Andrés Kozel

 

Siendo estudiante del posgrado en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México a comienzos de los años 2000, era inevitable asociar el nombre y la figura de Ricardo Melgar Bao al Perú, al legado de José Carlos Mariátegui, a aquellos tomos suyos sobre la historia del movimiento obrero latinoamericano y a cierto modo de hacer antropología. Primero lo conocí a través de referencias de amigos comunes como Horacio Crespo y Ezequiel Maldonado. Luego, hacia 2005, lo conocí en persona a raíz que integró el jurado de mi tesis doctoral (Kozel, 2006); la cual leyó con apasionado interés y rigurosidad. Gracias a Ricardo conocí a Jorge Fuentes Morúa, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana y biógrafo de José Revueltas; y gracias a Jorge, conocí mejor la obra de Revueltas y pude entrever las intensas facetas del mundo andino. Ezequiel Maldonado, publicó en una edición anterior de Pacarina del Sur un texto acerca de los entrelazamientos de Jorge Fuentes con la obra de Revueltas y el mundo andino (Maldonado, 2012).

Poco tiempo después de mi examen doctoral, inicie un estudio sobre la revista Humanismo (Kozel, 2007);[1] una publicación inicialmente dirigida por Mario Puga, un exiliado aprista en México, a mediados del siglo XX. Ricardo se interesó en este trabajo, sobre el cual conversamos. Los resultados de aquellas investigaciones los plasmé en un texto en el cual le agradecía a Ricardo por su apoyo; el cual se fue incrementando en posteriores proyectos. Incluso llegó a proponerme la fantástica aventura de ir juntos a entrevistar a un viejo aprista “que había conocido personalmente a Mario Puga”. El señor, ya muy anciano, vivía en un pequeño pueblo mexicano; creo que en un confín del estado de Puebla. Recuerdo bien aquel viaje en auto con Ricardo: el sol espléndido, el aire cristalino, los perfiles de los volcanes, y la entrevista, emotiva en su laconismo.

Fotos tomadas por Ricardo en el camino Cuernavaca-Puebla, diciembre de 2019
Imágenes 1 y 2. Fotos tomadas por Ricardo en el camino Cuernavaca-Puebla, diciembre de 2019.
Fuente: Archivo familiar Melgar Tísoc.

Visitamos algunas veces a Ricardo y su familia en su casa de Cuernavaca; ese fantástico espacio de austera belleza que servía de encuentro. Recuerdo asimismo que Ricardo colaboró en 2008 con un artículo para Nostromo, Revista Crítica Latinoamericana, una iniciativa editorial en la que me había embarcado entonces. También lo recuerdo hablando, durante alguno de nuestros últimos encuentros en México, de algunos episodios de violencia en Morelos que le preocupaban.

Nosotros, finalmente, regresamos a Argentina. Aquí volví a ver algunas veces a Ricardo, quien solía venir a Buenos Aires por distintas razones: los encuentros de historia de las izquierdas organizados por el CeDInCI, a visitar amigos (entre los cuales está Hugo Biagini), a acudir a alguna terapia médica específica. En una de esas visitas, conferenció en el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) en donde trabajo. Más de una vez vino a cenar a nuestra casa. Conversé sobre Ricardo y “sus temas” con Osmar Gonzáles Alvarado, que por un tiempo fue agregado cultural del Perú en Buenos Aires; con Martín Bergel, gran conocedor y también amigo común. Regularmente también intercambiamos información sobre Ricardo y su familia con Eduardo Devés; otro amigo común, a quien en los últimos años he visto con más frecuencia que a Ricardo dada la proximidad entre Buenos Aires y Santiago de Chile. Más recientemente, nos llegó el extraordinario testimonio de Ricardo sobre el Covid-19 (Melgar Bao, 2020), que hay que agradecerle (y también agradecer a su médico Homero y a Marcela Dávalos, quienes lo estimularon a escribirlo en tan delicada circunstancia). Muy poco antes, nos llegó un magnífico estudio escrito por Ricardo sobre el pensamiento haitiano de la década de 1920 (Melgar Bao, 2020b), uno de sus últimos trabajos de aliento y que plasma la amplitud de sus intereses y de su coherencia analítica. Su texto le dio un formidable impulso a una iniciativa editorial reciente: Wirapuru, Revista Latinoamericana de Estudios de las Ideas.

El nombre de Ricardo Melgar quedará asociado en mi recuerdo a los temas y experiencias mencionados; pero también y, sobre todo, a una serie de cualidades que no son fáciles de hallar, y menos, todas juntas en un mismo individuo: pasión por el trabajo intelectual, compromiso con las mejores causas, generosidad y bonhomía. Esa idea crucial del “dar y recibir”, que aparece en su testimonio sobre la experiencia del Covid-19: lógica digna -esa del “dar y recibir”-, a contracorriente de la desestructuración del tejido social debida a la expansión del neoliberalismo. Resumiendo, entonces, lógica digna y a contracorriente se puede decir también, con algún ahorro de palabras, en apenas dos: Ricardo Melgar.

Ricardo Melgar en Cuernavaca, 2010
Imagen 3. Ricardo Melgar en Cuernavaca, 2010.
Fuente: Archivo familiar Melgar Tísoc.

 

Notas:

[1] [N. E.]: Una versión previa de este texto puede consultarse en: http://ignorantisimo.free.fr/temp/revistas/PDF/Art%C3%ADculos/Latinoamerica%20en%20la%20primer%20etapa%20de%20Humanismo.pdf 

 

Referencias bibliográficas:

  • Kozel, A. (2006). La Argentina como desilusión. Contribución a una historia de la idea del fracaso argentino (1900-1955) [Tesis de doctorado en Estudios Latinoamericanos]. Universidad Nacional Autónoma de México. Obtenido de http://132.248.9.195/pd2007/0609926/Index.html
  • _____ (2007). Fugaz convergencia indoamericanista: Latinoamérica en la primera etapa de Humanismo (México, 1952-1954). En A. Kozel, América Latina: convergencia y divergencias (págs. 29-51). Universidad Nacional Autónoma de México.
  • Maldonado, E. (2012). Jorge Fuentes Morúa y ¿sus? vasos comunicantes. Pacarina del Sur [en línea], 3(10). Obtenido de http://pacarinadelsur.com/home/brisas/376-jorge-fuentes-morua-y-isus-vasos-comunicantes
  • Melgar Bao, R. (2008). Notas para leer un proceso de la intelectualidad oligárquica: Balance y liquidación del novecientos. Nostromo, Revista de Critica Latinoamericana(1), 18-28.
  • _____ (2020a). “Me falta el aire”. Testimonio de vivir y sobrevivir al Covid 19. La Corriente. Revista de Política y Cultura, 1(1), 7-12. Obtenido de https://drive.google.com/file/d/1P9H0Nks2jqjh9kNMI8M2pH6qEbpSzahB/view?fbclid=IwAR1uwigxIvasl4cKHtVRBic8dzIRb1IfBslDFfuAnq_3JZ8C_H3uEqHkPnc
  • _____ (2020b). Pensamiento haitiano. Entre La Revue Indigène y la Unión Patriótica, 1920-1930. Wirapuru. Revista Latinoamericana de Estudios de las Ideas, 1(1), 4-19. doi:http://doi.org/10.5281/zenodo.4242903