Rafael Rojas[1]

 

Hay historiadores que de tanto estudiar personalidades y movimientos del pasado acaban impregnados de su espíritu. Es el caso del historiador y antropólogo peruano, afincado en México, Ricardo Melgar Bao, quien acaba de fallecer, víctima del coronavirus. La obra de Melgar se distingue por su familiaridad con algunos de los artífices de la izquierda latinoamericana de los años 1920, especialmente José Carlos Mariátegui, Víctor Raúl Haya de la Torre y Julio Antonio Mella.

Graduado de antropología en la Universidad de San Marcos, en Lima, Melgar se exilió en México en los años 70, durante el régimen militar de Francisco Morales Bermúdez. Como tantos exiliados, cargó con sus héroes y dedicó buena parte de su obra, en la UNAM y el INAH, a reconstruir las redes del aprismo peruano en diversos países latinoamericanos como México, Cuba, Colombia, Argentina y Chile.

Pareciera que Melgar Bao llegó a Haya y el aprismo desde Mariátegui, y no al revés. Sus primeros libros en Lima trataron sobre el movimiento obrero y las corrientes socialistas peruanas de los años 20, en las que el autor de los Siete ensayos (1928) ocupó un centro visible. Luego, ya en México, dedicó varios libros al fundador de Amauta; entre ellos: Mariátegui, Indoamérica y la crisis de Occidente (Melgar, 1995), Mariátegui entre la memoria y el futuro de América Latina (Melgar y Weinberg, 2000) y realizó un par de ediciones de escritos raros del gran marxista peruano.

Ese avance desde el mariateguismo, que lo colocaba en la mejor tradición marxista latinoamericana (Alberto Flores Galindo, José Aricó, Oscar Terán…), le permitió desarrollar una visión flexible, libre de sectarismos, sobre la impresionante red del APRA y las sonadas polémicas de Haya de la Torre. En su brillante libro Vivir el exilio en la Ciudad de México (Melgar, 2013), sobre la polémica entre Haya y Mella, hay una comprensión precisa de cada posición, sin ceder a los prejuicios antipopulistas o anticomunistas que, durante décadas, escamotearon aquel debate en la izquierda latinoamericana.

Exiliado él mismo, Melgar siguió las peregrinaciones latinoamericanas de los apristas (Magda Portal, Serafín Delmar, Carlos Manuel Cox, Esteban Pavletich, Manuel Seoane, Luis Heysen, Eudocio Ravines…) y llamó la atención sobre las diferencias internas entre Haya de la Torre y sus partidarios. Otros historiadores, como el argentino Martín Bergel, han continuado aquellos estudios sobre el aprismo, rescatando el eslabón perdido de la izquierda latinoamericana en la primera mitad del siglo XX.

Tal vez, la mayor lección de Melgar es que el enfoque rígidamente nacional no permite captar la historia de las revoluciones latinoamericanas del siglo XX. Todas las revoluciones, desde la mexicana hasta la sandinista, pasando por la cubana, se vivieron como procesos continentales y suscitaron apoyos y solidaridades en grandes y pequeñas ciudades de la región. Todas, también, atrajeron y generaron exilios, que merecen estudio.

Ricardo Melgar y portada del primer número de Amauta
Imagen 1. Ricardo Melgar y portada del primer número de Amauta.
Fuente: Pacarina del Sur.

 

Notas:

[1] Publicado originalmente en La Razón de México (12/08/2020). Recuperado de: www.razon.com.mx/opinion/columnas/rafael-rojas-1/mariateguista-401160.

 

Referencias bibliográficas:

  • Melgar Bao, R. (1995). Mariátegui, Indoamérica y las crisis de Occidente. Empresa Editora Amauta.
  • ____ (2013). Vivir el exilio en la ciudad, 1928. V.R. Haya de la Torre y J.A. Mella. Editorial Taller Abierto.
  • Melgar Bao, R. y Weinberg, L. I. (2000). Mariátegui entre la memoria y el futuro de América Latina. Universidad Nacional Autónoma de México.