádiz.
Fuente: Correo, 07-01-2014. https://diariocorreo.pe

 

Los nuevos nacionalismos y la identidad

Teresa Páramo Ricoy (2004) desprende de su análisis sobre la relación establecida en las últimas décadas entre comunicación, globalización, cultura e identidad social, que las personas, al relacionarse con los medios de comunicación, se envuelven en un proceso de transformación, apropiación y creación de significados, el cual es multidimensional y complejo, pero permitirá una mejor comprensión de las consecuencias sociales e identitarias de la globalización.

Esto impone, a los que trabajan temas de investigación en ciencias de la comunicación, la necesidad de incorporar la relación entre la comunicación y los medios de comunicación en la construcción social de las nuevas identidades locales o fortalecimiento de las existentes, en el estudio de las repercusiones socioculturales de la globalización. Para conseguirlo, se requiere de una comprensión profunda de la compleja naturaleza de la identidad. A este respecto, Castells (2001, págs. 29-31) señala que la identidad siempre tiene lugar en un contexto marcado por las relaciones de poder, y las identidades locales son una respuesta a la globalización.

De acuerdo a Giddens (1995), citado por Castells (2001), se parte de la comprensión de cómo se construyeron las identidades nacionales, con posteridad al proceso de descolonización.[6] Este es un periodo caracterizado por el surgimiento de proyectos de identidad regional y en algunos casos nacional, con la peculiaridad que no buscan una nueva versión del estado-nación, sino determinadas reivindicaciones, dentro de una nación constituida, definiendo quiénes son y quiénes quedan fuera de una fuente renovada de identidad colectiva, como una búsqueda de un auto reconocimiento y reconocimiento por los otros de su existencia (Castells, 2001, pág. 56). Este periodo de modernidad tardía, como la define Giddens (1995), está marcado por varias condiciones y como cita Castells: “desde una perspectiva sociológica, todas las identidades son construidas. Lo esencial es cómo, desde qué, por quien y para qué” (2001, pág. 29) y siguiendo la lógica de su discurso, se encuentra que, en la construcción de las identidad wanka, los pobladores de la región central del Perú, tanto individual como colectivamente, han procesado y reordenado ciertos elementos que le dan sentido identitario, frente a los pobladores de otras regiones del Perú, y estos son hechos significativos de su historia, características geográficas de su región, recursos naturales, especialmente fauna y flora, formas de producción, memoria colectiva, fantasías personales y elementos religiosos, y construir con todo esto, desde una lógica colectiva: un imaginario social que ellos denominan Nación Wanka.

Pero hay que distinguir esta identidad Nación Wanka de otros procesos. No es similar al caso de Cataluña en España o Escocia en Reino Unido y menos, la separación violenta de las comunidades que constituían la ex federación yugoeslava, que terminó en una guerra entre bosnios y serbios; no es producto de un desencuentro entre el estado-nación y la sociedad civil wanka; no surge en medio de una crisis impuesta por la globalización y un estado-nación incapaz de atender las demandas de los wankas. Tampoco el estado nación se ha visto rebasado por la movilización de sectores sociales y ante esta situación, exigen mayor poder local o regional para encontrar una solución (Castells, 1999, pág. 7).

El proceso donde se ubica la construcción de la identidad Nación Wanka es diferente. No busca una nueva identidad nacional, no aspira a una nueva estructura de poder, construyendo un estado-nación libre de la nación peruana. No es tampoco, una respuesta legitimadora frente a la discriminación étnica, devaluada o estigmatizada, como son las expresiones de las naciones quechua y aymara en Bolivia o los movimientos indígenas en Ecuador y Chile. Es un proyecto que resulta en este caso, de buscar, dentro de la identidad peruana, una identidad regional denominada Nación Wanka, sobre la base de elementos históricos y culturales, que reivindican su origen, sienten orgullo de sus logros, y se consideran asimismo como modernos.

En estos procesos, los medios de comunicación juegan un rol significativo. Existen estudios con temas semejantes. Así, Mar de Fontcuberta (1997), al estudiar las identidades locales en Europa, parte por reconocer el fortalecimiento de la prensa regional, especialmente en España y precisa que, este fortalecimiento sólo se pudo dar, cuando los medios asumieron, como tema de su agenda periodística, la construcción de las identidades locales o regionales, es decir, la construcción de las identidades regionales solo funciona, si se fortalecen, por su parte los medios, describiendo  un mercado periodístico donde “lo regional no compita con lo nacional o global, sino que lo complemente”. Entre las responsabilidades señala, está la de:

ayudar a la construcción de la historia […] por su conocimiento del contexto social, su acceso a fuentes específicas, su dominio de los códigos culturales de la zona, y su papel de observadores privilegiados de los cambios de una comunidad […] (en base al relato de los protagonistas, su vida y los hechos que protagonizaron, rescatando sus testimonios) que posiblemente nunca aparecerán en las páginas de un diario nacional. (Construir la identidad regional para) […] fortalecer su papel como actores privilegiados en la creación y desarrollo de una conciencia regional; y […] contribuir a la expresión de la identidad cultural (De Fontcuberta, 1997, págs. 49-50).

 

Esperanza Herrero-Andreu y Leonarda García-Jiménez (2020), toman como base, para su investigación sobre identidad regional, la crisis del club de fútbol español Real Murcia. Diferencia dos tipos de regiones en España: las históricas –por ejemplo, Cataluña- y las de “segunda clase” marginales del estado-nación, invisibles, donde la identidad estuvo sumergida, y que brota, como sucede con la crisis del equipo de fútbol Real Murcia, convertido en un símbolo de identidad regional. Esto sucede cuando los medios de comunicación asumen la responsabilidad de canalizar las aspiraciones ciudadanas de sostener este club, y es la razón que une a los murcianos como uno de sus símbolos más característicos. Los medios, a través de diversos relatos periodísticos, convierten a la afición y la ciudadanía en la principal fuente de información, pero a la vez en los actores para construir los valores murcianistas (Herrero-Andreu & García-Jiménez, 2020, págs. 208-209).

Lo mismo sucede en la investigación de Jacks (2013). Ella estudia cómo los medios de comunicación tienen una participación efectiva y masiva en el proceso de construcción de la identidad regional en el sur de Brasil, un territorio que forma parte, de lo que se conoce como la zona gaucha.

Antonio Roveda Hoyos (2008), advierte el riesgo que corren las identidades culturales locales frente a los grandes medios de comunicación, tanto nacionales –de las grandes ciudades- como las internacionales, que se limitan a presentar a las culturas locales sólo como una expresión folclórica, de tal manera, que se convierte en un complemento al mensaje nacional o global, mayoritario en su programación, para justificar la “diversidad” cuando en el fondo es un proceso de aculturación. Esta mirada pesimista, recibe, sin embargo, un aliento, porque, aunque no lo menciona directamente, se puede deducir, que, son los medios y los actores sociales locales, los que tienen la responsabilidad, en una interacción diaria y simétrica, dentro de un legítimo proceso de comunicación, de preservar la identidad local, reconociendo el nosotros y al otro como una condición suficiente e indispensable de equilibrio cultural, frente al discurso mediático globalizador.

 

El resurgimiento del nacionalismo indígena

En las dos últimas décadas del siglo XX y las primeras del actual, el resurgimiento del nacionalismo indígena, acompañado de grandes movilizaciones de los pueblos originarios, han marcado la agenda política de varios países. En América Latina, ya en la década de los setenta, Rodolfo Stavenhagen (1981), al plantear las Siete Tesis Equivocadas sobre América Latina, cuestionó la visión de la élite intelectual y política que ignoraba el tema étnico y lo ratifica en un trabajo posterior (Stavenhagen, 2010) como la reivindicación de los derechos de los pueblos originarios a tener su propia identidad dentro del estado-nación, que los ha marginado. Es la respuesta de los movimientos indígenas de México, Guatemala, Chile, Ecuador y Bolivia, países con una importante población originaria, históricamente marginada por los estados nación a los que pertenecen. Al respecto, “La cuestión es clara” dice José Bengoa y agrega “Los indígenas existen en América Latina (y) tienen derechos. Más bien, los van adquiriendo o conquistando, poco a poco. Asistimos hoy a una suerte de conquista al revés” (Bengoa, 2000, pág. 11). En el Perú, no existe ese movimiento étnico-político, pese a la importante población quechua, que, según Luis Andrade (2019), con datos del INEI (2017) el 22.23% de los peruanos se define étnicamente como quechua y el 13.6% considera al quechua como su idioma materno. Hay en el caso aymara algunas declaraciones de dirigentes que se expresan en nombre de la “nación aymara” pero sin la incidencia política de los aymaras de Bolivia y Chile. Los indígenas de las comunidades nativas, ubicadas en la Amazonía, han realizado en los últimos años movimientos reivindicativos, con demandas de reconocimiento cuando defienden sus territorios frente a la presencia de empresas extractivas (minería, petróleo, gas y tala), pero no se articulan con las poblaciones indígenas de la sierra. La Constitución de 1933 reconocía la existencia legal de las comunidades indígenas, pero, en la constitución actual, esas comunidades son campesinas en la sierra y nativas en la selva.

Mujeres huancas con trajes típicos en la fiesta patronal de las cruces
Mujeres huancas con trajes típicos en la fiesta patronal de las cruces

Imagen 2. Mujeres huancas con trajes típicos en la fiesta patronal de las cruces.
Fuente: Correo, 26-05-2016. https://diariocorreo.pe

 

La identidad regional

La construcción de las identidades regionales en el Perú, a fines del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, fue la respuesta de las élites regionales y provincianas –del “gamonalismo”- que controlaba las provincias, al centralismo de la capital del país, la ciudad de Lima, a la que se responsabilizaba del atraso de las regiones. José Carlos Mariátegui, escribió en 1928, que la descentralización no era un movimiento, una corriente, un programa, sino la expresión vaga de un malestar y de un descontento (Mariátegui, 2010, pág. 164). Es recién, a partir de mediados del siglo XX cuando comienza a crecer este sentimiento en los otros sectores sociales, especialmente la clase media, uniendo lo nacional al sentimiento de pertenencia regional. Castells (1999, pág. 5) indica que se trata de un proceso de “reforzamiento de las identidades culturales”, producto del desarrollo de la economía mercantil y la integración vial, que da lugar al reconocimiento de fuertes identidades regionales y locales, que se refuerzan en este periodo de la globalización y globalocación, sin llegar a ser un fenómeno relativamente serio o peligroso para los estados-nación, especialmente latinoamericanos, como la crisis de los mismos Así también lo señala Français (2000, págs. 11-15) por las condiciones sociales y los cambios en las esferas del poder, la ideología y la globalización.

 

La Nación Wanka

El origen del concepto Nación Wanka

El concepto Nación Wanka no está limitado a la ciudad de Huancayo, pese a que se considera su capital y ha sido utilizado de manera oficial por la Municipalidad Provincial de Huancayo (MPH, 2011).[7] Su origen está en documentos coloniales, publicados por el historiador Waldemar Espinoza Soriano (1971), dando cuenta del escudo otorgado por Felipe II en 1564 a Felipe Guacrapaucar, cacique de los Lurin Huanca, en reconocimiento del apoyo que los wankas brindaron a los conquistadores conducidos por Francisco Pizarro para la derrota de los incas. La cultura wanka no es mencionada en ningún libro de historia oficial referido al periodo prehispánico e inca. Pero en base a los trabajos desarrollados por el equipo arqueológico que investigó el valle del Mantaro, dirigido por Cathy Costin y Timothy Earle, y citados por Julián Santillana (2020) es posible tener una mirada del periodo regional (1350-1460 d.C.) y los cambios luego de la conquista del valle del Mantaro por los incas (1460-1533). La primera constatación, es que la cultura wanka abarcó toda la cuenca del valle del Mantaro, incluyendo la zona altina del Canipaco, la meseta de Junín, el valle de Yanamarca y los contrafuertes orientales hasta el Rio Mantaro y no se limita a la provincia de Huancayo.  Se trataba de curacazgos en guerra permanente con asentamientos fortificados construidos en lugares protegidos, una estratificación social muy clara con una la elite gobernante. Demográficamente, la densidad poblacional era elevada por una gran producción de alimentos, especialmente maíz y papa, y abundante ganadería de llamas, alpacas y la presencia de vicuñas y venados. Agrega que la conquista modificó las relaciones internas, llegaron mitimaes de otras zonas, las actividades económicas y el acceso a los recursos de gran valía económica y ritual fue despojado de los curacas locales, convirtiendo al valle del Mantaro en productora de maíz a exigencias del Estado Inca (Santillana, 2020, págs. 294-300).

Torres Pianto (s/f) en un artículo publicado en Wallallo, destaca el carácter belicoso y aguerrido de los wankas que respondió con una larga y heroica resistencia a la conquista imperial cuzqueña. La respuesta fue la destrucción total de los poblados y la deportación en masa de sus habitantes hacia diversas regiones, entre estas, a las actuales regiones de Amazonas y Ayacucho, en medio de “alaridos de dolor y desesperación”. Bonilla, por su parte, hace hincapié en la ausencia de yacimientos arqueológicos que destaquen por su arquitectura, tecnología hidráulica, y agricultura, como andenes y obras de regadío en el valle del Mantaro (Bonilla Di Tolla, 2010, pág. 232) y tampoco hay mayores evidencias de textilería y cerámica, como sucede en otras culturas del mismo periodo, ubicadas en la sierra y la costa.

La temprana fundación de Jauja, uno de los curacazgos, como Capital del Virreinato del Perú y su traslado posterior a Lima, no se debería a la imagen que contempló desde Hatun Xauxa, de un extenso valle feraz en el mes de abril de 1535, en plena maduración de miles de hectáreas de maíz y otros cultivos andinos, sino se explicaría por la alianza con los conquistadores, que es refrendada 30 años después con el escudo concedido a Felipe Huacrapaucar.

Esto además explicaría el temor de los conquistadores frente a un pueblo indómito-los wankas- y fundar Tarma para convertirla en sede de la Intendencia y relegar a Jauja como sede de partido y una ciudad de segundo orden, con obrajes y productora de lana para obrajes en Vilcashuamán (Quiroz Chueca, 2010).

Las otras ciudades del valle, entre estas Huancayo, recién aparecen en la historia, durante la emancipación y la primera referencia es la Jura de la Constitución de Cádiz el 1° de enero de 1813. Los huancaínos destacan esta juramentación como realizada sólo por ellos. Sin embargo, Huancayo no fue la única doctrina que juró la Constitución de Cádiz, ya que esta fue una disposición emanada de las Cortes y que se cumplió en todo el virreinato del Perú. Lima juró el 3 de octubre de 1812, y entre octubre y enero lo hicieron todos los poblados correspondientes a los partidos y a las provincias e intendencia de las que dependían. La doctrina de Huancayo dependía del partido de Jauja, que también juró la Constitución de Cádiz, y a su vez de la intendencia de Tarma (García Torres, 2014; Campos, 2012).

La segunda mención histórica es la Proclamación de la Independencia de Huancayo el 20 de noviembre de 1820, durante la expedición de Álvarez de Arenales a la sierra central, y es la única ciudad que recuerda este hecho, que se cumplió en Huamanga, Jauja, Tarma y Cerro de Pasco.

Sin embargo, el acto más importante, destacado por la historiografía local, es la Batalla de Azapampa, que le valió el Título de Ciudad Incontrastable, y que es detallada por el gobierno regional de Junín en los términos siguientes:

El brigadier español Mariano Ricafort que se encontraba en el sur, marchó hacia el centro arrasando sembríos y destruyendo pueblos. Al ingresar al valle del Mantaro mandó incendiar el pueblo de Huayucachi. El encuentro entre los defensores y los realistas se produjo a las afueras de la ciudad de Huancayo en la zona de Azapampa el 29 de diciembre de 1820 en la que los patriotas sufrieron una cruel derrota (Gobierno Regional de Junín, 2007, pág. 21).

 

Durante la república, en 1839, luego de la derrota de la Confederación Perú Boliviana, se reúne en Huancayo la asamblea constituyente de ese año. José de la Riva Agüero explica esta designación porque el “régimen Confederado había puesto de moda entre nosotros que los congresos se reunirán no en las capitales sino en las villas o en ciudades tranquilas y apartadas” (Riva Agüero, 1956, pág. 95), y todo indica que Huancayo cumplía con estos requisitos. No era una ciudad importante en comparación con Cuzco, Arequipa, Puno, Ayacucho, Huánuco, Tarma, Jauja, entre otras ciudades de la sierra. En 1853, sucede otro acontecimiento y es la abolición de la esclavitud por decreto de Castilla, que ha instalado su gobierno provisional en la sierra central (Rodríguez Pastor, 2005, pág. 43). Una década después el 16 de noviembre de 1864 se da la ley de creación de la provincia de Huancayo, considerado un golpe adverso al “control monolítico de la élite jaujina” y no sólo por la creación de la provincia sino porque Huancayo aumenta su influencia en la parte centro-sur del valle del Mantaro, con cambios en la estructura de control político-administrativo (Alberti & Sánchez Enríquez, 1974, pág. 41). Asimismo, Huancayo se proyecta como el centro comercial más dinámico del valle del Mantaro (Manrique, 1987). Durante la guerra del Pacífico (1879-1884) juega un rol importante en la campaña de la Breña dirigida por Andrés Avelino Cáceres Dorregaray, quien tenía contactos con familias del valle del Mantaro por el lado materno. Así, en el valle se dan hechos heroicos rememorados como victorias contra los chilenos: la batalla de Marcavalle y Pucará a 11 kilómetros al sur y la batalla de Concepción a 21 kilómetros al norte de Huancayo, así como el hostigamiento permanente de las guerrillas de Chupaca y Sicaya, pueblos pertenecientes a la provincia de Huancayo en ese entonces. La llegada del ferrocarril en 1910 la consolida como el núcleo urbano hegemónico en el valle del Mantaro y desplaza a Jauja. Riva Agüero, quien viajó entre Cuzco y Huancayo a lomo de mula en 1912 describe a “la calle Real de Huancayo como la más larga y animada de todas las que he visto en la sierra”, y a la Plaza Huamanmarca, ocupada por “el bullicioso mercado indio” (Riva Agüero, 1956, pág. 94).

La ciudad de Huancayo ha adelantado mucho con el ferrocarril, y se halla en gran prosperidad comercial. No bajará hoy el vecindario de 14,000 almas […] Todos los moradores hablan castellano […]. Junto a los trajes semieuropeos de los blancos y mestizos, aparecen los ponchos y sombrerones de los cholos, los redondos faldellines punzóes, los monillos y las llicllas multicolores, los anacos bordados y ribeteados de plata, los rebosos de bayeta y los negros cotones de mangas cortas de las indias. El tipo es fuerte, elevado y fornido. Muchos propenden a la esbeltez. Físicamente, la raza huanca me parece que lleva la gran ventaja a la quechua y la colla (Riva Agüero, 1956, págs. 94-95).

 

Finalmente, el 15 de enero de 1931 se traslada la capital de Junín de Cerro de Pasco a Huancayo, justificado por la situación desfavorable de Cerro de Pasco para la administración pública por la altura: 4,100 msnm y el clima. Huancayo a 3,200 msnm y con mejor clima, comercio y la productividad agrícola y el auge económico alcanzado, le confería una estratégica posición.

Huancayo, es la ciudad más importante de la sierra central. Tenía al 2018 una población cercana al medio millón de habitantes, y ejerce importante influencia sobre otras ciudades capitales departamentales-regionales de la sierra central, como Huancavelica, Ayacucho, Cerro de Pasco y Huánuco. Los nuevos paradigmas, con sus manifestaciones a través danzas, música, gastronomía, artesanía y valores, considerados propios, están relacionadas con la construcción de esta identidad cultural, pese a que en el valle del Mantaro el quechua ha sido desplazado por el castellano, producto del proceso educativo y la superación del analfabetismo desde comienzos del siglo XX por la presencia de las empresas mineras que reclutaban trabajadores para las minas (Bonilla, 1974). En la actualidad, desde el gobierno regional y la Universidad Nacional del Centro del Perú se impulsa recuperar el quechua wanka.

 

Correo y la identidad Nación Wanka

El análisis del discurso de los medios de comunicación locales en la construcción de las identidades regionales y locales, es una línea de investigación que puede ayudar a la comprensión del nuevo regionalismo que surge en la segunda mitad del siglo XX, diferente al regionalismo que aspiraban los “caciques provincianos” que sobre la base de la propiedad territorial impulsaron, sin mayor éxito, el federalismo y descentralismo en el Perú. En el caso de la identidad Nación Wanka, tiene como constatación empírica la inexistencia de un sentimiento de pertenencia entre el espacio regional de Junín y sus pobladores, a diferencia de las regiones vecinas, donde la identidad local la someten a la identidad departamental. Así, los pobladores de todas las provincias de Huánuco se sienten huanuqueños y lo mismo sucede con Huancavelica y Ayacucho. En el departamento de Junín, son más fuertes las identidades locales y por eso, el jaujino es jaujino, el huancaíno es huancaíno, el tarmeño es tarmeño. Ninguno de ellos se considera asimismo como juninense. En esta pugna, es posible suponer que la identidad “Nación Wanka” va cubriendo ese vacío de identidad regional en los pobladores de las otras provincias con fuertes vínculos con Huancayo, en la medida que el desarrollo de la sierra central del Perú va definiendo a esta ciudad como un polo de desarrollo capaz de revertir el centralismo y la discriminación que esconde elementos étnicos y geográficos, como el calificativo de “cholos”, “indios” o “serranos”, propio de los pobladores de la costa peruana, cuando se refieren a los pobladores de la sierra. A diferencia de los habitantes de otras regiones, el wanka no se avergüenza de su condición de cholo, es incluso de indio. Es interesante constatar que el wanka, tiene una actitud de orgullo y confrontación con los que se burlan del cholo wanka. En su canción emblemática “Yo soy huancaíno” dice, entre otros párrafos:

Yo soy huancaíno por algo, conózcanme bien amigos míos, tengo un caballo bien entrenado, mi lampa al lado y ese es mi orgullo. Con mi sombrero a la pedrada, mi poncho al hombro estilo propio. Cuando bebe un Huancaíno mucho cuidado con las ofensas.

Estudiantes desfilan con civismo por aniversario de la dación de título de Ciudad Incontrastable
Estudiantes desfilan con civismo por aniversario de la dación de título de Ciudad Incontrastable

Imagen 3. Estudiantes desfilan con civismo por aniversario de la dación de título de Ciudad Incontrastable. Fuente: Correo, 14-03-2016. https://diariocorreo.pe

 

Correo y la historia de la Nación Wanka

En este contexto, desde el Diario Correo, se comienza a valorar a la nación wanka con términos como: “lo nuestro”, “lo propio”, utilizando mensajes y proponiendo las agendas públicas, para orientar la opinión y crear consenso local y regional frente a la existencia de un sentimiento de identidad a través de la nación wanka.

El primer elemento, es revalorar la historia wanka. Una revisión de las informaciones, muestra que la identidad de la nación wanka es construida en base al carácter rebelde de los Huancas, tomando como origen su existencia antes de la expansión del imperio de los incas, su fundación como pueblo de indios y su participación heroica en la gesta de la independencia y la guerra del Pacífico.

 

Los wankas son valientes, tienen coraje y aman la libertad.

No se dejaron sojuzgar por los incas. Correo destaca que los wankas jamás se dejaron sojuzgar. En los comentarios a una nota informativa sobre el actual escudo de Huancayo, que es el símbolo de la traición huanca y la alianza con los conquistadores españoles,[8] los comentarios de los lectores justifican la alianza con las huestes de Pizarro:

¿Traición? Defenderse de la agresión voraz y salvaje del imperio de los orejones ¿es traición? ¿Acaso no saben que en nuestro país hubo muchas culturas y etnias?  La corajuda y siempre estoica raza wanka, jamás se dejó doblegar, ni quebrantar por imperio alguno. Los wankas no fueron sojuzgados por los incas; ni españoles, ni chilenos, ni terroristas.[9]

 

Huancayo pueblo de indios. La ciudad de Huancayo fue fundada recién en 1571, durante el gobierno de Toledo, como pueblo de indios. En los aniversarios reivindican este origen, a diferencia de otros pueblos que valoran su fundación como ciudad española. Correo, destaca este origen, como se ve en las ediciones del 1 de junio de 2015 y 31 de mayo de 2016.

Así fue el desfile de aniversario de fundación de Huancayo

Huancayo celebró 443 años de fundación con la participación de la población

Las celebraciones por los 443 años de la fundación de Huancayo como “Pueblo de Indios”, bajo la Advocación de la Santísima Trinidad, continúan. Ayer, la histórica Calle Real retumbó al paso de más de 30 instituciones públicas y privadas, quienes arrancaron vibrantes aplausos a los cientos y cientos de asistentes a este emotivo desfile.[10]

 

Un año después, el 31 de mayo de 2016, publicó:

Huancayo: La ciudad fundada como pueblo de indios. La Incontrastable celebrará 444 años de su fundación bajo la advocación de la Santísima Trinidad:

Huancayo, nació oficialmente como pueblo de indios con una ceremonia celebrada en la plaza Huamanmarca. Hoy tras 444 años, la imagen del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo o ‘Tayta Padre’, aún recibe la devoción de los Huancas. Se formó alrededor del camino inca, situación que mantiene en la actualidad y que se ha convertido en la Calle Real, principal centro de organización de Huancayo en la actualidad.[11]

 

Los wankas en la emancipación

Huancayo jura la Constitución de Cádiz. Es la única ciudad peruana que celebra la Jura de la Constitución de Cádiz. Correo destaca esta celebración así:

“Celebran aniversario de la jura de "la pepa" en Huancayo” “Hace 101 años en la Plaza de "La Constitución", la población se junto [sic] para jurar la Constitución Liberal de Cádiz”.

Todos los 1° de enero se celebra en Huancayo el […] aniversario de la Jura de la Constitución de Cádiz ("La Pepa"), que vendría a ser el origen de las ideas constitucionales que se condensaron en la formación del Perú como un Estado Constitucional independiente que se encuentran básicamente en el nacimiento del pensamiento liberal europeo.

Debido a su tendencia liberal despertó el ansia de independencia. La historia recuerda que la población de Huancayo se movilizo (sic) el 1° de enero de 1813 para jurar la Constitución Liberal de Cádiz y en una ceremonia realizada en la hoy Plaza de "La Constitución", se colocó una piedra con la inscripción y después de dar vivas, la población prometió respetarla.[12]

 

En la edición del 7 de enero, amplían señalando:

“Huancayo y la proclamación de la Constitución de Cádiz”

“La Constitución sirvió como base para los movimientos emancipadores.

"La Incontrastable" juró esta Constitución el 1 de enero de 1813 en la entonces Plaza Comercio”.

El espíritu rebelde y libertario de los huancas ha sido una constante a lo largo de la historia. Y la Plaza Constitución, que este año cumple dos siglos de presencia, es uno de los espacios que alberga parte de esta consigna y de la memoria colectiva de la ciudad de Huancayo. En ella, se juramentó el 1 de enero de 1813 la Constitución Doceañista de Cádiz, promulgada en España en 1812 y cuyos ideales favorecieron a las aspiraciones emancipadoras. […] Estos pensamientos democráticos se difundieron rápidamente en América Hispana […] permitieron ir consolidando una adhesión significativa […] [Huancayo…] poseía una gran población "compuesta de españoles y criollos capaces de apreciar las conquistas de la libertad, cuando en su plaza principal se juró solemnemente la Constitución de Cádiz del año 1812" […] ese mismo día en recuerdo de tal magno acontecimiento se colocó una piedra, hasta hoy visible, que dice: "PLAZA CONSTITUCIÓN- Año 1813" […] es el único signo recordatorio en todo el país de dicha Carta Fundamental".[13]

 

Lucharon por la independencia.

Huancayo juró su independencia en 1820

Huancayo juró el 20 de noviembre de 1820 la independencia durante la campaña de Juan Antonio Álvarez de Arenales por la sierra central, en la llamada Campaña de Intermedios. Es la única ciudad que la celebra, junto con el aniversario de su creación como provincia, el 16 de noviembre de 1864, por la cercanía de ambas fechas. Correo publica:

“Paseo de la bandera y desfile por aniversario de Huancayo” “Celebraron CXCVI años de la Jura y Proclama de la Independencia del Perú en Huancayo”.

Con motivo de la celebración de los CXCVI años de la Jura y Proclama de la Independencia del Perú en Huancayo, se realizó el izamiento del Pabellón Nacional en el parque Huamanmarca, para luego dar pase al tradicional Paseo de la Bandera por la avenida Giráldez y culminar con un desfile organizado por la Municipalidad Provincial de Huancayo (MPH) […]. El alcalde de la provincia, Alcides Chamorro Balvín, estuvo acompañado de diversas autoridades de la región.[14]

Tres mujeres huancas contemplan Huancayo desde el Cerro de la Libertad
Tres mujeres huancas contemplan Huancayo desde el Cerro de la Libertad

Imagen 4. Tres mujeres huancas contemplan Huancayo desde el Cerro de la Libertad.
Fuente: Correo, 19-03-2016. https://diariocorreo.pe

 

Huancayo ciudad incontrastable. Pero el episodio que marca con heroísmo a los wankas es la batalla de Azapampa. Correo publica:

 

“Con civismo inician dación de título de “Ciudad Incontrastable”.

La dación del título Ciudad Incontrastable a Huancayo, no fue un regalo, es el reconocimiento justo al papel que cumplieron los huancas de espíritu rebelde en la guerra con los realistas. El pueblo de Azapampa peleó en una lucha desigual que terminó en masacre. Hoy nos toca rendirles homenaje. Jamás arrear las banderas del progreso, trabajo, progreso y desarrollo. Estamos comprometidos a forjar una ciudad ordenada, moderna y segura.[15]

 

Cinco días después informa:

“Huancayo no pudo ser conquistado”,

Cada 19 de marzo, Huancayo recuerda el valor y ferocidad de los antiguos huancas, que en 1820 se enfrentaron en una guerra desigual al ejército español, sacrificaron sus vidas y defendieron la ciudad que desde entonces fue conocida como ‘La incontrastable’ o la que no puede ser conquistada.

El 29 de diciembre de 1820, más de 5 mil huancas, se armaron de picos, hondas, azadones, palos y unos pocos con armas de fuego, para esperar a los invasores españoles en el sector de Azapampa, al mando del mayor Ascencio Aldao. Los realistas venían desde el Cusco, con el objetivo de sitiar la ciudad, que en épocas pasadas, ni siquiera había cedido a la conquista de los propios incas.

Los españoles, al mando de Ricafort, llegaban con la consigna de matar a los rebeldes huancas y al oficial Álvarez de Arenales, quien un mes antes, el 20 de noviembre, había proclamado la Independencia del Perú en la calle Real.

Un día antes a la masacre de Azapampa, Ricafort llegó con mil 300 soldados españoles bien armados, al hoy distrito de Huayucachi, que quemaron en venganza a la osadía de los huancas por tal proclama de libertad. A las tres de la tarde, en Azapampa, los huancas se enfrentaron a los españoles. Miles ofrendaron su vida, 500 murieron acuchillados.

Admirado por el valor de los huancas, el gobernador provisorio del Perú, Torre Tagle, le dio a Huancayo el Título de “Ciudad Incontrastable” (Ciudad que no puede ser conquistada), el 19 de marzo de 1822.[16]

 

Un día después, en la columna #asi lo tuitearon, el alcalde de Huancayo, nacido en la región Huancavelica, Alcides Chamorro, escribió:

Feliz CXCIV aniversario de la dación del título de Ciudad Incontrastable. Nada se compara a nuestro querido #Huancayo ni al coraje de su gente.[17]

 

Las heroínas Toledo. Las hermanas Toledo, pobladoras de Concepción, a 21 kilómetros al norte de Huancayo, participaron en la lucha por la independencia. Con el titular Homenaje a las Heroínas Toledo, se informa que toda la ciudad de Concepción fue embanderada. Las hermanas Toledo cortaron las cuerdas que sostenían un puente sobre el rio Mantaro impidiendo que tropas del ejército colonial avancen sobre Concepción, San Jerónimo y Huancayo.

La campaña de la Breña. Durante la guerra del Pacífico, luego de la toma de Lima por el ejército chileno, la resistencia del ejército patriota se trasladó a la sierra central.  El valle del Mantaro fue escenario de los enfrentamientos entre el ejército chileno y el ejército peruano durante la campaña de la Breña, dirigida por Andrés Avelino Cáceres. Correo da cuenta de la batalla de Marcavalle y Pucará:

“Honor y gloria a 133 años de la Campaña de la Breña” “Más de 2 mil actores recrearon las batallas de la Campaña de la Breña en Marcavalle y Pucará, el cual culminó con victoria del Ejército peruano, el cual luchó con fervor y patriotismo al mando del ‘brujo de los andes'”.

Honor y gloria, a los hombres y mujeres que lucharon en la Campaña de la Breña. Honor y gloria, a todos los peruanos que aún siguen apostando por este lugar llamado Perú, serían unas cortas palabras para resumir todo lo que el día de ayer sucedió en Marcavalle y Pucará.

Soberanía. Con la participación de más de 2,000 actores en escena se desarrolló, una vez más, la escenificación de los hechos heroicos de las batallas de Marcavalle y Pucará. En la cual el Ejército peruano se enfrentó con bravura y patriotismo al Ejército chileno, el cual venía avanzando con ferocidad hacia la zona centro del Perú. Pero la inteligencia de Andrés Avelino Cáceres, les puso fin […]. La estrategia que empleó Andrés Avelino Cáceres, apodado como el “Brujo de los Andes”, fue la guerra de guerrillas, la cual tuvo el objetivo de cansar al enemigo y así vencerlos.[18]

 

El ejército peruano estaba constituido en su mayoría por pobladores del valle del Mantaro, especialmente de la provincia de Huancayo.

9 de julio en Concepción En la misma guerra del Pacífico se da la Batalla de Concepción. Correo informa:

“Concepción revive gesta heroica del 9 de Julio” “600 actores teatralizaron acción heroica del 9 y 10 de julio”. “Ceremonia se inició al medio día en Museo de Lastay”,

Frente a la iglesia Matriz que fue quemada por el invasor araucano y la plaza de Armas fiel testigo de los funestos hechos de 1882, a las 3 de la tarde, con profundo dramatismo, realismo y patriotismo, 600 actores revivieron la desafiante humillación que hicieron sentir a los chilenos quienes solicitaban 200 doncellas, para dar rienda suelta a sus instintos.

Con replicas [sic] de armas, uniformes y coreografía de ese entonces, desde 3 frentes liderados por Ambrosio Salazar, Luis Vilca, Eduardo Salazar y los guerrilleros comasinos, aproximadamente a las 3 de la tarde hicieron su ingreso a la plaza de Armas, donde el ejército chileno había tomado posición exigiendo 200 doncellas concepcioninas.

Después de 17 horas de lucha desigual, donde se percibió la valentía y coraje de los concepcioninos, que no tuvieron miedo a los galeones, caballos, botas y al armamento superior del invasor araucano, defendieron a ultranza con sus vidas la soberanía del suelo patrio y la dignidad de la mujer concepcionina, con hondas, lanzas, escopetas de retrocarga y otras armas que les servían como defensas frente a los rifles y caballería del invasor.

 

Esta recreación del pasado heroico es propia en la construcción de identidades, cuando se buscan elementos de “orgullo”. Por eso los términos de “aguerrido” para el wanka está relacionada con términos semejantes cuando se refieren a los pobladores del valle del Mantaro a lo largo de su historia, constituyéndose en parte esencial de la visión épica del discurso que exaltan la rebeldía, el coraje, como rasgos distintivos de la moderna “Nación Wanka”.

 

Correo y la identidad cultural wanka

Hay una danza que condensa el espíritu del wanka y que a través de ella se autodefinen como parte de ese grupo, aun cuando no los ligue ninguna relación étnica e incluso haber nacido en otro departamento. Muchos de los wankas son de familias que han migrado de Tarma, Jauja, Concepción e incluso de otros departamentos con mayor identidad, como Ayacucho, Huancavelica y Cerro de Pasco.

 

El huaylarsh: danza emblemática de la cultura Wanka

En el folklore de los wankas la danza característica es el Huaylarsh Wanka, danza que ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Nación por la Resolución Directoral 192 INC del 23 de febrero del 2005, donde se reconoce sus claras raíces prehispánicas. No se cultiva sólo en la zona sur del valle del Mantaro, sino se ha extendido a casi todas las ciudades de la sierra central, e incluso ha llegado con fuerza a Lima.

Siendo la danza emblemática de los wankas, Correo da una gran cobertura a todos los eventos relacionados con la misma, en todos los distritos de Huancayo. Las notas informativas son acompañadas con muchas fotografías. Solo en el mes de marzo del 2016 se tiene las siguientes notas:

Huamancaca Chico celebró su concurso de Huaylarsh viril con gran afluencia.

Un colorido pasacalle acompañó el desarrollo de esta actividad costumbrista y busca mover la economía de la zona…Los premios estuvieron valorizados en 15 mil nuevos soles… danza más afamada del valle del Mantaro”.[19]

 

Cuando se juntan dos actividades se destacan como algo propio de ellos, en este caso la danza y la comida típicas. Así indican “Zapatean y más de mil degustan ceviche tropical”, “Temblaron las calles por el zapateo de más de 100 elencos”.[20] Otra nota sobre la misma danza indica “Huancayo celebró al ritmo de Huaylarsh sus 194 años como ciudad incontrastable” y la fotografía muestra a las autoridades bailando huaylarsh.[21] En Chilca, en la Feria de Quasimodo realizan un concurso de huaylarsh con la “finalidad de rescatar y revalorar nuestra identidad cultural”[22] e incluso que “Reciben a turistas con huaylarsh y muña”. Una fusión de la modernidad y la tradición se expresa en el concurso nacional de Huaylarsh Nación Huanca donde se elige a Miss Wambla. Otra expresión de esta fusión, es que, en la feria de Quasimodo, junto al concurso de huaylarsh, se realiza un festival de rock y de cumbia andina.

 XXVII concurso de Huaylarsh Nación Wanka, el más importante evento de la danza emblemática de los huanca
XXVII concurso de Huaylarsh Nación Wanka, el más importante evento de la danza emblemática de los huanca

Imagen 5. XXVII concurso de Huaylarsh Nación Wanka, el más importante evento de la danza emblemática de los huanca.
Fuente: Correo, 24-04-2017. https://diariocorreo.pe

 

Conclusiones

  1. La identidad Nación Wanka y la ciudad de Huancayo, como su capital, en la sierra central del Perú, es una construcción singular, porque reivindica su origen como pueblo de indios y, en este proceso, el diario Correo es un difusor de esta identidad a través de las notas periodísticas, valorando este origen que no afecta a los wankas y por el contrario lo hacen suyo.
  2. La historia de Huancayo y los wankas ha sido recreada para explicar sus orígenes prehispánicos, pero destacan su condición de ciudad republicana, que despega en el siglo XIX, cuando logra pasar de pueblo a ciudad, y se consolida con el ferrocarril, la carretera central y la instalación de importantes centros comerciales y fabriles en la primera mitad del siglo XX, que la lleva a ser designada capital del departamento de Junín.
  3. Correo presenta al pueblo wanka como que nunca se doblegó. Asumen la alianza con los conquistadores como una necesidad frente a la opresión del Tawantinsuyo, se precian de haber jurado la Constitución de Cádiz y haber derrotado a los españoles en la batalla de Azapampa y no cargan con el trauma de la derrota frente a Chile en la Guerra del Pacífico, ya que la Campaña de la Breña en la sierra central del Perú, dirigida por Andrés Avelino Cáceres Dorregaray, significó victorias de los “wankas” frente al invasor (Bonilla Di Tolla, 2010, pág. 23).
  4. Correo cuando difunde las expresiones culturales propias de los wankas especialmente el Huaylarsh, presenta a este pueblo como alegre, y con otros valores positivos, que se supone le pertenecen a la nación Wanka: laboriosidad, heroicidad, virilidad, creatividad, los que refuerzan la autoestima y la identidad wanka.


Anexo. Lectoría de diarios en la ciudad de Huancayo, 2016.

Orden

Diario

%

Miles de lectores

1

Correo

32.3

88.4

2

Trome

3.0

8.1

3

Ojo

2.6

7.2

4

El Comercio

2.6

7.1

5

La República

1.8

4.9

6

Perú 21

1.8

4.8

7

Libero

1.4

3.9

8

Depor

1.2

3.3

9

El Popular

1.1

3.0

10

Otros diarios

1.2

3.3

Fuente: CPI (2016).

 

Notas:

[1] Entre los autores de artículos académicos publicadas sobre identidades regionales, consultados para esta investigación, se encuentran:  Mar De Fontcuberta (1997); y, Esperanza Herrero-Andreu con Leonarda García-Jiménez (2020), ambas publicaciones tratan sobre España; Nilda Jacks, (2013) sobre Brasil; Antonio Roveda Hoyos (2008), Colombia; Gilberto Giménez (2011) y Teresa Páramo Ricoy (2004); y, en el caso peruano la tesis doctoral de Gladys Georgina Concha Flores (2009).

[2] Tenemos, entre otros el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR, 2003), DESCO (1989), Acevedo (2012) y Zapata (2010).

[3] La investigación se desarrolló entre agosto de 2016 y marzo de 2017, con el apoyo de Ana Rojas y Jimena Miramira, entonces estudiantes del X Ciclo de la Escuela Profesional de Periodismo de la UJBM.

[4] El Estado de Rio Grande do Sul forma parte del territorio gaucho, y limita con las llanuras y zonas adyacentes de Argentina, Uruguay y a través de Argentina, con Paraguay.

[5] La población en 1940 era de 7,023,111 (censada 6,207,967). El Perú era predominantemente rural. La distribución demográfica por regiones naturales demostró que en 1940 el 65% del total residía en la sierra, el 28,3% en la costa, y el 6,7% en la selva. El 45% de la población se declaraba indígena, el 37% mestiza, el 15% criolla, el 2,5% negra y el 0,5% asiática.

[6] Finalizada la Segunda Guerra Mundial, en las décadas del 50 y 60, se desarrolla la descolonización en África, Asia y Oceanía, con el surgimiento de nuevas naciones. Es el último proceso de construcción del Estado-Nación sobre la base de las colonias europeas en esos continentes. Esto va disminuyendo en las décadas posteriores, pero surgen movimientos reivindicativos escisionistas en países federativos como Yugoeslavia y Canadá. En España e Inglaterra, reinos que congregan a antiguas monarquías o ducados, cada uno con sus propias particularidades, pero que buscan su propia identidad nacional.  

[7] “…nuestro ámbito territorial, todo lo cual se pone a consideración de la ciudadanía, las autoridades y funcionarios como una guía de acción hacia la construcción del futuro de nuestra Nación Wanka” (MPH, 2011, pág. 5).

[8] Correo (Huancayo), 5 de febrero de 2015.

[9] “El escudo de los Huancas”. Correo (Huancayo), 5 de febrero 2015.

[10] Correo (Huancayo), 1 de junio de 2015. Edición digital actualizada.

[11] Correo (Huancayo), 31 de mayo de 2016. Textos de Germán Castillo.

[12] Correo (Huancayo), 2 de enero de 2014.

[13] Correo (Huancayo), 7 de enero de 2014.  Textos de Marco Silvestre.

[14] Correo (Huancayo), 8 de noviembre de 2016.

[15] Correo (Huancayo), 14 de marzo de 2016, pág. 11.

[16] Correo (Huancayo), 19 de marzo de 2016, pág. 10.

[17] Correo (Huancayo), 20 de marzo 2016, pág. 4.

[18] Correo (Huancayo), 11 de Julio de 2015. Textos de Wilder Huaroc.

[19] Correo (Huancayo), 2 de marzo de 2016, pág. 24.

[20] Correo (Huancayo), 25 de marzo de 2016, pág. 28.

[21] Correo (Huancayo), 20 de marzo de 2016, pág. 4.

[22] Correo (Huancayo), 23 de marzo 2016, pág. 5.

 

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Cómo citar este artículo:

CAMBORDA LEDESMA, Juan Francisco, (2021) “Fortaleciendo identidades regionales: la Nación Wanka y el diario Correo”, Pacarina del Sur [En línea], año 12, núm. 45, octubre-diciembre, 2020. ISSN: 2007-2309.

Consultado el Miércoles, 16 de Octubre de 2024.

Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1925&catid=6