A tres décadas de su existencia, el zapatismo reinventa y fortalece su organización y apuesta por el común y la no propiedad. Fragmentos y selección de comunicados[1]

Ezequiel Maldonado

 

 

¿De qué tenemos que pedir perdón?
¿De qué nos van a perdonar?
¿De no morirnos de hambre?
¿De no callarnos en nuestra miseria?
¿De no haber aceptado humildemente la gigantesca
carga histórica de desprecio y abandono?
¿De habernos levantado en armas cuando
encontramos todos los otros caminos cerrados? (…)
¿Quién tiene que pedir perdón
y quién puede otorgarlo?

Sub Marcos

 

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Fuente: fotografía del autor

¿De qué nos van a perdonar? Fue la certera y fulgurante respuesta a la formalización del perdón que ofreció el gobierno federal a los zapatistas el 18 de enero de 1994, días después del alto al fuego ante el ¡Ya Basta! de los indios mayas, ese primero de enero. En ese texto fundamental ya se perfilan indicios de lo que sería el zapatismo, con una señal en agosto de 1995: “Somos producto del encuentro de la sabiduría indígena, con la rebeldía y la valentía de la generación de la dignidad, que alumbró con su sangre la oscura noche de las décadas de los sesenta, setenta y ochenta” (Subcomandante Marcos, 1998). Hoy, 2024, el presidente en turno los tendría que perdonar por seguir vivos, a pesar de la escalada de violencia y el escenario de guerra civil en Chiapas. El texto es la memoria del presente con una vigencia extraordinaria: “Quien tiene que pedir perdón y quién puede otorgarlo? ¿Los que durante años y años se sentaron ante una mesa y se saciaron mientras con nosotros se sentaba la muerte, tan cotidiana, tan nuestra que acabamos por dejar de tenerle miedo? ¿Los que nos llenaron las bolsas y el alma de declaraciones y promesas?” (Subcomandte Marcos, 1998).

Esa frase ¿De qué nos van a perdonar? sigue gravitando al paso de los años, de los sexenios. Carlos Salinas “formalizó el perdón” hacia los zapatistas; Ernesto Zedillo y Esteban Moctezuma los traicionaron; Fox en 15 minutos terminaría el conflicto. Felipe Calderón militarizó Chiapas; Peña Nieto jugó al olvido; con López Obrador el paramilitarismo y la sorna; los zapatistas han resistido la guerra de baja y alta intensidad,  a la indiferencia y las provocaciones del  “crimen organizado” y los paramilitares.  En esos sexenios, el zapatismo ha mostrado su fortaleza y hoy podemos decir que ha sido un parteaguas social global, con un giro radical en la cultura mexicana. Asimismo, ha  dejado “atrás los efímeros vientos conservadores y el desaliento […] ante la caída del muro de Berlín […] para abrir la puerta a la esperanza de un verdadero cambio radical […]” (Aguirre, 2023 - 2024). Treinta años resistiendo, organizando, floreciendo en medio de la crisis de mayor intensidad del capitalismo mexicano.       

Desde su aparición pública con el ¡ya basta! de 1994, los zapatistas han conmovido a vastos sectores populares, a nivel nacional e internacional, con múltiples ideas e iniciativas, proclamas y rebeldías que, en México, han trastornado el caduco sistema de partidos y el régimen presidencialista vigente. En una de sus más atrevidas iniciativas, “La travesía por la vida”, reafirman su espíritu internacionalista, combaten la falacia de indígenas aislados y pueblerinos –aldeanos vanidosos decía Martí, feroz crítico de la engreída criollidad–, de sus logros parroquiales. Viajan a confines otrora inaccesibles a los pueblos indios para hacer causa con otrxs oprimidxs [y] afianzar el sistema opuesto a los intereses y hábitos de mando de los opresores. Este hacer causa común con los oprimidos ha sido un leit motiv zapatista que hoy materializa, ensoñadamente, el periplo europeo con la avanzada del Escuadrón 421, cuatro mujeres, dos hombres y una otroa.

Los zapatistas y el CNI, se alejan de su zona de confort, es un decir, de su comunidad, e impulsan la idea de lo popular-internacional como zona fundante y reserva de sapiencia en momentos de intensa crisis, acorde con elaboraciones de Rodolfo Kusch (González Gazqués, 1989) El EZLN y el CNI, cual intelectuales orgánicos de sus pueblos, intelectuales colectivos, se han propuesto una enorme tarea: devolver su protagonismo al sujeto popular. Es una exigencia en su ser intelectual, conocedor de su realidad, y la capacidad de comprender el momento histórico que le tocó vivir, decía Martí; y el revolucionario que actúa en consecuencia para confrontar el marasmo y combatir la inercia de una ciudadanía enredada en la cotidianidad. De ahí la arenga zapatista, ante la exigencia de fórmulas para impulsar cambios, y la respuesta: cada quién según sus modos, según su geografía, según sus capacidades, según su calendario y sus deseos de transformar su realidad.

Los zapatistas y el CNI nos hablan desde lo indio, desde el interior de las comunidades, los colectivos y, desde ahí, rechazan la reiterada y frase, hecha lugar común de vencidos, derrotados, con estigmas y traumas que ocasionaron esas derrotas a manos de los invasores. Ese discurso hoy obedece a un falso nacionalismo o, como dice el supGaleano, a un nacionalismo trasnochado, tal vez aprendido en una primaria donde se habló de imperio azteca, del esplendor de nuestra civilización, que sí existió, pero a la vez de la miseria e incultura de los actuales indios, a los que hay que llevarles “progreso y civilización”, de acuerdo con la mentalidad indigenista.

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La nueva organización zapatista

En treinta años de existencia pública, y cuarenta de su inicio en la  clandestinidad, los indígenas zapatistas han transitado por variadas etapas en su formación integral, que incluye el manejo de una segunda lengua, el castellano, acorde a reglas y principios dominantes,  y la presencia  de un  interlocutor que era  el finado sub Marcos luego Galeano y hoy el subcomandante I Moisés. Los zapatistas, a diferencia de otros grupos insurgentes, producen cientos de documentos, testimonios e iniciativas sorprendentes que involucran a la llamada sociedad civil. Estos pueblos, agrupados en torno del EZLN,  transitaron por etapas de  silencios prolongados, que ensordecen a la clase en el poder, y otras de una profusión  comunicativa. Y hoy, ante una guerra civil en Chiapas, nos deslumbran con propuestas que prefiguran la utopía: “la idea del común, o de la no propiedad”.

 

Una nueva generación indígena    

En mayo de 2014, en medio de una recurrente crisis del sistema neoliberal con una clase política enredada en el narcotráfico y en un contexto en el que asesinan al compañero Galeano, base de apoyo zapatista, el sub Marcos, entre otras cuestiones señaló:

En estos 20 años ha habido un relevo múltiple y complejo en el EZLN […]. Algunos han advertido sólo el evidente: el generacional […]. Ahora están haciendo la lucha y dirigiendo la resistencia quienes eran pequeños o no habían nacido al inicio del alzamiento. Pero algunos estudiosos no se han percatado de otros relevos: el de clase: del origen clase mediero ilustrado, al indígena campesino. El de raza: de la dirección mestiza a la dirección netamente indígena. Y el más importante: el relevo de pensamiento: del vanguardismo revolucionario al mandar obedeciendo; de la toma del Poder de Arriba a la creación del poder de abajo; de la política profesional a la política cotidiana; de los líderes, a los pueblos; de la marginación de género, a la participación directa de las mujeres; de la burla a lo otro, a la celebración de la diferencia […]. (Enlace Zapatista, 10 de mayo de 2014)

Este relevo múltiple que menciona el finado el sub Marcos hizo su primera aparición en el escenario chiapaneco a finales de 2012 más de 40 mil zapatistas, sobre todo niños(as) y jóvenes de las nuevas generaciones realizaron cinco marchas silenciosas y simultáneas en municipios chiapanecos con un primer comunicado:

 

¿ESCUCHARON?

Es el sonido de su mundo derrumbándose.

Es el del nuestro resurgiendo.

El día que fue el día, era noche.

Y noche será el día que será el día.

(Enlace Zapatista, 21 de diciembre de 2012)

 

Los zapatistas, en su nueva convocatoria, afirmaron: “No es el nuestro un mensaje de resignación… No lo es de guerra, de muerte y destrucción … Nuestro mensaje es de lucha y resistencia…” (Comunicado del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, 30 de diciembre de 2012, p. 2). Para una prensa y medios masivos que propagan reiteradamente la desaparición zapatista en ámbitos de violencia institucional y criminal, que es lo mismo, como hay ocurre en Chiapas y en todo México, estos pueblos, enfrascados en un silencio activo retomaban de nuevo la palabra

De un plumazo auténtico, el EZLN volvía a reiterar su línea política, su posición ideológica y sus principios frente a ingenuos o de mala fe que atribuían derrotas electorales al zapatismo. En un mundo sin honor, sin lealtad y sin principios, el EZLN volvía a mostrar una ética inflexible y otra forma de hacer política. Más adelante, los zapatistas invitarían a miles de mexicanos a “La Escuelita”, con la idea de verificar logros en salud, educación, autonomía. En este contexto, avanzó en las características de una generación, mujeres y hombres, que nació en el fragor de una guerra de baja y alta intensidad y que se formó en el impulso de una nueva historia, de una nueva educación, una nueva salud, y de valores otros en el marco de construcción de su autonomía.

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Fuente: Fotografía del autor

En el Comunicado del EZLN Entre la luz y la sombra (Subcomandante Insurgente Galeano, 25 de mayo de 2014) los zapatistas señalan que su insurrección en 1994 era parte de una guerra de resistencia ante la muerte y la destrucción, el despojo y la humillación, la explotación y el silencio impuestos al vencido, que ya venían padeciendo siglos antes. Ahora, después del ‘94, ya era una guerra cualitativamente distinta pues se confrontaban valores e ideas, concepción de la vida y del universo indígenas frente a la clase dominante, contra su mundo, sus valores, su ideología.

Es la etapa en que la clase en el poder y sus partidos políticos traicionan Los acuerdos de San Andrés, y donde los zapatistas llevan a la práctica sus proyectos de autonomía en sus pueblos, en los Caracoles. En un país sumido en una espiral de violencia sin precedente en donde se confunde criminalidad organizada, el narcotráfico, con criminalidad no organizada, gobierno y aparatos represores ejército y policía, el proyecto zapatista avanza con logros sorprendentes en educación, salud, formación de cuadros, organización de comunidades bajo el lema mandar obedeciendo.

Es en esa fase en que se interrogan “¿Qué sigue?”, con ésta y otras preguntas:

¿Preparar a los que siguen en la ruta de la muerte? ¿Formar más y mejores soldados? ¿Invertir empeños en mejorar nuestra maltrecha maquinaria de guerra? ¿Simular diálogos y disposición para la paz, pero seguir preparando nuevos golpes? ¿Matar o morir como único destino? ¿O debíamos reconstruir el camino de la vida, ése que habían roto y siguen rompiendo desde arriba? (Subcomandante Insurgente Galeano, 25 de mayo de 2014)

En esas interrogantes los zapatistas aclaran que su dilema no estaba entre negociar o combatir, sino entre morir o vivir. Tomaron una decisión paradójica en un grupo inicialmente guerrillero y que, de acuerdo a sus circunstancias y a una lectura certera del país y de su población, adoptaron trascendentales decisiones:

En lugar de dedicarnos a formar guerrilleros, soldados y escuadrones, preparamos promotores de educación, de salud, y se fueron levantando las bases de la autonomía que hoy maravilla al mundo. En lugar de construir cuarteles, mejorar nuestro armamento, levantar muros y trincheras, se levantaron escuelas, se construyeron hospitales y centros de salud, mejoramos nuestras condiciones de vida. En lugar de luchar por ocupar un lugar en el Partenón de las muertes individualizadas de abajo, elegimos construir la vida. Esto en medio de una guerra que no por sorda era menos letal. (Subcomandante Insurgente Galeano, 25 de mayo de 2014)

En efecto, más que una capacitación guerrillera, señala Baronnet, estas nuevas generaciones reciben una formación ideológica en actos políticos comunales y regionales, nacionales e internacionales. Su socialización política se vincula en los procesos autogestionarios de sus pueblos, ya que desde niños crecieron en ambientes de guerra, del propio Estado Mexicano y de grupos paramilitares (Baronnet, 2009, p. 113).

En decisiones heterodoxas o que van en contra del sentido común de quienes surgieron como una guerrilla y con un arsenal teórico-político de raigambre marxista-leninista, pareciera que eligieron transitar por una vía inédita en los anales de las luchas populares en que la consigna primordial era luchar por la patria o morir y que ahora cambiaba en luchar por la patria es vivir; o aquella célebre consigna Patria o muerte se trastoca en “Patria y vida”.

Una nueva generación no nace de manera espontánea, su alumbramiento requiere un largo proceso, una larga y meditada toma de decisiones de quienes asumieron un papel inicial y protagónico pero que asumirán un rol diferente al que se habían propuesto. Los Tachos y los Moisés, las Ramonas y las Esther se formaron como guerrilleros(as) y, en el fragor de la batalla le declararon la guerra al supremo gobierno. ¿Cómo cambiar o trastocar ese papel inicial como guerrilleros, milicianos de tiempo completo y preparados para morir o matar? ¿Cómo trastocar esa lógica infernal de una guerra irregular con tácticas y estrategia militares, con la formación de cuadros clandestinos en campo y ciudad? El camino elegido implicó tareas titánicas y complejas en una nueva salud y agronomía, en una nueva justicia y nueva educación. Esta tarea, la educativa, será fundamental en ese cambio de estafeta, en ese tránsito de lo viejo a lo nuevo, de una mentalidad guerrera a una de construcción de escuelas y hospitales, centros deportivos y comercialización de café y miel, en suma, gobiernos autónomos.

En la educación nueva los zapatistas demostrarán que es posible transformar la mentalidad y costumbres arraigadas a nuevas formas de pensar y derrumbar mitos e ideas acerca del destino manifiesto de los pueblos. Si bien en la educación en general surgirán cuadros militantes y una nueva intelectualidad indígena, esa transformación se verificará sobre todo en las mujeres. La transformación en hábitos, costumbres y tradiciones en las mujeres será la prueba del añejo de una genuina revolución. En la antigua tradición militante de una izquierda marxista ortodoxa, el cambio de status femenino se vería ya cumplidas las metas de la revolución, en una avanzada fase del proceso. Los y las zapatistas quemaron etapas, en su resistencia y rebeldía, y no tuvieron la paciencia necesaria, ya tenían cinco siglos de espera, a que hubiese condiciones revolucionarias en donde la condición femenina trascendiera el status impuesto por el capitalismo y el sistema neoliberal imperante.

Sorprende la capacidad organizativa del EZLN. Parecían arrinconados o acotados en cinco caracoles. En agosto de 2019, ya se habían desplazado a territorios más extendidos, nuevas zonas del sureste mexicano.  Los cinco caracoles originarios se reproducen a doce con sus Juntas de Buen Gobierno, después de 15 años de trabajo político y organizativo. Es decir, hay nuevos centros de Resistencia Autónoma y Rebeldía Zapatistas (Los tercios Compas, Comisión Sexta del EZLN, 17 de agosto de 2019). Esto significa la ampliación de sus militantes, de sus bases de apoyo y, por ende, de mayores espacios de influencia. Esta labor de organización político-ideológica devela un paciente y sostenido trabajo de cuadros, de quienes con su palabra y la acción de resistencia y rebeldía convencieron y, a la vez, difundieron su ejemplo entre pueblos indecisos y que terminaron convencidos ante reiteradas políticas neoindigenistas y la actual promoción de megaproyectos de López Obrador.

En esta formación de cuadros del EZLN, lugar privilegiado lo ocupan las mujeres zapatistas. Con sensibilidad e inteligencia han diseminado la palabra dignidad, la palabra resistencia, la palabra rebeldía. Mujeres tradicionalmente sumisas hoy detentan cargos de choferas y aprendices de mecánica. Los caracoles zapatistas, un nuevo tipo de sociedad, crea nuevas superestructuras y produce nuevos intelectuales que se encargan de estas funciones de una determinada manera. Siguiendo a Gramsci: cada grupo social tiene sus propios intelectuales, a los que denomina orgánicos, en cuanto sirven a los intereses del grupo social a los que están unidos.

Es de advertir el traslado de la estafeta iniciado por el finado sub Marcos y ahora por el sub Galeano a manos de militantes indios como Tacho o Moisés que firman actualmente comunicados e iniciativas a nombre del CCRI. Ello resulta un verdadero portento en la formación de cuadros indígenas, que han alcanzado un nivel intelectual como representantes de sus pueblos. El zapatismo se ha dotado de un nuevo tipo de intelectuales, diría Gramsci, para lograr su emancipación: “Los intelectuales políticos de proletariado [del campesinado indígena] elevarán a las masas, conectarán a los grupos sociales inferiores con los superiores, y de este modo cambiarán el panorama ideológico de la época” (Díaz-Salazar, 1993, p. 180). “Aunque con lentitud, como debe ser” ha dicho Moisés, de una genuina hazaña en que los zapatistas, directa e indirectamente, van por ese rumbo.

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Hoy, 2024, l@s zapatistas emprenden nuevos desafíos en la restructuración de sus antiguos caracoles.

Los municipios autónomos, MAREZ, caracoles y las Juntas de Buen Gobierno, JBG, cumplieron una etapa y hoy dan paso a nuevas iniciativas que trastocan toda la organización de los pueblos sean zapatistas o no. Ambas instancias organizativas fueron fundamentales en el caminar de los pueblos pero insuficientes para su etapa actual, el Subcomandante Insurgente Moisés lo explica de la siguiente manera:  

Mediante los Municipios Autónomos aprendimos a gobernarnos y así pudimos hacer a un lado a los malos gobiernos y a organizaciones que dizque son izquierdistas, progresistas y no sé qué tanto […]. Y lo más importante que aprendimos en los MAREZ es que la autonomía no es de teoría, de escribir libros y hacer discursos. Es de hacer. Y lo tenemos que hacer nosotros como pueblos, y no esperar que alguien viene a hacerlo por nosotros. Y las Juntas de Buen Gobierno pues también fueron muy importantes porque con ellas aprendimos a intercambiar ideas de luchas con otros hermanos de México y del mundo, donde vimos bien la agarramos y donde vimos que no, lo desechamos […]. Con las JBG aprendimos a encontrarnos y a organizarnos, a pensar, a opinar, a proponer, a discutir, a estudiar, a analizar y a decidir por nosotros mismos. (Enlace Zapatista, 14 de noviembre de 2023)

 

Sin embargo, los pueblos zapatistas valoraron que estas formas organizativas tenían fallas y no les iban a permitir enfrentar lo que viene:

El principal problema es la maldita pirámide. La pirámide fue separando a las autoridades de los pueblos, se fueron alejando entre pueblos y autoridades. No bajan tal cual las propuestas de autoridades a los pueblos, ni tampoco llegan a las autoridades las opiniones de los pueblos. Entonces lo que hicimos pues es cortar la pirámide. La mochamos pues de la punta. O más bien como que la volteamos, la pusimos de cabeza (Enlace Zapatista, 14 de noviembre de 2023).

De esta manera, los pueblos zapatistas reorganizaron la autonomía creando nuevas instancias para seguir luchando en plena tormenta.

La base principal, que es no sólo donde se sostiene la autonomía, también sin la cual no pueden funcionar las otras estructuras es el Gobierno Autónomo Local, GAL. Hay un GAL en cada comunidad donde habitan bases de apoyo zapatistas […]. De acuerdo a sus necesidades, problemas y avances, varios GAL se convocan en Colectivos de Gobiernos Autónomos Zapatistas, CGAZ y aquí se discuten y se toman acuerdos sobre asuntos que interesan a los GAL convocantes […]. Luego siguen las Asambleas de Colectivos de Gobiernos Autónomos ZAPATISTAS, ACGAZ. Que son lo que antes se conocían como zonas. Pero no tienen autoridad, sino que dependen de los GAL. (Subcomandante Insurgente Moisés, 12 de noviembre de 2023).

 El Subcomandante  Moisés, continúa:

Cuarto. Como se podrá ver en la práctica, el Mando y Coordinación de la Autonomía se ha trasladado de las JBG y MAREZ a los pueblos y comunidades, a los GAL. Las zonas (ACGAZ) y las regiones (CGAZ) están mandadas por los pueblos, deben rendir cuentas a los pueblos y buscar la forma de cumplir con sus necesidades en Salud, Educación, Justicia, Alimentación y las que se presenten por emergencias ocasionadas por desastres naturales, pandemias, crímenes, invasiones, guerras, y las demás desgracias que depare el sistema capitalista.

Quinto. Se ha reorganizado la estructura y disposición del EZLN de modo de aumentar la defensa y seguridad de los poblados y de la madre tierra en caso de agresiones, ataques, epidemias, invasión de empresas depredadoras de la naturaleza, ocupaciones militares parciales o totales, catástrofes naturales y guerras nucleares. Nos hemos preparado para que sobrevivan nuestros pueblos, incluso aislados unos de otros.

Sexto. […] La autonomía zapatista sigue y avanza, que pensamos que estará así mejor para los pueblos, comunidades, parajes, barrios, colonias, ejidos y rancherías donde viven, es decir, luchan las bases de apoyo zapatistas. Y que ha sido su decisión de ellos, tomando en cuenta sus ideas y propuestas, sus críticas y autocríticas. También, como se irá viendo, es que esta nueva etapa de la autonomía se hace para enfrentar lo peor de la Hidra, su bestialidad más infame y su locura destructiva. Sus guerras e invasiones empresariales y militares. No existen para nosotros fronteras ni geografías lejanas. Todo lo que pasa en cualquier rincón del planeta nos afecta e incumbe, nos preocupa y duele. En la medida de nuestras muy pequeñas fuerzas, apoyaremos a seres humanos en desgracia… sabemos comprender el sufrimiento, el dolor, la pena y la digna rabia que provoca el sistema. (Subcomandante Insurgente Moisés, 12 de noviembre de 2023)

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Continúa comunicado:

El común y la no propiedad. En alguna ocasión pasada, hará ya algunos años, dice el ahora capitán, los pueblos zapatistas se explicaban la lucha de como mujeres que somos señalando, no una cuestión de mera voluntad, disposición o estudio, sino la base material que hizo posible ese cambio: la independencia económica de las mujeres zapatistas. Y no se referían a tener empleo y salario o a la limosna en monedas con que los gobiernos de todo el espectro político compran votos y adhesiones.  Señalaban al trabajo colectivo como la tierra fértil para ese cambio.  Es decir, el trabajo organizado que no tenía como destino el bienestar individual, sino el del grupo.  No se trataba sólo de juntarse para las artesanías, el comercio, la cría del ganado, o la siembra y la cosecha de maíz, café, hortalizas. También, y, tal vez, sobre todo, a los espacios propios de ellas, sin varones. Imaginen lo que en esos tiempos y lugares hablaban y hablan entre ellas: sus dolores, sus rabias, sus ideas, sus propuestas, sus sueños.

No abundaré más sobre ello –las compañeras tienen su propia voz, historia y destino–.  Sólo lo menciono porque queda por conocer cuál es la base material sobre la que se construirá la nueva etapa que han decidido las comunidades zapatistas. La nueva iniciativa, como la catalogarían los de fuera […].

El camino de la memoria. Entonces pues pensamos, recordamos en cómo era antes.  Lo hablamos a nuestros anteriores. Les preguntamos si antes era así. Les preguntamos que nos digan si siempre hubo la oscuridad, la muerte, la destrucción.  De dónde vino pues esa idea del mundo.  Cómo es que se chingó todo.  Pensamos que si sabemos cuándo y cómo se perdió la luz, el buen pensamiento, el saber cabal qué es lo bueno y qué es lo malo, pues entonces tal vez podemos encontrar eso y con eso luchar porque se vuelva todo cabal, como debe de ser, respetando la vida […]. Y entonces vimos cómo es que llegó eso y lo vimos que vino con la propiedad privada.Y que no se trata de cambiarle el nombre y decir que hay propiedad ejidal o pequeña propiedad o propiedad federal […].  

El viejo nuevo camino. ¿Cómo ha sido en nuestra historia de lucha eso que dicen de base material? Pues primero fue la alimentación. Con la recuperación de las tierras que estaban en manos de los finqueros, se mejoró la alimentación. El hambre dejó de ser la invitada en nuestras casas.  Luego, con la autonomía y el apoyo de personas que son “buena gente”, les decimos, siguió la salud.  Aquí fue y es muy importante el apoyo de los doctores fraternales, que así les llamamos nosotros porque son como nuestros hermanos que nos ayudan no sólo en las enfermedades graves. También, y, sobre todo, en la preparación o sea en los conocimientos de la salud.  Luego la educación.  Luego el trabajo en la tierra.  Luego lo que es gobierno y administración de mismos pueblos zapatistas. Luego lo que es gobierno y convivencia pacífica con los que no son zapatistas.

La base material de esto, es decir, la forma de producción es una convivencia del trabajo individual-familiar con el trabajo colectivo.  El trabajo colectivo hizo posible el despegue de las compañeras y su participación en la autonomía.

Digamos que los primeros 10 años de autonomía, es decir, del alzamiento al nacimiento de las Juntas de Buen Gobiernos, en 2003, fue de aprendizaje.  Los siguientes 10 años, hasta el 2013 fueron de aprender la importancia del relevo generacional.  Del 2013 a la fecha fue de constatar, criticar y autocriticar errores de funcionamiento, de administración y de ética.

 

Continúa el comunicado:

En lo que sigue ahora, tendremos una etapa de aprendizaje y reajuste.  O sea que tendremos muchos errores y problemas, porque no hay manual o libro que te diga cómo hacer.  Tendremos muchas caídas, sí, pero nos levantaremos una y otra vez para seguir caminando.  Somos zapatistas, pues.

La base material o de producción de esta etapa va a ser una combinación del trabajo individual-familiar, el colectivo y esto nuevo que llamamos “trabajo en común” o “no propiedad.

El trabajo individual-familiar se basa en la propiedad pequeña y personal.  Una persona y su familia trabajan su pedazo de tierra, su tiendita, su móvil, su ganado.  La ganancia o el beneficio es para esa familia.

El trabajo colectivo se basa en el acuerdo entre compañeras y/o compañeras para hacer un trabajo en tierra de colectivo (asignada así desde antes de la guerra y ensanchada después de la guerra).  Se reparten los trabajos de acuerdo con el tiempo, capacidad y disposición.  La ganancia o beneficio es para el colectivo.  Se suele usar para fiestas, movilizaciones, adquisición de equipos para salud, capacitación de promotores de salud y educación, y para los movimientos y manutención de autoridades y comisiones autónomas.

El trabajo común empieza, ahora, en la tenencia de la tierra.  Una porción de las tierras recuperadas se declara como de “trabajo común”.  Es decir, no está parcelada y no es propiedad de nadie, ni pequeña, ni mediana, ni gran propiedad.  Esa tierra no es de nadie, no tiene dueño.  Y, de acuerdo con las comunidades cercanas, se “presta” mutuamente esa tierra para trabajarla.  No se puede vender ni comprar.  No se puede usar para producción, trasiego o consumo de narcóticos.  

El trabajo se hace por “turnos” acordados con los GALs y los hermanos no zapatistas.  El beneficio o ganancia es para quienes trabajan, pero la propiedad no es, es una no propiedad que se usa en común.  No importa si eres zapatista, partidista, católico, evangélico, presbiteriano, ateo, judío, musulmán, negro, blanco, oscuro, amarillo, rojo, mujer, hombre, otroa.  Puedes trabajar la tierra en común, con el acuerdo de los GALs, CGAL y ACGal, por pueblo, región o zona, que son quienes controlan que se cumpla con las reglas de uso común.  Todo lo que sirva al bien común, nada que vaya contra el bien común.

Una compartición mundial: la gira por la vida. Unas hectáreas de esa No-Propiedad se va a proponer a los pueblos hermanos de otras geografías del mundo.  Los vamos a invitar para que vengan y trabajen esas tierras, con sus propias manos y conocimientos.  ¿Qué pasa si no saben trabajar la tierra?  Pues las compañeras y compañeros zapatistas les enseñan cómo, y sus tiempos de la tierra, y sus cuidados.  Creemos que es importante saber trabajar la tierra, es decir, saber respetarla.  No creo que le haga daño a nadie que, así como estudia y aprenden en laboratorios y centros de investigación, también estudie y aprenda el trabajo del campo.  Y todavía más mejor si esos pueblos hermanos tienen conocimientos y modo de trabajar la tierra y nos traen esos conocimientos y modos y así también aprendemos nosotros.  Es como una compartición, pero no sólo palabras, sino que en la práctica.

No necesitamos que nos vengan a explicar la explotación, porque nosotros la vivimos desde hace siglos.  Tampoco que nos vengan a decir que hay que morirse para conseguir la libertad.  Eso lo sabemos y lo practicamos todos los días desde hace cientos de años.  Lo que sí es bienvenido es el conocimiento y la práctica para la vida.

Mira, la delegación (zapatista) que fue a Europa aprendió muchas cosas, pero la más importante que la aprendimos es que hay muchas personas, grupos, colectivos, organizaciones que están buscando la forma de luchar por la vida.  Tienen otro color, otra lengua, otra costumbre, otra cultura, otro modo.  Pero tienen lo mismo que nosotros, que es el corazón de lucha.

No están buscando quién es más mejor, o que les den un lugar en los malos gobiernos.  Están buscando curar el mundo.  Y sí, son muy diferentes entre ellos.  Pero son iguales, o más bien somos iguales.  Porque queremos realmente construir otra cosa, y esa cosa es la libertad.  O sea, la vida. […]

¿Qué sigue después?  Bueno, cada quien va construyendo su idea, su pensamiento, su plan de qué es mejor.  Y cada quien tal vez tiene un pensamiento diferente y un modo distinto.  Y eso hay que respetar.  Porque es en la práctica organizada donde cada quien ve qué sí resulta y qué no.  O sea que no hay recetas o manuales, porque lo que sirve para uno, tal vez no sirve para otro.  El “común” mundial es la compartición de historias, de conocimientos, de luchas.

O sea que, como quien dice, sigue el viaje por la vida.  Por la lucha, pues (El Capitán, 20 de diciembre de 2023)

 

(Fin de la selección de fragmentos del comunicado hecha por el autor).

 

Finalmente, es importante señalar: en la actualidad, México padece una grave crisis estructural. En este calamitoso escenario, el estado de Chiapas, al borde de una guerra civil, es asolado por el llamado crimen organizado, con un gobernante que alienta y solapa a bandas paramilitares en alianza con el narcotráfico. Diversas comunidades originarias viven a salto de mata ante el flagelo de militares, paramilitares y policías. A pesar de tal caos, como prueba de su fortaleza, el EZLN avanza en un proceso inédito de autonomía comunitaria y promueve audaces iniciativas que prefiguran la utopía y, en ella, eso que vislumbran como trabajo común.

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Fuente: Fotografía del autor

 

Referencias

  • Aguirre R., C. (2023-2024). Que veinte años no es nada…Contrahistorias. (36).
  • Baronnet, B. (2009). Autonomía y educación indígena: Las escuelas zapatistas de Las Cañadas de La Selva Lacandona de Chiapas, México [Tesis de Doctorado en Ciencia Social con especialidad en Sociología]. El Colegio de México, Universite Paris III. Sorbonne Nouvelle.
  • Comunicado del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, 30 de diciembre de 2012.
  • Díaz-Salazar, R. (1993). Gramsci y la construcción del socialismo. UCA.
  • El Capitán. (20 de diciembre de 2023). Vigésima y última parte: El común y la no propiedad. Enlace Zapatista, https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2023/12/20/vigesima-y-ultima-parte-el-comun-y-la-no-propiedad/
  • Enlace Zapatista. (21 de diciembre de 2012). Comunicado del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2012/12/21/comunicado-del-comite-clandestino-revolucionario-indigena-comandancia-general-del-ejercito-zapatista-de-liberacion-nacional-del-21-de-diciembre-del-2012/
  • _____. (14 de noviembre de 2023). Décima parte: Acerca de las Pirámides y sus usos y costumbres. Conclusiones del análisis crítico de MAREZ y JBG. (Fragmento de la entrevista hecha al SubComandante Moisés en los meses de agosto-septiembre del 2023) https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2023/11/14/decima-parte-acerca-de-las-piramides-y-sus-usos-y-costumbres-conclusiones-del-analisis-critico-de-marez-y-jbg-fragmento-de-la-entrevista-hecha-al-subcomandante-insurgente-moises-en-los-meses-de-ag/
  • González Gazqués. (1989). Kusch y el pensar desde América. Fernando García Cambeiro.
  • Los Tercios Compas.Comisión Sexta del EZLN. (17 de agosto de 2019). Imágenes de ruptura del cerco II y último. Enlace zapatista, https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2019/09/01/imagenes-de-la-ruptura-del-cerco-ii-y-ultimo-del-17-de-agosto-del-2019/
  • Subcomandante Insurgente Galeano. (25 de mayo de 2014). Entre la Luz y la sombra. Enlace zapatista, https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2014/05/25/entre-la-luz-y-la-sombra/
  • Subcomandante Marcos. (1998). EZLN, Documentos y comunicados. Era.
  • Subcomandante Insurgente Moisés. (12 de noviembre de 2023). Novena parte: La nueva estructura de la autonomía zapatista. Enlace zapatista, https://enlacezapatista.ezln.org.mx/2023/11/12/novena-parte-la-nueva-estructura-de-la-autonomia-zapatista/

 

Nota editorial: Este texto conjuga la voz del autor con una selección de fragmentos de diversos comunicados emitidos por Enlace zapatista a modo de un meta comunicado comentado. Esta forma de escritura sugiere que el autor prefirió secundar su voz a las voces y enunciaciones emitidas por los zapatistas, por lo que, en el último tercio del texto, la voz del autor prácticamente desaparece. Los fragmentos se reproducen acreditando la respectiva fuente.

 

Cómo citar este artículo:

Maldonado, Ezequiel (2023) “A tres décadas de su existencia, el zapatismo reinventa y fortalece su organización y apuesta por el común y la no propiedad. Fragmentos y selección de comunicados”, Pacarina del Sur [En línea], año 15, núms. 50-51, enero-diciembre, 2023. ISSN: 2007-2309.

Consultado el Miércoles, 11 de Diciembre de 2024.

Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.com/index.php?option=com_content&view=article&id=2100&catid=15