Raúl Fornet-Betancourt: Intersubjetividad, Diálogo y Ética Intercultural. Una interpretación desde la filosofía Latinoamericana[1]
Universidad del Tolima, Colombia
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
A la memoria del Maestro/Filósofo Álvaro B. Márquez- Fernández
La necesidad de seguir promoviendo temas no vistos de forma positiva por los grupos cerrados del poder, y aquellos que han hecho de la academia grupúsculos tradicionales, sistémicos y funcionales a los intereses de los de arriba, se constituye en una apuesta de ir a contra-corriente de ese tipo de historia y asumir un compromiso ético-político en función de las luchas, los sentimientos y las emociones de los grupos de abajo.
Precisamente, es la propuesta que configura el senti-pensar/acción del libro escrito por la pensadora Dra. Zulay C. Díaz Montiel,[2] la cual parte de establecer un diálogo abierto con la obra/pensamiento e ideas del filósofo cubano Raúl Fornet-Betancourt en el campo de los estudios interculturales, la intersubjetividad y la interpretación de los discursos de las culturas desde la filosofía Latinoamericana. La responsabilidad realizada por Díaz Montiel, se constituye en un estribo que impulsa otras discusiones enfocadas a re-pensar una episteme congruente con la praxis y la condición humana de los de abajo.
La narrativa expuesta, plantea una hilo analítico que constituye la capacidad dialógica de los sujetos entre las culturas, lo que implica un punto de enunciación el cual permite reconocer la existencia de un proceso comunicativo polifónico e intercultural, ya que genera las condiciones necesarias para instituir una lógica hermenéutica basada entre el intercambio horizontal de las culturas, a partir de la condición emancipatoria del sujeto en su propio espacio de existencia/resistencia por otra realidad social más acorde al buen vivir en comunidad.
El proceso teórico realizado por la pensadora Zulay Díaz, se convierte en una columna de gran envergadura, debido a que reconoce la importancia que representa en el espacio epistémico la perspectiva intercultural, descolonizadora y subalterna, puesto que pretende ir más allá de la dimensión normativa, lineal y vertical de concebir la cultura como un dispositivo de imposición funcional a los intereses de los grupos hegemónicos.
Por el contario, la apuesta del libro radica en establecer un diálogo horizontal desde los principales preceptos que configuran el pensamiento filosófico de Fornet- Betancourt, el cual basa parte de sus teorías en la necesidad de superar la noción eurocéntrica del conocimiento, y dar paso a un canal de convergencia inter-cultural que tenga la posibilidad de comunicar las corrientes conceptuales entre los escenarios fundamentales/conflictivos de Europa y América Latina. Así pues, Díaz Montiel. plantea un ejercicio hermenéutico de larga duración, basado en el análisis del discurso filosófico y el rol esencial que constituye la praxis del sujeto por promover un quehacer solidario, co-laborativo y social que permita la interacción desde y con la otredad en medio de sus diferencias socio-culturales de fondo, es decir, una praxis ética intercultural.
La discursividad concebida en la obra de Díaz, se forja como un campo epistémico de carácter contra-hegemónico, el cual irrumpe con las discusiones tradicionales, lineales y monolíticos de analizar la cultura, por el contario, se funda en una propuesta alterna que va en función de un logo de enunciación que asume la interculturalidad como un proceso socio-político legitimado por las demandas, necesidades y sentires de los grupos subalternos y los medios populares en los espacios públicos democratizados.
En efecto, la necesidad de promover el uso democratizado y horizontal de los poderes populares, simboliza un diálogo intercultural que parte de la condición particular del sujeto, aunque apuesta por impulsar la constitución de un espacio de encuentro, des-encuentro y reconocimiento desde la condición de libertad, crítica y praxis ética de los sujetos en un escenario de debate, reflexión y divergencia frente a lo lógica individualista, utilitarias y tradicional orientada a des-legitimar y des-prestigiar las razones, afectos y sentimientos del otro, al ser un nos-otros permeados de valores, historias y narrativas pluriverbales y de buen vivir en comunidad.
La emergencia de reconocer un sujeto dialógico que pueda constituir un conjunto de narrativas, las cuales responde a su contexto inmediato y de procesos inter-culturales desde y con la otredad, se constituye en la posibilidad de asumir una praxis ética en el plano convivencial y político, a partir de la dimensión de las luchas/resistencias por otras realidades alternas y polifónicas ante la crisis sistémica. A su vez, permite plantear una propuesta que va en contravía de los discursos oficiales, institucionales y mediáticos que hacen de la interculturalidad un instrumento de dominación por parte de las élites, dejando a un lado el sentido real de construir otros posibles escenarios que hagan peso a la crisis civilizatoria de nuestra época.
Por tal motivo, la interculturalidad que asume Díaz de forma horizontal desde la dimensión epistémica del pensamiento de Fornet – Betancourt, personifica un campo epistémico que irrumpe con las discusiones moderna/coloniales, dándole sentido a las experiencias del sujeto colonizados y los pueblos sometidos a las violencias, el despojo y la miseria por parte de los grupos hegemónicos en los territorios. Lo que simboliza, dar un salto revolucionario hacia una concepción filosofía intercultural que ve al mundo como una construcción de oportunidades culturales, desde la praxis dialógica entre iguales y desiguales por fundar otra realidad que haga peso a las problemáticas estructurales de las sociedades sometidas a la racionalidad instrumental propia del sistema capitalista.
La obra de Z. Díaz, nos conlleva a plantear un cumulo de narrativas epistémicas que contribuyen a la construcción de discursos afines a las necesidades/luchas de los grupos de abajo. Puesto que reconoce un tipo de filosofía utópica que examine la interculturalidad como aquellos procesos de larga duración construidos desde las dimensiones: social-racional-afectiva-emocional del sujeto en el marco de un pensamiento utópico que sea congruente con pensar desde la reflexión otro espectro posible del mundo más allá del velo abismal de la modernidad/colonialidad.
Lo que denota un punto de enunciación crítico, el cual considera la experiencia del sujeto como una dimensión intersubjetiva que sirve para constituir herramientas, esquemas y concepciones propia de una praxis transformativa, de resistencia y popular al servicio de las luchas de los grupos subalternos, siendo el reflejo por tomar una conciencia política orientada a la posibilidad de ir en contra-vía de las narrativas oficiales, burocráticas e instruccionales del poder hegemónico/colonial de las sociedades modernas.
La presente obra, está compuesta de la siguiente forma: 1) en el primer capítulo, se presenta una cuestión sobre el logos filosófico en su praxis intercultural, lo que significa reconocer la jerarquía de los estudios interculturales en diálogo con otras disciplinas de las ciencias sociales y las humanidades, al mismo tiempo su rol epistémico al ser un tema pertinente en los debates contemporáneos de las ciencias en el Sur-Global.
En el segundo capítulo, denominado “Intersubjetividad intercultural”, Díaz se propone una discusión epistémica sobre el Yo- Tú y él Nos – otros desde la dimensión de una hermenéutica intercultural en Latinoamérica, lo que deviene en proponer la existencia de una pluralidad teórica, conceptual y metodológica que logre cohesionar desde una dimensión dialógica, crítica y auto-crítica la condición de las culturas inmersas en un mundo globalizado.
Con respecto, a la tercera parte del libro intitulada “Diálogo intercultural”, se logra dar el salto hacia una construcción epistémica desde la condición subalterna del sujeto, lo que podría reconocerse como un insumo a las narrativas que configuran los estudios de(s)coloniales, por un lado, asume la importancia de pensar el plano interdiscursivo y con-vivencial en el acuerdo dialógico con el otro, enfocado a la constitución de una praxis de liberación hacia y con los de abajo.
Por otro lado, asume la necesidad de reflexionar sobre el sujeto que se desprende en el proceso del diálogo intercultural, a partir de la emergencia por cuestionar la modernidad/colonialidad, para así proponer la necesidad de un pluriverso que sea congruente con las luchas/demandas de los actores subalternos. Por ende, esboza la necesidad de superar el imperio teleológico y dar sentido a la condición socio-cultural de la alteridad.
En el último capítulo, se centra en la concepción de una ética intercultural, la cual pueda articularse con los fenómenos recientes: violencia, corrupción, miseria, deshumanización y la crisis sistémica de carácter civilizatoria entre otras. Por ello, re-construye una discusión sobre el derecho humano a la convivencia intercultural de un Nos-otros, aquí bosqueja la necesidad de una praxis política desde la condición de la otredad, siendo posible identificar la dimensión que denota la interculturalidad, a partir de una apuesta hacia una sociedad justa, ética y digna en función de las luchas socioculturales de los de abajo.
La obra de la filósofa venezolana Zulay Díaz, se constituye en un referente en el campo de los estudios interculturales críticos, aquellos que están enfocados en re-pensar las relaciones de dominación, explotación y utilitarismo que existen en nuestras sociedades. Lo que implica, ir más allá de la lógica instrumentalista propia de la modernidad-capitalista, para dar el salto hacia una perspectiva de descolonizar las relaciones patriarcales, sexistas y coloniales que per-existen en nuestros tiempos. De esta manera, aspectos como la autonomía, la libertad, los derechos humanos y la dignidad se instituyen en los pilares que configurarían una perspectiva alterna sobre la interculturalidad, que haga peso a la visión normativa/burocrática propia de la alineación de los discursos por parte del neoliberalismo.
La apuesta de nuestra realidad caótica y sumida en un mundo de complejidades y crisis, nos remite a una esfera en donde los espacios coactivos logren ser un canal de transformación política, que pueda servir como una plataforma de denuncia, lucha e información popular, siendo el reflejo por superar la cultura colonial, dominante y represiva que ha constituido el pensamiento moderno/colonialista propio del capitalismo. Al mismo tiempo, se convierte en un espacio que interpela la noción de las prácticas de la interculturalidad, pensada desde la noción del sujeto “civilizado”, por el contario, se asume el reconocimiento/legitimidad de la alteridad desde su propia condición humana y sociocultural, la cual parte de la diferencia desde la otredad en la esfera pública/privada de la sociedad.
En últimas, el libro de Díaz Raúl Fornet-Betancourt: Intersubjetividad, Diálogo y Ética Intercultural. Una interpretación desde la filosofía Latinoamericana, nos permite reconocer la vitalidad epistémica que implica categorías analíticas como: la ética intercultural, la intersubjetividad de la realidad subalterna y el diálogo abierto/horizontal con la otredad, siendo un tema de gran relevancia en las ciencias sociales, a partir de la discusión reciproca con el filósofo cubano, lo que implica lograr legitimar el sentido de las transformaciones interculturales desde la condición de una filosofía Latinoamericana.
Parte de estos argumentos y reflexiones, se logran describir en la obra de nuestra pensadora del Sur-Global, la cual queda en deuda con sus lectore/as, ya que podríamos solicitarle o invitarla a una segunda versión de su obra. Cuando sabemos que vivimos tiempos difíciles en donde las derechas e izquierdas sistémicas, siguen desconociendo las luchas/demandas de los movimientos, colectivos, pueblos y organizaciones: sociales, indígenas, negras, populares y campesinas, los cuales exigen otros mundos posibles, necesarios y urgentes donde podamos coexistir en una dimensión de ética intercultural desde y con los grupos subalternos en sus territorios.
Notas:
[1] Zulay C. Díaz Montiel, Brasil: Nova Petró-polis: Nova Harmonia/Universidad del Zulia, 2017, 96 pp.
[2] La Dra. Zulay C. Díaz Montiel, es investigadora del Centro de Estudios Sociológicos y Antropológicos (CESA) de la Universidad del Zulia (Venezuela). Actualmente, es directora de la prestigiosa Revista Utopía y Praxis Latinoamericana. Véase: https://produccioncientificaluz.org/index.php/utopia/pages/view/equipoeditorial
Cómo citar este artículo:CAPERA FIGUEROA, José Javier, (2020) “Raúl Fornet-Betancourt: Intersubjetividad, Diálogo y Ética Intercultural. Una interpretación desde la filosofía Latinoamericana”, Pacarina del Sur [En línea], año 11, núm. 42, enero-marzo, 2020. ISSN: 2007-2309.
Consultado el Martes, 10 de Diciembre de 2024.Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1857&catid=12